El chico de los CD's (NamJin Version)

Capítulo 7

Los siguientes días, mientras sus madres se encontraban trabajando y las clases con Mina habían acabado, él se encontraba solo en su casa. Como de costumbre desde que era un niño. Comenzó a practicar en soledad. Comenzó balbuceando de a una palabra, luego eso se convertiría en un susurro, luego en una palabra dicha en voz baja, y finalmente en una palabra propiamente dicha. Luego intentó hablar varias palabras de una sola vez. Eso se le dificultaba bastante. Pero al menos tenía la tranquilidad de estar hablando consigo mismo. Cualquiera que hubiera visto la escena hubiera mofado. Un maldito idiota de diecisiete años, hablando solo, practicando hablar para hacerlo bien, cuando a todo el resto del mundo le era algo tan fácil y natural. Pensaba que era patético, pero no dejó de esforzarse. Fue un proceso lento. Avanzaba un poco más día a día. Cuando finalmente logró hablar medianamente bien, decidió llevar su entrenamiento un poco más lejos. Se paró frente al gran espejo de su habitación, pretendiendo que su reflejo se trataba de cualquier otra persona. Podía ver el miedo en sus ojos. Se quedó callado unos minutos. Pero imaginó la figura de Namjoon en el espejo, por sobre su reflejo. Sonreía, mordiendo apenas su labio inferior.

—Puedes hacerlo, Jin.

En su imaginación escuchó claramente a Namjoon decir eso al otro lado del espejo. Okay. Finalmente estaba enloqueciendo. Pero es que él sabía que probablemente esas serían sus palabras si se encontrara con él en ese momento. El reflejo producto de su imaginación se esfumó y volvió a estar frente a su peor enemigo. Él mismo.

Apretó sus puños. Tomó una gran bocanada de aire y miró su reflejo con expresión desafiante.

—¡Soy Kim Seokjin y no tengo miedo! ¿Sabes por qué? ¡Porque Namjoon confía en mí. Y él me hace fuerte!

Exclamó. Se alejó del espejo y se dejó caer de espaldas en su cama. Tenía la respiración agitada y su pulso temblaba. A pesar de sus persistentes nervios, sintió una oleada de orgullo recorrer su cuerpo. La auto superación definitivamente se sentía de maravilla.

Al anochecer su madre llegó del trabajo y se encontraba preparando la cena. Seokjin se dirigió a la cocina a tomar un vaso de agua. Se encontraba vestido solo con pantuflas en sus pies y una toalla ceñida en su cadera. Él se encontraba seco. Suni lo observó.

—¿Tomaras una ducha? —preguntó aunque fuera obvia la respuesta.

Seokjin terminó de beber el líquido del vaso de vidrio y la miró a los ojos.

—Sí —respondió y se dio media vuelta, retirándose del lugar.

—Está bien. Procuraré no abrir los grifos —le dijo amablemente mientras lo veía irse.

Suni siguió con sus labores de cocina. Tomó una cucharada de salsa y comenzó a probarla, pero de repente algo la dejó en shock haciendo que soltara la cuchara, que cayó al suelo, esparciendo parte de la salsa. Un verdadero desastre. Pero no pudo importarle menos. Volvió su vista a la puerta de la cocina por donde se había marchado Seokjin.

—"¿Sí?" —dijo en voz alta, porque su voz interna no era suficiente para expresar su asombro. Seokjin hacía ya muchos años que había dejado de usar esa palabra al tener un sustituto gestual.

En la sesión con Hoseok también él pudo observar el drástico cambio. Él respondía todas las preguntas luego de unos pocos segundos. Le dirigía de vez en cuando la mirada. No estaba usando gestos para remplazar palabras. Tanto Hoseok como Suni no podían salir de su asombro.

—Jin, amor. Despierta —lo meció su madre por encima de sus mantas —debemos ir a casa de los abuelos.

Seokjin estaba semi dormido, pero oír eso simplemente le quitó todo rastro de sueño. En un movimiento brusco quitó las frazadas que lo cubrían y miró fijamente a su madre. Era sábado. Los sábados eran su día especial. Su día libre. El día que veía a Namjoon ¿Por qué ir a la casa de sus abuelos? Eso sólo lo hacían los domingos. La miró con el ceño fruncido en espera de una respuesta, aunque ninguna que pudiera darle le agradaría.