capitulo 10 El precio de la verdad

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Me llevo las manos a mi boca cuando me doy cuenta que es Leo Grimaldi, uno de los grandes amigos de mi madre y mi padre, nunca entiendi porque es que un dia el se enojo con mi padre y dejo de visitarnos.

-¿Como es que después de todo lo que hemos hecho por ti aun asi eres capaz de traicionarme?.- le pregunta mi padre y leo lo mira furioso.

-¿Todo lo que hicieron por mi?.- ironiza mientras se rie y mi padre lo toma del cuello.-Te pedí una sola cosa y no me escuchaste.- dice con un poco de dificultad.

-Deberías de estar agradecido que deje de lado mi enojo para que siguieras conmigo, porque yo si te coincideraba parte de mi familia.- Leo se va poniendo rojo, por la falta de aire y yo me quedo paralizada, al darme cuenta que mi padre no lo va a soltar.

-No creo que la mejor solución sea matarlo ahora Alessio.- le advierte mi Tio y éste lo ignora.-Alessio.- lo vuelve a llamar

Y mi padre lo suelta de mala gana y leo comienza a toser. Mientras que el solo se le queda viendo como poco a poco va recuperando el aire.

-Leo.- lo llama mi tío.- Esto no tiene porque acabar así, puedes ahorrarte todo esto.-

-No me importa morirme.- Le responde leo con la cabeza en alta y puedo ver las manos de mi padre marcadas en su cuello.

Mientras que mi tío niega y mi padre lo mira y se mantiene con el mentón en alto.

-Sabes.. sabía que te harías el valiente, por eso..., pasa Liam.- el nombrado entra a la habitación con la esposa de Leo amarrada y con los ojos rojos e hinchados, de tanto llorar.- Debo admitir que fue difícil poder encontrar y capturar a alguien de tú familia, ya que les pusiste mucha seguridad.- le explica mi padre mientras la cara de desafío de Leo, cambia a una de miedo.- Pero digamos tú esposa nos ayudo mucho burlándose de uno de tus guardaespaldas.- La mujer niega mientras no para de sollozar.

-Ella no tiene que ver con las cosas que yo hago, no tienes que lastimarla.- Dice Leo preocupado y mi padre sonríe por la victoria de tenerlo a su merced.

-Tranquilo que no le pesará nada, mientras que tú nos digas para quien trabajas.- le advierte mi tío.

Leo mira a su esposa y ella entiende lo que quiere decir y llora más.

-No les diré nada.- responde al fin y a mi padre no parece gustarle su respuesta.

Así qué toma un arma, le pone algo que parece ser un silenciador y le apunta a la esposa de Leo.

-¿Acaso no te importa que en este preciso instante esté apunto de morir tu amada esposa?.- le pregunta molesto.-¡Dime ahora mismo para quien trabajas!.- Leo vuelve a mirar a su esposa.

-Lo siento.- Le dice y mi padre suelta el disparo.

Me llevo las manos a la boca, de la impresión de ver el cuerpo caer de la mujer.
No puedo evitar que mis lágrimas caigan, me recuerda tanto a lo que sucedió aquella vez, que siento que la ansiedad y el pánico se va apoderando de mi. Me tiro en el suelo lentamente, ya que se me está dificultando respirar.

Siempre supe que mi padre no era una persona buena, pero de ahí, a que creer que mata gente y no siente algún remordimiento, eso sí que no me lo imaginaba.

-¡Hijo de puta!- Escucho los gritos de Leo y me tapo aún más la boca aterroriza porque se den cuenta que los vi.


《Respira Clara, debemos salir de aquí.》Me animo.

Me limpio las lágrimas y como puedo me acerco a la puerta, la abro y salgo de la habitación, comienzo a caminar pero mi corazón se acelera, las piernas comienzan a pesarme.
Llego al varandal de la escalera y me sujeto a ella, respiro y comienza a bajar lento.

¿Él o Yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora