Mini Extra

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―¿Estás bien, Tony? ―Pepper se inclinó hacia él y le puso la mano en la frente ― Estás colorado.

Tony se apartó suavemente y le sonrió.

―Estoy perfectamente ―dijo ―, quizás algo cansado.

―¿Estás seguro? Te vi temblar hace rato.

―Sí, Pepp, en serio, solo tengo que dormir un poco. Con todo esto del proyecto para SHIELD he estado muy ocupado. Por suerte, ya terminó.

En ese sentido, Pepper tuvo que aceptar que sí había sido uno de los proyectos más extenuantes que Tony hubiera tenido, pero también había traído algo bueno: él y Steve finalmente estaban saliendo.

―Supongo que irás a celebrar con Steve ―dijo levantando las cejas pícaramente.

Tony sonrió a modo de respuesta, no tuvo que decir nada, porque en ese preciso momento, tocaron a la puerta y apareció Steve.

―¿Estás listo? ―le preguntó éste tras saludar a Pepper.

Tony asintió.

―Bueno, voy a terminar el papeleo, disfruten la noche ―dijo Pepper y se dirigió a la salida, antes de cruzar la puerta, añadió ―: Por cierto, Steve, no se desvelen mucho, Tony no ha estado del todo bien, creo que tiene fiebre. En todo caso necesita descansar.

Cuando se fue, Steve giró la vista hacia Tony, quien se apresuró a negar.

―Te juro que no dejé que se me notara ―le dijo.

―Parece que de algo se dio cuenta ―le dijo Steve.

Tony negó con la cabeza. Steve no parecía creerle y se dirigió a la puerta, a la cual le puso el seguro. Luego, se sentó en la silla del escritorio de Tony.

―Ven aquí ―le dijo Steve palmeándose los muslos.

El castaño tragó saliva y salvó la distancia entre ellos...

Esa mañana, Tony salió de la ducha despreocupadamente y se secaba en su cuarto, cuando Steve regresó de correr. El capitán lo abrazó, le quitó la toalla y lo besó como si no lo hubiera visto en años. Tony se derritió en sus brazos y cedió, como siempre, el control.

Steve lo llevó a la cama y giró boca abajo, le levantó el trasero y separó sus nalgas. Tony sintió sus dedos penetrándolo.

―Mmh, dejaste un poco aquí ―le dijo Steve, Tony sabía que se refería a su simiente, ya que la noche anterior la habían pasado juntos.

Tras decir eso y sin darle tiempo a responder, lamió la zona. Tony gimió y apretó las sábanas bajo sus manos. Una sábana ya completamente revuelta. Se estremeció ante las lamidas y succiones, creía que después de eso, Steve se quitaría el pantalón y lo horadaría con su miembro. Lo estaba deseando, incluso comenzaba a salivar, cuando Steve se detuvo y bajó de la cama, pero la expectativa no se cumplió. En su lugar, Steve deslizó en su interior un vibrador en forma de cápsula, lo aseguró y lo activó a través de una aplicación en su celular.

La vibración sacudió a Tony, quien se retorció en la cama; se sentía demasiado bien.

―No dejes que noten que lo llevas puesto ―le dijo Steve al oído, antes de meterse a la ducha él mismo ―. Nos vemos después de la entrega del proyecto.

Tony había pasado el día con aquello vibrando en su trasero, tratando de controlar las sensaciones y evitar correrse. Tuvo que hacer así, incluso, la última presentación del proyecto terminado, y dirigir las demostraciones frente a generales, comandantes y capitanes, poniendo su mejor cara de póker. En tanto, Steve, quien había estado ahí, por debajo de la mesa, subía la intensidad de la vibración y le sonreía con el placer dibujado en su rostro...

Ahora, por culpa de su observadora amiga, Steve lo castigaría. Aunque realmente no importaba, sabía lo que vendría y lo deseaba con vehemencia.

 Aunque realmente no importaba, sabía lo que vendría y lo deseaba con vehemencia

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Espero que les haya gustado. 

Una vez más, gracias Keniia por la comisión. 

Y a ustedes por leerme. 

¡Nos estamos leyendo!

Deseos ocultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora