Capítulo 21

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Para felicidad de Takemichi, el maestro entró para dar inicio la jornada escolar, vaya… nunca creyó que ese pensamiento llegaría a salir de él, considerando que ese maestro en especial era de los que hacían de la clase que se sintieran como si fue...

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Para felicidad de Takemichi, el maestro entró para dar inicio la jornada escolar, vaya… nunca creyó que ese pensamiento llegaría a salir de él, considerando que ese maestro en especial era de los que hacían de la clase que se sintieran como si fuera un documental de los que su abuelo frecuentaba escuchar solo para dormir, de esos que eran un martirio oír, así de aburrido y monótona era estar en su clase.

De vez en cuando esta él escuchando a los chicos pelear en el pasillo, mirando de reojo, pero sin ver realmente a quien estaban golpeando, pero el sonido de los gritos podías concluir que sería Baji, mirando la cara de su maestro no parecía molestarse por intentar detenerlo, supone que para todos ya es un caso perdido para tratar, por lo que hacen lo mejor posible para ignorarlo como siempre. Suspira al escuchar el sonido de su risa, sin poder evitar pensar que tal vez Baji tenga hambre y que eso sea la causa de su alboroto mañanero, ah, ese grito en particular fue horrible, no puede imaginarse el gran golpe que le dio su pelinegro amigo. Se encoge una vez para perderse en la monótona voz del maestro, quien era un experto para hablar tan lento para adormecido a toda la clase. Bueno era mejor que el de Biología que solo hacía que leyeran.

Trato de prestar atención a la clase, pero siendo en vano por lo que se rindió fácilmente y acostó su cabeza en su mesa, con dirección hacia la derecha, observando con calma las pocas personas que pasaban por la puerta de su salón, unos caminando y otro llevando cosas como papeles, como esa chica que se le cayo una hoja pero quien podría culparla con la cantidad de hojas que obstaculizaban su mirada, Takemichi siguió con la mirada aquella hoja hasta perderse por el cuerpo de Naoto que tapaba ahora su vista, gracioso. Ahora teniendo su mirada fija en aquel pelinegro pudo notar mas detalles de su rostro que antes no veía.

Los ojos de Naoto eran bastante lindos en verdad, junto aquellos mechones que caían por su frente que podía ver como se mecían apenas por el aire. Podía seguir mirando por un largo tiempo mas al otro chico pero este inoportunamente se giro para toparse con la mirada relajada del rubio, saltando un poco nervioso al ser observado, se sonrojo de inmediato y enfoco sus ojos en cualquier cosas que no sean aquellos mar de azules.

A todo eso Takemichi observo el leve sonrojo, «Es muy lindo», se da cuenta de su único pensamiento por lo que él de igual manera se sonroja y se oculta entre sus brazos, «Que gay soné, dios», se encogió aún más apenado por tener pensamiento sobre un chico que apenas conocía. 

— Señor Hanagaki, no es hora de dormir —, el maestro alzó la voz para que se escuchará por todo el salón, soltando con fuerza el libro en el escritorio.

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| Trabajo de Cupido | AllTakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora