Al fin había llegado. Cada semana le estaba resultando una eternidad, tenía algo por lo que esperar cada día, su madre siempre iba al centro comercial por la mañana, pero ese día su madre había pedido como favor que la acompañara a la peluquería, por lo que tuvo que posponer las compras hasta después del almuerzo. Seokjin estuvo con expresión de enojo toda la mañana y no habló en ningún momento. Suni se disculpó con él, aunque creía que le ser caprichoso y no tan solo un niño conformista también era algo bueno de vez en cuando. Una vez terminado el almuerzo, Suni lavó los platos y se dirigieron al centro comercial. Seokjin ni siquiera estaba seguro de los horarios en los que Namjoon estaba atendiendo, lo ponía muy nervioso el solo hecho de pensar que sólo trabajara de mañana y por ende no verlo el día de hoy. Para su suerte, al llegar, Namjoon se encontraba allí.
Se adentró en aquel local que comenzaba a conocer de memoria. Cada vez un poco menos nervioso con respecto a la gente alrededor, pero no podía decir lo mismo con respecto al chico que siempre se encargaba de atenderlo. Lo vio venir hacia él y tomó un CD al azar.
—Bienvenido a MusicWorld, Seokjin —dijo sonriente cuando estuvo lo suficientemente cerca de él. Recordaba su nombre, se sintió tan especial que no sabría cómo describirlo con palabras —que gusto volver a verte —el rostro de Seokjin permanecía inmutable por fuera, pero su mente gritaba internamente.
—Creí que siempre vendrías por las mañanas, al parecer me equivoqué —rió un poco y fue música para sus oídos —Eso es bueno —él escuchó eso y el enojo que había tenido durante toda la mañana se esfumó, desapareció en sólo un momento —Tal vez así podamos continuar la charla del otro día. Quiero decir, si no tienes prisa —Seokjin negó repetidas veces.
— ¡Genial! Supongo que ya debes de haber almorzado —él asintió —¿Te gustaría pasar el rato conmigo mientras almuerzo? Muero de hambre —Seokjin asintió. Era como si Namjoon no fingiera simpatía con él sólo por ser cliente frecuente de su lugar de trabajo, era como si realmente le agradara.
Namjoon le hizo una seña para que la acompañara. Y entraron en la puerta detrás del mostrador. Donde siempre envolvían las compras de la gente, era un espacio bastante amplio. Contaba con un baño para los empleados, una pequeña cocina, una mesa que tenía algunos papeles encima, tres sillas alrededor de ésta, una pizarra sobre la pared en la que se encontraban pegados varios post-its de colores con distintos recordatorios.
—Toma asiento —le dijo amablemente mientras se dirigía a la pequeña heladera, tomando un recipiente con sándwiches en él. Él le hizo caso, se sentó en una de las sillas, Namjoon se sentó junto a él en otra de las sillas — ¿Quieres uno? Los hizo mi mamá —Seokjin negó con la cabeza, le hubiera encantado tomar uno, pero aún estaba satisfecho.
Vio como Namjoon comenzó a devorar su sándwich. Al parecer en verdad tenía hambre. Se había quedado embobado observándolo. Luego de notar como Seokjin lo miraba con suma concentración luego de terminar su segundo sándwich lo miró.
— ¿Es entretenido verme comer? —preguntó divertido y bebió un sorbo de su gaseosa.
Seokjin quedó estático, no sabía que responderle. Si le decía que sí, quedaría como una clase de acosador enfermo. Si le decía que no, cabía la posibilidad de que Namjoon se ofenda. Namjoon notó el pánico en sus ojos.
—Hey, relájate. Era una broma. Siempre hago ese tipo de comentarios sarcásticos y estúpidos. Lo siento si soné rudo —Seokjin negó con la cabeza indicándole que no había sido su culpa —. Eres muy tímido ¿verdad? —Seokjin sólo lo miró fijamente asustado, temía que se diera cuenta de su maldito problema y dejara de hablarle —Es decir, solo te he escuchado decir dos palabras en cuatro semanas, me parece injusto, tienes una voz genial, es un desperdicio que no la uses más a menudo —el chico no hacía más que mirarlo sorprendido.
—Te propongo algo, tú vienes a visitarme todos los sábados, y yo te ayudo a superar tu problema de timidez. A menos que yo sea la única persona con la que no hablas mucho —Seokjin negó —. Bien, que te parece si empiezas por dejar de asentir y negar todo el tiempo con la cabeza. No es como si me molestara, te ves tierno cuando lo haces, pero solo debes responder con un par de palabras de dos letras cada una. No suena tan complicado ¿Qué dices? —Seokjin asintió con la cabeza y Namjoon dejó escapar una pequeña risa —Esto tomara un tiempo —dijo rascando su nuca —Una vez más, ¿Estás dispuesto a hacerlo?
No era nada que no hubieran intentado con él, distintas personas, con distintos métodos, durante años. Lograr que hablara como una persona normal. Todo había sido inútil, un porcentaje de los profesionales lo atribuían en su totalidad a su enfermedad, pero otro porcentaje lo relacionaba con la poca fuerza de voluntad que Seokjin ponía de su parte en poder mejorar. Y ahora estaba Namjoon frente a él, sonriéndole, queriendo ayudarlo sin que nadie se lo haya pedido, sin pedir nada a cambio, sin saber cuál era el problema de Seokjin. No podía negarse, no quería decepcionarlo. No a él. Estaba a punto de asentir con su cabeza por simple reflejo pero se detuvo.
—Sí.
Respondió finalmente con la vista clavada en el suelo, cuando volvió a subir la mirada se encontró con la imagen de Namjoon, con el codo apoyado en la mesa, con la cabeza recargada en su mano derecha y una gran sonrisa que hacía que se formaran pequeñas arrugas a los lados de sus ojos y esos hermosos hoyuelos se formaran en sus mejillas.
—Ya son un total de tres palabras —dijo sin dejar de sonreír.
Una simple palabra y podía verlo sonreír así. Tal vez si se esforzaba por cambiar, lo lograría. Si la recompensa era que Namjoon se alegrara por eso, definitivamente valdría la pena.
La puerta se abrió, era uno de sus acompañantes de trabajo. El chico rubio y pequeño. Entró con una caja en sus manos que a juzgar por la fotografía, tenía dentro un parlante. Cortó un pedazo grande de papel morado, el mismo con el que Namjoon envolvía semana tras semana sus CDs, lo sostuvo con cinta adhesiva todo en su lugar. Salió de allí con el paquete ya envuelto.
—Él es Jimin. Es un chico muy agradable, fue con quién primero hablé al comenzar a trabajar aquí. La otra chica se llama Soyeon. También es muy agradable, ella tardó un poco más tiempo en hablar conmigo, es un poco más tímida. Creo que le gusto, pero yo no la veo como algo más que una amiga.
Seokjin no supo bien el porqué, pero el saber que Namjoon le gustaba a una de sus compañeras lo hizo sentir molesto.
—Oh —dijo desilusionado al ver el reloj —tengo que volver al trabajo.
Guardó el resto de la comida y la bebida en la heladera. Salieron de la habitación y efectuaron la compra como de costumbre.
—Que disfrutes tu compra, te veo pronto —se despidió amable.
----------------------------------------------------------
Bueno, espero que les hayan gustado estos capítulos, como no eran tan largos decidí hacer doble actualización.
En otras noticias, ocupo urgentemente salirme de la escuela, no estoy soportando verdaderamente.
Bno, ya, nomas vine a quejarme kahdksjd, chau, les quiero <3
ESTÁS LEYENDO
El chico de los CD's (NamJin Version)
Fanfic•Aclaración: esta historia no me pertenece, todos los derechos van para "HeHasBlueEyes" yo solo hice la adaptación a NamJin. La portada fue hecha por GigiKim2, muchas gracias corazón