1.- Jardín de niños
2.- Encontrados muertos
3.- Dirección al caminar
4.- Escapar de un Bar
5.- Delirio prolongado
6.- Línea del metro
7.- Actualización de datos
8.- Muy famoso
9.- Mascota humana
10.- Infección viral
11.- El hijo de....
12.- Amor in...
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Aun tenia el rostro hinchado y rojo. Seijuuro miraba como Kouki estaba sentado junto a la ventana. Quería decirle algo pero no sabía ni que, ni como.
Si bien, ya había pasado una pena similar, no tenía ni el tacto ni las palabras para dar.
No en la situación en la que se encontraban.
—Akashi, el informe...—
La voz de Aomine lo hizo salir de sus pensamientos, quiso acercarse a Kouki pero opto por seguir al moreno. Aun desde la siguiente habitación podía ver de reojo a Kouki, preocupado hacia donde se iban sus pensamientos.
—La zona del hallazgo ha sido limpiada, en su mayoria—
Seijuuro levanto la mirada. El hombre se veía cansado ¿Y como no estarlo? Cuando Kagami y Kuroko no solo no estaban a su lado, sino que ir a rescatarlos significaba al menos; si no feacasaba el próximo equipo, meses de planeación. El único consuelo eran los 5 minutos diarios de conexión entre servidores, el mínimo permitido para no gastar demasiada energía vital en otras áreas.
—¿Cuanto más falta para apoderarnos del sitio?— pregunto. Tener la zona centro de la ciudad en sus manos significaba medicamentos, víveres y un descanso adecuado para ir a rescatar a los que faltaban.
—El pelotón Amarillo vuelve por la noche, con sus resultados podremos ir, pero si me dejaras adelan...—
—No— dijo con autoridad —No iras solo, no perderemos a nadie mas y eso significa tener apoyo—
—¡Si hubiéramos ido cuando Furihata lo indico, no los habríamos encontrado muertos!—
—Kagami-kun y Kuroko aun pueden sobrevivir con lo que tienen almacenado, estarán bien mientras no desobedezcan la orden de quedarse donde estan—
La voz ronca del castaño los sobresaltó, no lo demostraron pero si que les había dado un susto. Seijuuro quería alejar a su pareja, encerrarlo en una habitación donde nada le hiciera daño, pero era parte importante de la resistencia. Sabía dónde ir, conocía bien cada callejón por el cual podían huir, fruto de sus correrías con sus mejores amigos años antes.
Habian encontrado a Fukuda y Kawahara apenas un par de días antes, sus cuerpos no fueron profanados por los seres que los aquejaban, esos que diezmaron la población, reduciéndolos a soldados mal entrenados para sobrevivir. La pareja habia cometido suicidio en un intento de hacer sobrevivir al resto, dejando una nota de disculpa para su amigo.
Con su noble acto, habían logrado conseguir armas medicinas y un sitio seguro al cual volver, además de destruir un par de cientos de esos monstruos.
—El grupo de Kise-kun volvió antes. Es viable ir en busca de los chicos en por lo menos 3 días. Solo 3 días—
El cansancio en Kouki en todos era notable el estrés por rescatar a Kuroko y Kagami era inmenso, pero esa información los hacía Gabriel fuerza, esperanzas.
—Midorima-kun dijo que las bajas fueron nulas esta vez, solo un par de heridos—
Takao estaba fuera de servicio debido a la última incursión, aun no se reponian de el ataque a gran escala que los hizo huir de Seirin, lugar donde se habían atrincherado cuando todo inició. En la escapada, se habían distribuido en varias zonas, Aomine y Satsuki en Too se reunieron con Seijuuro y Kouki que se encontraban cerca, Midorima y Takao en el hogar del último debido a un resfriado por lo que fueron de paso por ellos en un intento de llegar a la mansión en Tokio del pelirrojo. Misma a la que aun aspiraban por llegar.
Algunos de los muchos a los qhe pudieron llamar o enviar mensajes de texto ligraron llegar al lugar, no tenían toda la información de quienes eran pero tenían la esperanza de que fueran la mayoría. No tenían contacto con Murasakibara ni Himuro, rezaban porque estuvierna bien.
Kise y el grupo de Kaijo lograron llegar a su posición con varias bajas, como Moriyama, pero al menos estaban con ellos.
—Me prepararé — les dijo Aomine, saliendo de la habitación con más seguridad que antes
—Kouki... — comenzó a hablar Seijuuro, queriendo tocarlo, abrazarlo, fundirse en su castaño
—Estoy bien Sei... ellos, ellos son heroes— le respondió.
Seijuuro elimino el espacio que los separaban, le atrajo entre sus brazos y luego le beso.
—Todo saldrá bien—
Y afuera, el sonido de los chasquidos de los muertos se perdía entre el sonido de las balas, de los gritos, las bombas. Pronto todo estaría bien.
