El primer paso

13 5 0
                                    

No sé cuánto tiempo le dedicas diariamente a pensar en ello pero probablemente te has sentido de esta forma:

Llegas a casa, entras a tu habitación o a ése lugar donde puedes finalmente estar a solas contigo mismo y te quedas en silencio.

El celular no tiene carga, no tienes nada más que puedas hacer salvo pensar.

Tu mente comienza a traer temas que ni entiendes porqué están ahí. Quizás algunas cosas sin sentido y otras que ignoras a propósito como cuando ves en facebook fotos de tu ex y las evitas pasando rápidamente a otra parte.

El vacío que llevabas todo el día intentando llenar se abre y comienza a sangrar. Todo parece  soledad y tristeza, se te aprieta el pecho y no sabes si llorar o reír.

Algunos se alcoholizan para evitar sentirse así, otros salen de casa y evitan llegar a esa habitación de soledad o se llenan de actividades y trabajo para olvidar y ocuparse, para no llegar a ese lugar de temor al futuro...

Pero cuando pegan la cabeza a la almohada todo se vuelve a derrumbar y sus pensamientos a dar vueltas.

No tienen paz.

¿Te digo algo?

Yo también pasé por eso..

Y fueron casi 7 años, no 7 días ni 7 meses o 7 semanas:
¡SIETE LARGOS AÑOS!

Pero sabes qué?
Esa jaula no pudo retenerme, esas cadenas se quedaron vacías. Ya no arrastro el grillete de la soledad.

¡AHORA SOY LIBRE!

Quieren saber cómo lo logré?

Y nuestro Señor derramó abundantemente su gracia sobre mí, y me dio la fe y el amor que podemos tener gracias a Cristo Jesús.

(Dios Habla Hoy 1ª Timoteo 1:14)

Vuelve A CasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora