Cuatro

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Derek hace todo lo posible para pasar el siguiente día sin hablar. Evita a su hermana en el apartamento y, cuando lo lleva hacia la iglesia, el peli-negro se cambia en silencio. 

Intenta no pisar el baño, solo para que no ocurra algo loco de nuevo. Por lo que se encuentra orinando una planta cuando escucha la voz de la madre de Ken a sus espaldas.

–¿Hijo?.

El rostro de Derek arde con furia y se queda inmóvil. 

–¿Estás orinando una planta?.

–¡N...no! Yo solo…–En un momento de torpeza, y por los mismos nervios, sube el cierre y agarra su pene en el mismo intento. 

Siente el dolor recorriendo su cuerpo y la sangre brota con rapidez. 

Se gira desesperado y la mamá de Ken, Lisa, cubre sus ojos mientras grita. Hale puede que también grite. 

Esa vez, Derek muere de la manera más vergonzosa: se desangra por agarrar su pene con el cierre del pantalón. 

(...)

–¡Creí que solo eran mentiras relacionadas a mis sentimientos por Stiles!.–Derek grita cuando despierta, una vez más, en la sala de estar de Cora. 

La chica parpadea, tal vez no comprendiendo cómo sabe lo del hechizo, pero le da un sorbo a su taza de té.  

–¿Tal vez cualquier mentira pequeña te traerá de vuelta hasta que desbloquees esa gran mentira que es tu vida?.–Eleva sus hombros, restándole importancia. Derek gime.–¿Con qué mentiste ahora? 

–Lisa me encontró orinando una planta. Me preguntó si lo estaba haciendo y le dije que no.–Cora parece estar aguantando la risa.–Mi muerte fue causada por el maldito cierre del pantalón, lastimó mi pene y me desangre. 

Su hermana, claramente, ríe hasta llorar. 

Hale pasó la primera parte de ese día bien. Logra cambiarse y estar listo para la ceremonia sin inconvenientes de por medio. 

Evita a su prometido y a Stiles. Siente demasiado orgullo. 

Tal vez pueda conseguir evadir el hechizo esa vez. 

Su madre lo acompaña hasta el altar y se para con nerviosismo mientras ve un par de personas sentadas, esperando a que la ceremonia comience. 

Divisa a Stiles en el quinto banco, luciendo un bello traje color salmón y su barba de tres días. El cabello está algo desaliñado y el corazón de Derek puede que dé un vuelco. 

Cierra sus ojos por un momento. Necesita mantener su mente en blanco e intentar hablar poco, de lo contrario, todo comenzará de nuevo. 

No sabe cuánto tiempo se encuentra así, pero escucha el suave rasgueo de la guitarra que indica la entrada de Ken. Ni siquiera recuerda qué canción había elegido su prometido. 

Mente en blanco. 

Abre sus ojos cuando escucha suaves jadeos y se encuentra a Ken a pocos pasos de distancia. Le sonríe pequeño y el chico le devuelve el gesto. 

–Mon amour.–Dice el rubio cuando llega al altar, estirando su mano hacia Hale. 

–Hey.–Responde el peli-negro mientras el chico se para a su lado. 

El padre comienza a hablar, dando un breve discurso sobre el matrimonio y su importancia. Derek sólo piensa en unicornios porque es lo único que se le ocurre que no tenga que ver con su vida y sus sentimientos. 

–Derek Hale.—El padre dice, llamando la atención del peli-negro. Los ojos verdes se posaron en el anciano.–¿Aceptas a Ken como tu esposo para cuidarlo y amarlo en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?.

Derek asiente. 

El padre eleva sus cejas.–¿Derek?.

Ken lo observa con consternación.–Contesta, Derek. No puedes dejarme plantado en el altar.-Lo amenaza en tono bajo. 

El peli-negro hace un ruido con su garganta, rogando porque aquello funcione como seña de que esta aceptando. Claramente, como la suerte no está de su lado, no funciona. 

-Debe responder con palabras, joven Hale. 

El peli-negro suspira con nerviosismo y da una rapida mirada hacia atrás, divisando el rostro confundido de Stils. 

Podría terminar con aquel problema en ese mismo instante. Si detiene la boda tal vez no tenga que...

–Acepto.–Derek dice, volviendo su mirada al padre, quien asiente sonriente. 

Ken, a su lado, da un pequeño brinco en el lugar. El peli-negro observa la habitación con terror, esperando que lo peor pase. 

Nada. ¿Qué carajos?

–Ahora, Ken Gallagher ¿Aceptas a Derek Hale como tu esposo para cuidarlo en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separe?.

Hay un crujido. Luego otro. 

–Acepto.–Cuando Ken termina de decir aquello, el techo de la iglesia cae. 

Ah, qué rápido los separó la muerte.




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"Bad bad liar".-Sterek.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora