Jennie abría la puerta de la entrada del apartamento de Lisa y Rosé.
Había salido a comprarle pastillas para lo cólicos menstruales. Le sorprendía que, sabiendo el tipo de dolor que tenía, la rubia siempre se empeñaba en no tener ni una cajita con el medicamento, era increíblemente irresponsable.
Dejó las llaves sobre el mesón de la cocina al igual que sus pertenencias, se acercó a la nevera para sacar una botella de agua y llevarle la caja a su novia.
Al entrar a la habitación de Rosé, Jennie pudo divisar a su novia hecha un ovillo frotando sus pies. En su mente eso lograba calmarle el dolor, aunque en lo más profundo de su ser sabía que no era así.
—Rosie— llamó a la mujer rubia.
El sonido de queja que salió de la garganta de Rosé dio a entender a Jennie que se hallaba de mal humor, así que simplemente le ayudó a sentarse y le tomó la cara para entreabirle la boca y así meter la pastilla, pasándole el agua para que se la tomara.
Un leve gracias se escuchó de la boca de su novia. Jennie sintió a Rosé acercarse a ella y envolver su cintura con ambos brazos, apoyando la cabeza en su pecho dejando un leve beso sobre el escote descubierto.
Jennie sonrió y le dejó un pequeño beso sobre la cabeza, su mano acariciando la espalda de la rubia.
—Rosie, sabes que debes tener una caja de pastillas para tus dolores así tomas lo antes posible y no esperas a que se intensifique— regañó, aunque su voz sonaba tan suave que no parecía un regaño.
Un suspiro salió de la rubia. —lo sé, pero Lisa también las toma y luego olvidamos comprar.
—sí y después las dos están llorando de dolor, aunque tú sueles ser la más afectada siempre— dijo Jennie—por cierto, ¿y Lisa?
—salió, su hermano vino de Tailandia y fueron por ahí, supongo que a pasar el rato.
Jennie asintió y dejó otro beso sobre su cabeza.
—tenemos el apartamento solo y yo tengo esta cosa fea— se quejó Rosé— igual podría meterte mano.
—¡Rosé! — Jennie se alejó y le dio una palmada en la cabeza—ni adolorida dejas de pensar en eso.
La rubia se encogió de hombros. —es tu culpa por estar tan buena.
—eres una boba— ríe Jennie. Se levantó de la cama para acercarse hacía la mesita donde había una televisión plasma encima y tomó el control—¿y si mejor seguimos viendo Better Call Saul? quiero seguir detestando a Chuck— sugirió.
Rosé sonrió y asintió contenta. Esperó a que Jennie se acomodara en la cama y casi se pegó a ella a su lado.
—como me gusta Kim, es la mejor— mencionó Rosé mirando a una mujer rubia dentro de la pantalla. Sintió a Jennie mirarla y rápidamente corrigió— pero no tan mejor como mi hermosa novia— dirigió la vista a la mujer a su lado y dejó un beso.
Jennie, satisfecha, se reacomodó de tal manera que pudo abrazar el brazo de Rosé y apoyar su cabeza en el hombro.
Habían pasado horas, ya era de noche cuando escucharon la puerta principal abrirse y las inconfundibles voces de Lisa y Jungkook. Ambas mujeres decidieron salir a la sala para saludarlos.
—al fin te paraste— dijo Jungkook mirando a Rosé— tienes mejor apariencia, cuando salimos de acá parecías un muerto en vida.
—es que Jennie es una excelente doctora— señaló Lisa.
—sólo le di de esas pastillas que ustedes toman como si fuera droga.
Lisa sonrió apenada. —mierda, olvidé reponerlas.
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quiero mi cuerpo de vuelta [chaennie]
Fanficdonde rosé, harta de los cólicos menstruales, desea ser un hombre.