𝚝𝚛𝚞𝚎 𝚜𝚊𝚌𝚛𝚒𝚏𝚒𝚌𝚎 || 𝐤𝐚𝐢𝐲𝐞𝐨𝐥

08

ChanYeol casi olvidó su cojera cuando corrió a la cama. No fue hasta que saltó en ella que su rodilla palpitaba y recordó su maldita lesión. Él se tensó, luchando para no gritar con el punzante dolor que sentía, como si alguien hubiera clavado un clavo justo en la articulación.

―¿Estás bien? —preguntó JongIn, tocando el hombro de ChanYeol y acercándose. ChanYeol ni siquiera se había dado cuenta que ahora el hombre estaba en la cama con él.

―Yo... Estoy bien. Sólo olvidé lo de mi rodilla. Tonto, ¿verdad?

―No, ni un poco — dijo JongIn, y suavemente empujó a ChanYeol en su espalda antes de que sus manos viajaran a los botones y volaran a desabrocharlos antes de quitar sus pantalones ―Tendré que echar un vistazo para mí.

Santo infierno, la forma baja, sensual en la que JongIn dijo esas palabras hizo a ChanYeol pensar en otra cosa diferente que primeros auxilios, y luego sus pantalones estaban fuera y JongIn se inclinó para presionar un beso suave en la rodilla palpitante de ChanYeol.

ChanYeol se tragó el nudo en su garganta.

―Maldita sea, mi corazón late tan rápido.

―Lo sé, puedo oírlo.

El corazón de ChanYeol saltó.

―¡No me di cuenta que lo dije en voz alta! —dijo.

JongIn simplemente se rió de él.

―Balbuceas un montón de cosas cuando me quieres, pequeño lobo —dijo, y entonces su cliente mano se apoderó del pene de ChanYeol, acariciando dos veces para ponerlo completamente duro. ChanYeol gimió y empujó en esa mano perfecta —A veces deseo que tu corazón no lata tan rápido. Sé que estás bien, lógicamente. Me lo has dicho varias veces, pero oírlo dispararse mientras estamos teniendo sexo me preocupa.

ChanYeol no había pensado en eso, y miraba fijamente a JongIn, el afecto y el amor se hinchaban dentro de él. Después de un mes de vivir dentro del castillo en la montaña, compartiendo cama del Gran Dragón, y conocerlo, ChanYeol podía admitir finalmente a sí mismo que él amaba a este hombre.

―Hey —dijo, y sin realmente pensarlo, metió la mano en el pelo plata de JongIn.

JongIn miró a él, sorprendido por el acto.

ChanYeol no retiró su mano ahora, a pesar de que era un gesto estúpido, así que sólo sonrió, y él no movió su mano.

―Ya sabes, los seres humanos pueden morir teniendo sexo. Yo no. Yo todavía soy un lobo, ¿recuerdas? Pasará mucho antes de que incluso me pueda desmayar.

Los ojos de JongIn se redujeron un poco.

―¿Ah sí? ¿Estás diciendo que no tengo suficiente en mí para hacer que te desmayes?

ChanYeol se tensó, y apartó su mano.

―¡Eso es no lo que quise decir! Yo…

JongIn se acercó y cogió la mano de ChanYeol, y llevó los nudillos a sus labios.

―Relájate. Estoy jugando contigo.

ChanYeol suspiró, y entonces él miró sin entusiasmo hacia abajo al hombre.

―Podrías ser un poco menos asustador cuando haces eso, ¿sabes?

―¿Piensas que soy aterrador cuando estoy arrodillado entre tus piernas?

El calor en el cuerpo de ChanYeol comenzó a levantarse otra vez. A veces él juró que este castillo tenía grandes problemas con el termostato.

―No particularmente —dijo y suspiró, sus brazos debilitándose y todo su cuerpo cayó cuando la boca de JongIn llegó , y el pene de ChanYeol estaba sumergido en ese espacio cálido y húmedo.