El deseo contenido

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Un mes después, Tony se encontraba en la sala de espera de la oficina del director de SHIELD, cuando Bucky Barnes apareció con su uniforme y una carpeta bastante gruesa entre las manos.

―Hey, Stark ―lo saludó al llegar ―, ¿esperas a Fury?

Tony asintió y lo saludó con un suave movimiento de cabeza. Bucky suspiró cansado y se sentó en el sofá contiguo con pesadez.

―Odio los informes ―dijo ―. Ese Steve no me tuvo piedad, ni porque casi acabo de volver.

Tony comprendió que era lo que llevaba en esa carpeta, y sin temor a equivocarse, porque conocía a Steve y Bucky, estos habían tenido una misión y en esa ocasión le había tocado al último escribir el informe. Aunque también estaba seguro que con "acabar de volver" no se refería a la misión precisamente.

―¿Te refieres a la luna de miel? ―preguntó.

Bucky asintió.

―¿Cómo te fue? ―Tony aprovechó para levantar las cejas de manera pícara.

―Disfrute de la playa y los cocteles, por lo demás... un caballero no tiene memoria ―respondió Bucky y ambos rieron brevemente.

De esa manera distendieron el ambiente.

―Eres un afortunado, Barnes ―le dijo Tony.

―Lo sé―Bucky sonrió y se despatarró un poco más en el sofá. Tony no entendía cómo había llegado a ser soldado con tanta desfachatez en su sistema. ― La vida de casado tiene sus ventajas, no te lo voy a negar.

―Debe ser maravilloso estar al lado de la persona que amas.

Bucky asintió de nuevo.

―¿Cuándo lo harás tú? ―preguntó.

Tony frunció el ceño confundido. Bucky sonrió traviesamente, como si estuviera a punto de tomarle el pelo.

―No creas que he olvidado que fuiste el ganador del ramo.

Tony sonrió y sacudió la cabeza.

―Ah, eso. Lo del ramo es un mito, Barnes. Además, no tengo a nadie con quién casarme.

―Eso dices, tal vez tienes a alguien secreto por ahí.

Tony se limitó a negar y desvió la vista hacia la puerta de la oficina. Tenía a alguien secreto, sí. Pero por obvias razones no le iba a decir nada.

―Se me hizo raro que no llevaras a nadie a la boda ―agregó Bucky, como si reflexionara para sí mismo.

― ¿Raro? ¿Qué tiene de raro?

―Bueno, siempre consigues pareja y si no llegas con ella, consigues una en la fiesta. Había muchas chicas lindas, pero me dijeron que te fuiste solo.

―Tal vez, no me gustó ninguna.

Bucky ladeó el rostro pensativamente. Pareció masticar una idea y Tony esperaba que no la dejara escapar. No quería seguir hablando de temas del corazón y quería con urgencia que se abriera la puerta de la oficina.

―Oyeee ―comenzó Bucky arrastrando la palabra ―. No lo sé, pero ¿no has pensado en probar otra cosa?

― ¿Otra cosa? ―eso sí le sonaba extraño.

―Sí, ya sabes... bueno, nunca has tenido una pareja estable, vas de una chica a otra, citas de un día y esas cosas. No voy a negártelo, pensaba que tenías una vida muy divertida, pero luego conocí a Nat y ahora, me parece un poco... triste. No te ofendas.

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