Verano eterno 🌤 [Daryl Dixon]

2. Rutina

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pov: Olive.

Practico artes marciales desde que tengo memoria, y podría decir que es uno de mis motivos para seguir viva. El dojo es mi tercer hogar, el olor a colchonetas, sudor, sacrificio y esfuerzo, para muchos puede ser horrible, pero a mí este es el paraíso. 

El Gran Maestro Jung es un hombre coreano que tiene más de 45 años en la isla, es soltero y tiene un dojo en nuestro lado de la isla. Según él, las artes marciales son su esposa, sí...no sé que tan bien de la cabeza esté. Corre el rumor de que se escapó de su país siendo hijo de una persona muy importante, pero aquí es una persona muy tranquila, de hecho, ni siquiera sé de qué vive porque no cobra las clases. 

No hay muchas personas en la isla que practiquen artes marciales, y eso a veces me juega en contra, porque provoca que el maestro Jung sea mucho más exigente. Solo somos tres alumnos, pero él está muy orgulloso de su trabajo. 

— aprieta el abdomen! - me corrigió

Estoy parada sobre mis manos, mis brazos duelen y toda la sangre en mi cabeza no me deja pensar con claridad, ya llevo más de 10 minutos en esta posición. Aprieta el abdomen, realmente quiero hacerlo, pero ya no lo soporto más, así que solo me dejé caer de rodillas. 

— levántate! - ordenó y eso hice con la poca fuerza que me quedaba - alma - dijo apoyando su dedo índice en mi pecho - cuerpo - dijo tomando mis hombros - y mente - dijo y golpeó mi frente - estás desconcentrada! 

— lo siento maestro - dije e hice una reverencia

— equilibrio!, no quiero ver algo así otra vez 

— lo haré - acepté - póngase usted de cabeza diez minutos - susurré para mí misma mientras él se iba 

— ¿Qué dijiste? - preguntó, cerrando sus ojos con duda 

— que lo quiero - dije sonriendo e hice un corazón con mis manos

— eso pensé...

Se fue caminando como normalmente hacía, con sus manos detrás de la espalda. No era una mentira, lo quiero mucho, pero a veces el cansancio es más fuerte que yo. Fui a ducharme y me cambié para irme, mientras cepillaba mi cabello mis compañeros hablaban. 

— ¿vas a ver a alguien?, te estás arreglando mucho, Olive - dijo Lean

— a mi novio... - dije sonriendo, extraño a Tyler

— la princesa de la periferia enamorada de un Golden, si existe algo más extraño que eso que me parta un rayo - dijo Bonnie

— están exagerando - dije yo 

— Olive, los Golden no se acercan a nosotros, y eso no es exageración, es una realidad - dijo Lean - lo que pasa, es que tú vives en otra realidad y te llevas bien con todas las personas que se te cruzan 

— me gusta darle una oportunidad a la gente...no todos los Golden son así, Leah y Tyler son un gran ejemplo de ello - defendí 

— no me fiaría de ellos para nada, al final siempre muestran su verdadero ser - dijo Bonnie y Lean asintió 

— tienes demasiados prejuicios sobre ellos, eso también es malo - expliqué - no tienes que pensar que todos son iguales, porque eso sigue agrandando la grieta que hay entre nosotros. Somos personas, no importa nuestra situación económica, mientras nos respetemos...