𝓜𝔂 𝓛𝓲𝓰𝓱𝓽 | 𝙈𝙪𝙞𝙩𝙖𝙣 𝙕𝙤𝙣𝙚 |

❥︎𝑫𝒓𝒂𝒃𝒃𝒆𝒍|𝗘𝗻 𝘁𝘂 𝗿𝗲𝗴𝗮𝘇𝗼

Era un día soleado en la finca mariposa. Muchos cazadores regresaban malheridos de sus misiones y se quedaban en sus habitaciones a reposar. Un chico de cabello largo, azabache con puntas color menta, acababa de llegar. Tenía varias heridas y vendas. La señorita Kocho le ordenó que reposara, pero él hizo caso omiso a lo que la enfermera le mandó. Así que se levantó y se dispuso a caminar hasta que llegó al jardín, donde se encontró con cierto pelirrojo sentado en el borde. Al verlo, no pudo evitar sonreír y acercarse a su lado.

—Hola, Tanjiro... —le susurró.

—Oh, ¡hola, Tokito-kun! ¿Qué tal estás? —preguntó el pelirrojo con una sonrisa al ver al ojimienta.

—Bien, bien. ¿Y tú? —preguntó sentándose de rodillas.

—Bien también, acabo de regresar de una misión junto a mis amigos Inosuke y Zenitsu. Es algo cansado viajar con ellos, pero... —detuvo su hablar cuando sintió un peso caer en su hombro. Era el joven Tokito, que se encontraba muy cansado de su misión y no pudo evitar dormirse. El pelirrojo lo acomodó en su regazo, frente a sus piernas, no sin antes quitarse su haori y doblarlo para ponerlo como almohada en su cabeza. No le molestaba tenerlo así, más bien le agradaba, pues también podía admirar su belleza. Tenía un rostro bastante bonito y algunas facciones femeninas. Podría competir fácilmente con Inosuke sobre quién de los dos era más andrógino.

Ahora simplemente se encontraba mirando el cielo, más precisamente, las nubes. Había cogido la costumbre de observar las nubes por Muichiro. Cada vez que las miraba, le recordaba a él, a sus hermosos ojos. Volvió a fijar su mirada en el azabache y acarició una de sus mejillas. Aprovechó que estaba a su lado durmiendo y que no podía oírle para decirle lo siguiente:

—Muichiro... creo que ahora no puedes oírme, así que te diré lo siguiente. Desde hace un tiempo me he estado sintiendo bastante extraño. Siempre quiero estar a tu lado, tenerte para mí, porque me haces sentir especial. Es como una calidez en mi corazón que da gusto y me alegra estar contigo y verte. A lo que quiero llegar con esto es que me gustas mucho, te quiero... me has conseguido enamorar con tu hermosa sonrisa, tus lindos ojitos, tu compañía, tu amabilidad, ternura y más cosas que no me daría tiempo a decir... pero ya me entiendes. Ojalá algún día tenga el valor de decírtelo a la cara, pero de momento será así...

Pasó un tiempo desde que Muichiro estaba dormido y Tanjiro solo se quedó ahí, mirando las nubes, hasta que este se despertara. Después de un rato, el joven azabache fue abriendo lentamente sus ojos con la vista borrosa, hasta que ya pudo abrirlos completamente y lo primero que vio fue al pelirrojo saludándolo con una sonrisa.

—Oh, Tokito-kun, ¡ya despertaste! ¿Qué tal te encuentras? —preguntó con una sonrisa en el rostro, mirándolo a los ojos.

—¿Qu-qué ocurrió? —preguntó aún un poco adormilado, levantándose.

—Al parecer estabas muy cansado y te dormiste. Te acomodé en mi regazo para que estuvieras más cómodo.

—Oh... gracias —dijo tímidamente con un sonrojo en las mejillas—. Por cierto, ¿me dijiste algo? Creí haber escuchado algo... ¿o fue imaginación mía? —preguntó confuso y despistado.

—¿Eh? No, qué va, no dije nada. Debió ser un sueño o algo —dijo, intentando que no se le notara que estaba torciendo la cara o haciendo una mueca. Le costaba mucho tener que mentir, pero no se sentía con el valor o la seguridad de decir la verdad.

—¿Por qué no vamos mejor a comer algo al comedor? Debes tener mucha hambre —dijo con una sonrisa, volviendo a ponerse su haori.

—Vale... —dijo, estirándose un poco antes de ir junto a Tanjiro.