Tres

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La siguiente vez que Derek despierta, nuevamente, en el apartamento de su hermana, Hale comprende que su día por alguna extraña razón se estaba repitiendo. 

¿En serio? Era exactamente el día que menos quería repetir en su vida. 

Pero allí estaba, escuchando a la idiota de su hermana hablar y viendo pasar el día con demasiada rapidez. 

Esta vez, cuando llega la hora de ir al baño, solo se dedica a mojar su cara y a mirarse en el espejo por un momento. 

Algo estaba mal allí, en el baño. Había magia o...algún monstruo intentando arruinarle un poco más la vida. 

Y Derek descubriría de que se trataba. 

La puerta se abre unos minutos después y, en vez de aparecer Stiles, como Derek estaba esperando, divisa a Ken. 

El chico aún luce desaliñado y parece estar asustado, hasta que sus ojos se encuentran con los de Hale, luciendo repentinamente animado. 

–¡Cariño!.–Exclama y se acerca a su futuro esposo. Rodea el cuello del peli-negro con sus brazos y le da un rápido beso.–¿Me extrañaste?.

Derek se desespera porque sabe que, al parecer, todo lo que está relacionado a Ken hace que su día vuelva a suceder. Pero no entiende el qué hace que eso suceda. 

Entonces el moreno solo sonríe. Ken no luce satisfecho con eso, pero lo deja pasar.

–¿Ya practicaste tus votos?.

–¡No!.–Derek grita, histérico e intenta zafarse del agarre del chico. Ken lo observa, preocupado. 

–¿Estás bien?.–Dice y luego su rostro pasa de preocupación a enojo. –¿No escribiste los malditos votos, Derek Hale?.-Lo dice en un tono bajo, siseante. 

–¡Los escribí, los escribí!.–Contesta en voz baja y observa el lugar con preocupación, esperando a que algo malo suceda por hablar de los malditos votos. –Solo...no quiero hablar de eso. Escuché que trae mala suerte.

Ken asiente lentamente y luego le da otro beso, que Derek tampoco responde.

–Estas raro, ¿No quieres casarte?.

Derek presiona sus labios juntos. En realidad, ahora desearía unas vacaciones en las Bahamas, lo suficiente lejos de todo lo que tenga que ver con este maldito día. 

Hace un ruido con su garganta, que espera que Ken tome como respuesta. 

–Por un momento me asusté, pensé que aún tenías sentimientos por...para…–Derek eleva sus cejas, ¿Acaso su futuro esposo sabía de sus sentimientos por Stiles? Creía que el hechizo que le había hecho aquella bruja había funcionado. Aunque, ahora que lo recuerda, fue un tiempo después de conocer a Ken. Entonces podría…–Olvidalo. En realidad venía por otra cosa.–Hay una sonrisa nuevamente en el rostro del rubio mientras lleva su mano a la parte trasera de su pantalón. Hurga allí y luego pone frente a Derek un collar. 

–¿Un collar?.–Derek siente que todo se puede acabar en cualquier momento. No quiere revivir nada de eso, niño Jesús. 

–¡Si! Mi mamá lo llevó en su boda, fue un regalo de papá.–Una pequeña sonrisa tira de sus labios.–¿Te gusta?.–Pregunta. 

Hale observa el collar.

–Es...bonito.–Sonríe y siente su corazón latiendo con fuerza. ¿Ahora cuando se supone que va a morir y a revivir aquel día?. 

–Bien, que bueno que te guste.–Ken luce emocionado mientras estira sus manos con el collar, prendiendolo en el cuello del peli-negro. –Te ves muy bien.

"Bad bad liar".-Sterek.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora