Apenas recibieron el mensaje fueron hacía Tseldora. Jennie condujo un poco más rápido de lo habitual y en tan sólo siete minutos ya se hallaban cruzando la puerta de local que Rosé comenzaba a detestar. No saludaron y caminaron hacía la habitación donde se habían hecho todas las "reuniones" que habían tenido.
La mujer miró con cierto nerviosismo a la pareja entrar, admitía que sentía algo de temor por la reacción de ambas. Aunque había dado un buen paso con el descubrimiento que habían realizado junto a sus colegas, sabía de todo corazón que no seria suficiente para calmar la ira que seguramente le vendría encima de las dos. Por eso mismo es que había vuelto a optar por llevar a los dos hombres de la vez pasada para retener a Rosé. Esta vez no la sentaron, simplemente los hombres se hicieron a los lados de la mujer para detener cualquier tipo de ataque que quisiera hacer la más alta.
—bien, estamos acá— habló Jennie cruzándose de brazos y mirando expectante a la mujer y a los hombres a su lado. Algo le decía que no serían las mejores noticias que recibirían.
La mujer se aclaró la garganta y habló:— junto con mis colegas descubrimos algo bueno...
—¿y qué es?— esta vez habló Rosé algo irritada. Lo último que necesitaba era que se pusiera de misteriosa la mujer.
—a una de las personas que sufrió lo mismo que tú se le pudo prácticamente pausar este cambio de personalidad...— explicó.
Rosé la interrumpió y sonrió—¡eso es una excelente noticia!— miró a Jennie— amor, eso ya es un avance muy grande.
Jennie negó— no confío, ¿por qué esos dos tipos están acá? no los necesitarías a no ser que haya algo malo detrás de eso— analizó.
—antes de que me interrumpieras— se dirigió a Rosé— iba a decir que se logró porque se hizo un, llamémosle, antidoto con la sangre de la persona original.
Y ahí fue cuando la sonrisa y el optimismo de Rosé se esfumó para ser reemplazado por esa extraña aura de seriedad e intimidación que había desarrollado. Jennie miró la mandíbula tensa de su novia y como su pecho empezó a subir y bajar con más fuerza debido a la respiraciones que estaba dando. Ahí estaban también esas venas en sus brazos y manos cuando las apretaba con fuerza.
—díganme que tiene la sangre del puto ex convicto que usaron para su experimento de mierda.
La mujer se quedó callada.
Claro que no la tenía, el tipo así como llegó se fue. No dejó ningún tipo de información, ni siquiera su nombre. Es como si no fuera real.
El silencio de la mujer fue respuesta suficiente para Rosé y Jennie lo sabía. Un paso de su novia logró alertarla, esperando lo peor. Los hombres rápidamente se hicieron delante de la mujer, esperando cualquier tipo de ataque. La mirada del hombre más alto de la habitación intercaló entre los dos para finalmente parar en los ojos temerosos de la mujer.
—escúchame bien— su voz se había vuelto más profunda— la próxima vez que llames, será para decirme que esta puta mierda que me hiciste está resuelta, asiente si comprendiste— la mujer lo hizo— no me vayas a llamar para nada más, ni a mí ni a mi mujer, porque sino...— silencio.
La amenaza quedó al aire.
Con un último vistazo de esa mirada que no reflejaba nada de la verdadera persona que era, Rosé se dio la vuelta y caminó hacía la saluda.
—vámonos, Jennie— le ordenó a la mujer.
Jennie se hallaba aturdida para en su sitio, estaba sorprendida por el comportamiento de su novia, cada rato se hacía más evidente que no se trataba de la Rosé que todos conocen y estaba empezando a sentirse insegura y con miedo.
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quiero mi cuerpo de vuelta [chaennie]
Фанфикdonde rosé, harta de los cólicos menstruales, desea ser un hombre.