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Es un gran día para para los rusos, un día tan tranquilo...

Pero los ojos de un hombre ese día se fijaron en un Alemán, no era cualquier persona, nunca había sentido algo por alguien y tan sólo verlo parecía moverle el alma, podía sentir escalofríos cuando este se acercaba, la mirada fría del ruso podría decir que no sentia nada pero el mismo jamás podría creerse tal mentira.

Si tan sólo este supiera que cuando estan a un metro de distancia sus ojos se llenaba de alegría.

Le daba su mejor sonrisa, el no lo sabía... Pero este tipo ruso jamás sonreía.
Y ahora mismo... le había regalado la más sincera que podía tener.

Aún sin saberlo el alemán había correspondido de igual forma, parecía el comienzo de una historia.










Que poco a poco... se tornaba violenta.

El poco tiempo que nos quedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora