Él veía sus manos llenas de sangre, un hacha ensangrentada y un hombre agonizando de dolor tirado a su lado con el pie separado de su pierna.
Era bastante obvio qué había ocurrido.
Sintió una punzada de dolor en su costado y llevó una de sus manos al sitio sintiendo la superficial pero dolorosa herida que había logrado hacerle con el mango del machete.
—imbécil— bramó furioso al tipo tirando al lado— ahora me dirás todo lo que sepas— dijo. Él se puso de pie y se sacó el cinturón tirándoselo al hombre— más te vale amarrarte la pierna antes de que te desangres.
La mirada intimidante de él llegó hasta lo más profundo del hombre que aún estaba tirado en el piso. Después de haberse asegurado de que había obstruido la salida de sangre lo mejor que podía, se aclaró la garganta y al fin habló.
—fueron los Williams, ellos nos mandaron.
—para qué exactamente— preguntó.
El hombre se encogió de hombros— sólo dijeron que debíamos ir por Kim Jisoo y llevársela.
Rosé se despertó de golpe, el sudor frío le cubría la piel y respiraba con dificultad. Cerró los ojos y temerosa los abrió de nuevo, levantó sus manos y suspiró con alivio al ver que las tenía limpias, luego miró a su alrededor y se sintió tranquila cuando se vio a sí misma en la habitación de su novia.
Se pasó las manos por el rostro y se quitó la sábana de encima para pararse y caminar hacía el baño. El entrar quedó frente al espejo, mirando su masculino reflejo y fijándose que su cabello había crecido un poco más. Abrió la llave del lavamanos y se inclinó para lavarse el rostro y luego pasarse las manos por el cabello echándolo hacía atrás.
Era la tercera vez que soñaba cosas parecidas, siempre con Jisoo y ese apellido involucrados en ellos. Desde esa vez que la vio en el buffet había empezado a tener esos sueños. El primero fue ese mismo día, el segundo a la semana y hoy, después de otra semana sin haberle pasado, volvió a soñar.
Salió del baño después de secarse el rostro y miró el reloj de la mesita de noche, apenas eran las 04:28 am, luego miró a su novia plácidamente dormida de lado. Ninguna de las dos tenía que madrugar, hoy Jennie tenía el día libre y ella había decidido al fin contactarse con Glenn después de no haber recibido respuesta del buffet. Jennie obviamente ofreciéndose a ir con ella, la cosa era que la esperaban hasta las 08:00 de la mañana.
Decidió salir de la habitación hacía la cocina y buscarse algo de comer. Al estar frente a la nevera la abrió y sacó uno de los jueguitos en cajita que Jennie había comprado para ella porque sabía que los amaba. Fue hacía la barra y se sentó en una de las sillas.
No pasaron ni cinco minutos cuando sintió los delgados brazos de su novia rodearle la cintura desde la espalda y un beso en medio de los omóplatos, seguido de la cabeza de la mujer apoyada en esta.
Sonrió terminando su jugo y dejó la cajita a un lado para darse vuelta aún sentada, Jennie separándose un poco para hacerlo más fácil.
Al estar de frente, Jennie sonrió mirando el atractivo rostro masculino que ahora tenía su novia y se acercó a sus labios para darle un pequeño beso. Volvió a rodearle el torso desnudo con sus brazos y sonrió cuando sintió las manos de su novia sobre su cintura acariciándola. Apoyó la cabeza sobre el pecho y cerró los ojos.
—¿otra vez esos sueños?— preguntó en voz baja. Un sonido positivo salió de los labios de Rosé— creo que deberíamos hablar con la chica, ¿no crees?
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quiero mi cuerpo de vuelta [chaennie]
Fanficdonde rosé, harta de los cólicos menstruales, desea ser un hombre.