➵「04」

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Proclamo real, yegua curiosa

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Twilight vio asustada como varios guardias reales llevaban a todos los ponis hacia el palacio, bajo el balcón real donde la realeza anunciaba a todo el pueblo, caminando junto a otros ponis tanto adultos como potrillos, la yegua morada miraba por todos lados buscando a su familia, ya que si los llevaban a todos, supuso que la guardia también sacaba de sus casas a los demás ponis, y lo confirmo cuando vio a una guardia pegaso sacar a una familia de su hogar.

Ella miro a su alrededor, viendo que algunas casas estaban destruidas e incendiadas, y cuando se aproximó al castillo, vio como este estaba igual o talvez peor. Dos columnas estaban rotas y una completamente destruida, además de que la yegua miro que casi todos los guardias rodeaban la plaza del corazón de cristal, pero dijo su atención dandose cuenta que el corazón ya no estaba.

Eso la puso en alerta, y la ansiedad llegó a ella cuando distinguió las grandes nubes del norte helado casi rodeando al imperio, siendo el frío que empezaba a callarle los huesos, una prueba de que la magia del corazón no estaba protegiendo al imperio.

— ¡Twilight! — una voz la llamo desde atrás.

La nombrada volteo su vista al distinguir la voz de su madre y buscándola en medio de la aglomeración en la que estaba rodeada, dió con su melena azul marino.

— ¡Mamá, papá! — les llamo cuando los distinguió, haciendo que ellos no le perdieran el rastro entre medio del gentío, hasta que estuvo frente a ella, la yegua los abrazo, quedando en los cascos de su madre — ¿Papá, que está pasando? — pregunto mirando a su progenitor, quién miraba al rededor.

El unicornio mayor miro hacia todos lados buscando a su hijo entre la guardia real, no dando con él por lo que supuso que no estaba en ese escuadrón.

— no lo sé pequeña, fue tan repentino, guardias fueron a la casa y nos sacaron, diciendo que la princesa iba a dictar un decreto que pone en juego al reino — explico mirando hacia arriba al balcón real, dónde la figura de la monarca no daba indicios de aparecer todavía.

— ¿Tu viste algo mi pequeña?, ¿Estás herida? — pregunto la unicornio que era su madre.

Twilight negó y se soltó del abrazo protector de su madre, mirando por los alrededores de igual modo buscando a su hermano igual a su padre.

— estoy bien mamá, pero cuando llegue a la biblioteca todo fue un caos — bajo la mirada.

— ¿Que fue lo que viste hija? — pregunto la yegua mayor.

| 𝐒𝐨𝐦𝐛𝐫𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐜𝐥𝐚𝐯𝐢𝐭𝐮𝐝: La sentencia del corazón | Twibra°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora