𝐂𝐀𝐑𝐍𝐄 𝐅𝐑𝐄𝐒𝐂𝐀︳ᴮᵒᵇ ⱽᵉˡˢᵉᵇ ˣ ¿ᴼᶜ?

having some alone time...

Un rayo de luz logró deslumbrar los ojos de [Nombre], quien despertó un tanto asustada por lo de la noche anterior, se sentía sucia y un poco adolorida de las partes donde el hombre la había mordido, pero sobre todo en sus caderas, las cuales se encontraban lo suficientemente débiles para no poder moverse unos minutos almenos.

En cuanto logró despertarse por completo, lo primero que logró notar fue la cara regordeta de bob a unos centímetros de la suya, su respiración chocaba contra la de ella. La mujer intento separarse lo más que pudo de el hombre, pero cada vez que lo intentaba este soltaba un quejido, apretando más el abrazo que lo mantenía unido a ella.

La mujer intento una vez más, intentando cambiar su cuerpo por una almohada de el tamaño de su torzo, cosa que funcionó, ahora el hombre abrazaba una almohada mientras que ella era libre por ahora, sabía que no iba a tardar mucho para que se diera cuenta de que no era ella, por lo que puso una almohada más para pretender su masa corporal, y así mantenerlo más tiempo dormido.

Lo primero que pensó fue en bañarse y ponerse ropa limpia, algo que caracterizaba al hombre era tener su ropa limpia y bien planchada, algo que sorprendió a la mujer cuando se dio cuenta de eso. Tomó una pequeña cobija para tapar su cuerpo desnudo mientras aún no se metía a la ducha, con sumo cuidado abrió uno de los cajones del hombre, tomando una de sus camisas más pequeñas, aunque aún así le quedaba pequeña. Tomó también un pantalón, procurando elegir uno igualmente pequeño, cosa que claramente no encontró, tendría que doblar la parte inferior de este cuando se lo pusiera.

De igual forma, tuvo que tomar un boxer del hombre, simplemente lo doblaba un poco al ponérselo para que almenos no se le cayera por unas horas, y unos calcetines con un estampado de filetes con cuchillos y tenedores, la verdad te preguntabas de donde había conseguido unos calcetines tan extravagantes como aquellos; en cuanto a la parte de tu pecho, te ponías el mismo brasier que tenías desde que habías llegado a aquel infierno, por lo que está vez no sería una excepción.

Tomó las prendas entre sus manos, intentando sostener la cobija que la cubría. Sutilmente comenzo a dirigirse hacia la puerta que conducía al baño, para su mala suerte, cada que daba un paso su cadera parecía querer desprenderse de su torso, nunca pensó que le doliera tanto hacer algo como lo de anoche, pero ahora veía que era posible y no simples mentiras que su amiga le contaba de sus borracheras, ahora que lo pensaba, la extrañaba bastante, al igual que su padre y madre, aunque su madre...

Con un poco de dificultad llegó a la puerta del baño, abriendola lo más suave que podía, así sin necesidad de despertar al hombre, quien aún dormía plácidamente en aquella cama polvorienta. Dejo la ropa en el lavabo que parecía tener una que otra telaraña, dio un vistazo a su propia apariencia, notando su cabello desordenado, la parte del cuello, hombros y pechos con bastantes chupetones y mordidas, algunas con un poco de sangre seca y cuarteada.