Capitulo 1: Todo va a estar bien

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Todo se reduce al poco tiempo que llevo admirando a la luna por lo que es, un satélite, y también al sol por lo que le produce a esta, su hermoso reflejo blanco y amarillo que a la vez es tan confuso pero tan natural que es, ver la vida desde una perspectiva en la cual ves lo mejor de cada día, que hasta en tus peores momentos tratas de ver lo mejor que hay en todo, es a lo que me dedico, todos dirán que soy un despistado, que no llegaré a nada siendo como soy ahora, pero siempre le veré el lado positivo a las cosas...

Pareciese que todo va bien en mi vida, que todo está tal y como se debe y que no necesito de más... Lo cierto es que nadie puede juzgar a un libro por su portada ni mucho menos saber la historia de cada persona, es por eso que probablemente esté divagando mucho por mi mente o por dejarme solo en mi habitación me quedaré hablando conmigo mismo, bueno, eso no importa.

Soy Caleb, tengo 15 años, vivo en la ciudad de Brooklyn y soy un adolescente "común", no espero que mi historia tenga cómo incentivo que mi vida sea una novela dramática pero sea el género más acertado para mi historia.

Todo comienza hace unos 3 años atrás, cuando todo en mi vida cambió, el mundo se detuvo debido a una pandemia mundial, pero no solo el mundo se detuvo en ese momento, si no que mis sentimientos se congelaron, casi todo en mi vida de había desvanecido cómo ese polvo que vemos elevarse en una fresca mañana de verano, no podía salir de la casa para nada, dejé de hablar con mis amigos por enfocarme en tener los mejores promedios para empezar bien la secundaria, mi vida antes de todo estos eventos estaba bien... Tenía una novia la cual amaba desde los 4 años que estuvimos juntos; se llamaba Chelsea, siempre estuve en "buena forma" a mi parecer, solo que era bastante delgado, mi mente no divagaba (esto último probablemente haya cambiado debido a mi edad), pero si, era feliz sin tantas cosas en las que pensar y preocuparme.

Al comenzar la pandemia perdí contacto con todo el mundo, hasta con ella, pero no fue porque yo quise, si no porque ese aislamiento lo necesitaba, para tener en claro quien era yo, mi propósito y mis ganas de seguir viviendo. Ella comenzó a indagar, durante mi tiempo aislado seguía viendo todo claro, cuando volví a las redes sociales y a mi vida social me encontré con muchos mensajes de despedida, algunos bloqueos y unas que otras felicitaciones por mi cumpleaños, pero hay una sensación algo indescriptible que ni yo puedo definirlo con palabras... Que fue cuando leí lo que había dejado Chelsea en mi bandeja de mensajes

Chelsea: Siento que esto no debería funcionar así, yo estaba bien contigo y ahora me dejas de hablar?!?! Una ruptura limpia hubiese dolido menos, pero si es tu forma de decir que ya no te importo, bueno, dejemos está relación hasta acá... Espero te vaya bien.

Me sentí un poco incómodo estando en mi propia casa, no sabía si responderle o dejar las cosas así, me quedé viendo el mensaje durante un largo tiempo y me di cuenta de que no valía la pena explicarle que no lo hice por desinterés si no por mi salud mental.

Al cabo de unos minutos escuché vibrar mi teléfono y no pude resistir a la ansiedad de saber quién era y miré hacia la pantalla de mi teléfono donde encontré un mensaje que decía

Chelsea : Lo siento, creo que actúe un poco impulsiva y me disculpo, pero aún sigo sin entender porqué nunca me escribiste, si quieres hablar conmigo llámame, ninguno de los dos puede salir ahora, pero no quiero acabar las cosas así... Así que por favor llámame.

Anonadado de el poco tiempo en el que recibía cada palabra hacia mi corazón solo quería volver a apagar mi teléfono por una o dos semanas más, nunca fui bueno con esto de las explicaciones ni nada por el estilo, solo sé que mi palabras probablemente sean las correctas y que de alguna u otra manera ella me entenderá. Recuerdo que la llamé y que solo quería saber si ella quería seguir con esta relación... Noté en su tono que quería discutir y pensé:
Solo busca cualquier excusa para terminar, estate tranquilo, no pierdas la calma y solo di que no quieres estar con ella, creeme, es lo mejor para ambos... Esto pudo haber salido mal pero no.

Le dije que a pesar de todo, los problemas que hemos podido superar, las conversaciones hasta las 2 de la mañana y el recuerdo de alguien que creí que siempre iba a estar para mí, solo era ficción, que yo mismo me cree, que lamentaba el mal rato que la había hecho pasar y que no va a volver a suceder, porque esta era la despedida...

Cuando retomo todo a la normalidad ya sin la persona que me ha ayudado durante esos 4 años en los cuales estuve mucho tiempo feliz y satisfecho con la presencia de ella, tuve que dejar el pasado dónde debía estar, en el pasado, y enfocarme en mi vida presente. Nunca había notado que tan rápido pasaba el tiempo cuando se trataba de las relaciones, para mí 5 minutos con esa persona son 2 horas en la vida real y no haría nada para cambiar el pasado porque claro, es un pesar el tiempo que pasé con ella y lo rápido que tuve que tomar esta decisión, pero probablemente sea lo mejor para ambos. Ya era de noche y tenía que comer, me hice un sándwich con tomate, lechuga y tocineta que sobró, el sabor era monótono, cómo si no fuese hambre lo que tuviera, si el un hueco que me dejó la despedida...

En toda la pandemia ví el cielo un tanto apagado, frío, cómo si la estación invernal haya estado todo un año sin descanso, solo 1 o 2 horas estaba soleado, lo demás era gris acompañado de nublado y neblina constante, similar a una historia de ficción. Después de retomar las tiendas de mi vida, estuve en un noctambulismo notable porque no quería salir mucho de mi habitación, prefería la oscuridad a la luz (es por eso que no prendía mucho la luz de mi habitación), me mentalizé de que no necesitaba a una pareja para tener estabilidad emocional y mi pasión por los deportes la había congelado hasta que se pusiera salir libremente... Mi madre Esme siempre me preguntaba si estaba bien y si quería ayuda para realizar alguna tarea de historia debido a que ella estudió Geografía y Historia, pero siempre le decía que no con una sonrisa apagada.

Esme: Me estabas poniendo cada vez más nerviosa Caleb, tienes que salir al menos una vez a la semana, no tolero verte así, no tienes porqué echar a perder tu vida por una chica. -dijo algo agitada- Si quieres puedes hablar conmigo de lo que quieras.

Caleb: Esto no es solo por Chelsea madre, esto es otra etapa de mi vida, además, no puedo salir aún, no es seguro estar afuera y mucho menos ahora, los casos están algo más elevados que al comienzo. -Dije algo molesta y tratando de sonar lo más distante posible- Volveré a retomar mis ejercicios como antes, solo que voy a estar entrenando acá, también probablemente salga más a fiestas, solo déjame terminar el sexto grado para relajarme... Ya con las clases virtuales es suficiente presión.

Esme: De acuerdo Caleb, solo no estés pensando en hacerme pasar un mal rato y siempre ten en cuenta que yo te apoyaré la mayoría del tiempo, pero soy tu madre, así que también debo frenar tus decisiones si te excedes, ¿De acuerdo? -esto último lo dijo con un tono de protección-.

Caleb: De acuerdo mamá, espero que el siguiente año sea mejor - Dije un poco esperanzado-.

Esme: Me alegra de que lo digas hijo, esperemos que así sea para todos. - Dijo más eufórica de lo que parecía-

Después de terminar mis clases, cumplí lo que había prometido, estuve saliendo más a los parques, me enfoqué en entrenar y en que estoy en séptimo grado, todo será diferente y nuevo, estaba asustado pero a la vez feliz, es una sensación algo indescriptible para mí, en fin. También el tiempo que estuve constantemente en mi casa me hizo darme cuenta de la habilidad que tenía para encontrar buenas gustos musicales y lo fácil que de me hacía redactar, analizar, comprender y dibujar tan sencillo como nunca lo ha sido para mí. Cada momento en el cual  estuve pensando obsesivamente sobre mi futuro y lo que lo deparaba, anduve divagando casi todos los días, solo no estuve divagando cuando escuchaba la llovizna que quería atravesar mi ventana algunas tardes de otoño, casi haciendo la transición a invierno, todo lo que veía era un cielo nublado y una neblina que veía a través de mi balcón dándole fin hacia donde no podía ver, solo algunas luces de fondo las cuales eran de los postes... Era todo un reto no sobrepensar que hacer en toda la tarde si estando fuera de clases no tenía nada que hacer, a partir de ahí tuve un cambio mental, sobrepensar mucho se convirtió en una costumbre, ya todo lo pensaba más de 2 veces y eso tal vez se haya vuelto un problema un poco más adelante...

Reflejo de mi luna llena 🌕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora