Máquina de Peluches 🧸

155 13 1
                                    

Peluches, ¿A quién no le gustan los peluches?, Son tiernos, esponjosos, suaves, tienen olor a frutas, son de diferentes tamaños, colores, figuras, etc

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Peluches, ¿A quién no le gustan los peluches?, Son tiernos, esponjosos, suaves, tienen olor a frutas, son de diferentes tamaños, colores, figuras, etc.

Pues a Scott le encantan los peluches, cada que tiene oportunidad va a una máquina para intentar sacar uno, pero siempre falla y mejor termina por comprarlos.

Pero hoy tal vez sea la excepción, Peter y Scott tienen una cita, es su octava cita y fueron a un lugar con muchos juegos, incluían maquinistas, cabina de fotos, juegos de puntería con agua o sin agua, boliche, carritos chocones, mini básquet, parecían niños corriendo de aquí para allá, para Peter ese lugar era otro mundo, desde que era niño jamás volvió a poner un pie en uno de esos lugares.

Ganaron muchos boletos para obtener un premio en caja, Scott escogió una pulsera que brilla y Quill un collar de pareja, una estrella partida a la mitad, se la pusieron y salieron del lugar, su cita estaba por terminar.

Scott: Sin duda, fue muy divertida ésta cita, ¿Te divertiste? – se tomaron de las manos mientras caminaban.

Quill: Siempre me divierto cuando estoy contigo, hormiguita – el menor rió nervioso con un sonrojo de por medio.

Scott: Eso es un sí, entonces – asintió – otra cita exitosa – al llegar a la salida se toparon con una máquina de peluches – sabes, siempre he querido un peluche de esa máquina, pero nunca logro sacar uno – se acercaron.

Quill: Bueno, es que no tenías a tú lado a este hombre – dijo con orgullo – yo sé hacerlo, te sacaré a ése peluchito azúl – sacó una moneda para introducirla en la máquina.

Scott: Si, gracias, Stitch es mi personaje favorito de esa película – la máquina se encendió – suerte.

El gancho agarró al peluche, pero se cayó antes de tiempo.

Quill: No te preocupes, lo intentaré otra vez – segundo intento y nada, volvió a caerse – ¿Qué le pasa a ésta máquina?

Scott: Siempre he pensado que es una trampa para que nosotros sigamos metiendo monedas en esta cosa – miró más de cerca – ni siquiera la garra es suficientemente punteaguda.

Quill: Si, pues éste hombre no se va a rendir, tendrás tú peluche, corazón – siguió intentando pero se seguía resbalando, cuando estaba a punto de conseguirlo y meterlo al agujero, la garra se abrió antes de tiempo, no lo consigo – ¡Carajo! – dejó caer su cabeza en el cristal – maldita máquina.

Scott: mejor vámonos gordito, de todas maneras gracias por intentarlo – besó su mejilla y lo agarró del brazo para llevárselo.

Quill: Quisiera romperla – la miró con odio.

Scott: Si, yo también, quisiera venir en la noche, romper la máquina y robarme todos esos Stitch, pero mi lado criminal ya pasó de moda – caminaron hasta el auto.

Hay un Nosotros (Star Ant)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora