7. Instintos

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Lux, el peli negro, al fin se atrevió a salir del lugar donde se mantenía oculto. Ahora que ya le habían sido entregadas sus armas, iría en búsqueda de sus víctimas.

Observó su reloj: 5:24 de la madrugada. Aún no había salido el sol, pero de todas formas, igual se veía algo de luz. Pero, lo que verdaderamente permitía ver, era la iluminación propia del barco.

Un guardia alto y fornido le entregó su mochila, que no contenía nada más ni menos que nunchakus.

Tuvieron que haberlo investigado.

El era experto en artes marciales, sobre todo en la artes marciales chinas. Tenía ascendencia china, sus padres lo eran, aunque lo habían criado en Inglaterra. Era probable que en algún momento le enseñaran sus raíces.

Sus padres en realidad, no lo criaron en Inglaterra solo porque quisieran.

Sucede que en china eran perseguidos. Nadie los quería allí. Tuvieron que escapar, no tenían otra alternativa.

En fin, los nunchakus le venían de maravilla. Sabía como usarlos, probablemente todos los demás no, ahí ya tenía una ventaja. Si se lo robaban, nadie tendría la misma habilidad que él.

Fue en búsqueda de su primera víctima.

Caminó y caminó. De cuclillas. Agachado. Acostado. De cualquier manera con tal de que no lo atrapaban. En las partes cerradas corría, en las partes abiertas iba con mucha más precaución.

Estar en el centro era lo más peligroso. Todos podían verlo, pues los pisos de más arriba daban una visualización completa y directa hacia allá.

Pero también significaba una buena escapatoria. Al estar al centro, puedes ir hacia el lado que desees. Hacia la izquierda, o derecha. Al frente o atrás. Incluso arriba y abajo.

Y la castaña se dirigía en dirección al centro.

Lux tenía una excelente memoria. Quizás esa era una de sus mayores habilidades. Sino es que la más. Luego de su habilidad para las artes marciales chinas, claro.

Corría detrás de María. Pero ella, sorprendentemente, corría más rápido.

Atraparla sería un desafío.

El centro constaba de tres partes principales: El resto bar. La piscina. Y otra piscina.

Eso si, había un buen espacio para correr. Era un crucero, era de esperar que todo fuera en grande.

La veía. Estaba a menos de quince metros. La alcanzaría. Solo un poco más y...

Algo impacta contra el.

Un fuerte golpe en la cabeza lo hizo tambalear, pero su instinto de supervivencia superaba aquel mareo.

Arriba de el una personas estaba sujeta. Por más que se moviera y le golpeara esta no se soltaba. Lo golpeaba en la cabeza.

Hasta que decidió comenzar a ahorcarlo. Sostenía un rifle descargado sobre su cuello, mientras lo sujetaba y ejercía presión.

Lux comenzaba a marearse, se movía lo más que podía y golpeaba lo más fuerte, pero la persona no soltaba su agarre.

Un mechón de pelo color castaño se coló por su campo visual.

El castaño se mantenía firme arriba de Lux. Estaba a punto...

Lux romo impulsó y se tiró para atrás. Todo el peso cayó sobre el castaño. Por fin logró soltarse de su agarre.

Era su momento de brillar.

Tomó sus nunchakus y con toda habilidad los movió para todos lados. Los movimientos eran tan seguidos y perfectos. Era como si un arma danzara.

Daba un paso mientras movía su arma. Otro más y otro más.

Pero el castaño no decidió retroceder. A contrario, prefirió también avanzar.

Movía el rifle como si fuera una espada. Los músculos se le tensaban por tomar el peso del arma en solo una mano. En definitiva tenía un gran músculo.

Se había armado la lucha.

Aquella mujer que estaba persiguiendo volvió corriendo hacia donde él estaba luchando con el castaño.

Los malditos estaban aliados

Había caído en la trampa de la pareja redondito.

La mujer se unió a la pelea. Dos contra uno. Ambos castaños contra Lux.

Noto como la mujer desempuñaba su cuchillo. Ahora si que le sería difícil.

De pronto un objeto volador pasó rozando su cuerpo. Incluso sintió una pequeña brisa.

Un cuchillo volador se había enterrado en la pierna del castaño. Inmediatamente este llevó sus manos a su muslo, bordeando el cuchillo, y ejerció presión. Una mancha de sangre comenzó a cubrir su pantalón.

Le costaría escapar.

Lux con su nunchakus no desaprovechó la oportunidad y mientras los movía se fue acercando al par de castaños.

Ellos tampoco se rindieron.

Otro cuchillo volador pasó cerca de él. Esta vez si se dio cuenta de dónde provenían. Casi le da a la mujer, pero no llegó a impactarla.

Una pelirroja los había lanzado escondida desde una de las mesas del resto bar.

—¡Ya Diego! ¡Después!

El castaño solo la miro con un ápice de rabia, pero la siguió.

Corrió, si, pero se notaba cuánto sufría con cada pisada que daba.

Ambos terminaron corriendo mientras la pelirroja y Lux los miraban con desprecio.

La pelirroja salió rápidamente de donde se encontraba, y sin ninguna palabra, ella y Lux se miraron y llegaron a un acuerdo silencioso.

Sus ojos joviales se entendieron al instante. Solo bastó que cruzaran miradas un par de segundos.

Ambos eran los más jóvenes, la mayor energía recaía en ellos. Sin duda tenían más resistencia que los demás. Al menos eso creían ambos.

De todas formas, que estuvieran unidos significaba que unían sus fuerzas.

Y eso si que era peligroso.

Una alianza entre dos jovenes...

Quizás la supervivencia no es el único instinto que se desarrollaría en ese barco.

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⏰ Última actualización: Apr 04, 2023 ⏰

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Anna: El diablo tiene nombre de mujer || ONC2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora