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El frío de Inglaterra era lo que más le gustaba, sus calles de piedras, aun húmedas por la resiente lluvia, la gente transitando con gabardinas y paraguas negros, los días sombríos o los majestuosos días de luz, resaltando lo verde de sus jardines. Los edificios altos que parecen castillos antiguos, esas cabinas rojas para hacer llamadas que jamás ha usado o esos autobuses de doble altura llenos de turistas emocionados.

La constante lluvia es el único sonido proveniente del exterior, el ejército de guardaespaldas de su abuela parece adornos de cera de un museo el único movimiento que han hecho ha sido una inclinación para saludarlo, Zijie se mantiene a su lado.

Nervioso juega con su celular antes de enviar el mensaje inevitable de su ausencia a la videollamada que mantiene con su alfa cada día.

El repiqueteo de tacones a paso rápido le hace saber que la hora de un encuentro que, por cruel que se escuche quería evitar, está a escasos minutos... no levanta la vista, quiere leer lo que su alfa responderá, los pasos se detienen.

Maestro Arthit - bloquea su celular y pone la vista en la mujer mayor, perfectamente pulcra, peinada y maquillada - Madame Megan espera por usted. - Ambos se dan una sonrisa de cortesía - Solo el maestro Arthit - con mirada firme advierte a Zijie, en respuesta el guardaespaldas observa al resto buscando indicios de peligro, lo sabe, por más respeto que tenga por Megan Rojnapat, en esa mansión no hay nada más amenazador para su joven maestro que su propia abuela. Está bien Zijie, toma asiento y bebe un buen té, estoy seguro que no será breve.

Zijie asiente.

El largo pasillo lleno de cuadros familiares, antepasados, personas felices sonriendo de forma individual o grupal, parientes que disfrutaban la caza con sus caballos y perros, otros simplemente en un día de campo, conforme avanza todo se vuelve más serio, pinturas y retratos con Duques, empresarios, reyes, políticos de diferentes países, poco a poco los cuadros familiares se volvieron de estudio, acomodados fingiendo ser felices, ¿En qué momento la ambición terminó con la felicidad? ¿Cuándo los ojos violetas dejaron de ser comunes?, para ser un rasgo exótico y de peligro... Su tío con su familia, y sus padres riendo genuinamente en el cuadro antes de llegar a la puerta final, ese día sembraron el árbol de cerezos, sus manos estaban llenas de lodo, y por eso la ropa de sus padres están con sus huellas, Arthit sonríe.

Madame.

La voz cantarina se ve opacada por pasos corriendo a gran velocidad. Los ojos de las dos primeras en llegar se llenan de asombro.

Buen día Arthit - peina su cabello, y acomoda su traje. ... ¡Hola tío! - aunque confundido con su presencia junta sus manos para saludar Maestro A... Ya sé, yo no estoy citado a esta hora, pero bueno mi madre estuvo muy enferma y en coma sin dejarnos siquiera visitarla en su casi lecho de muerte, es natural que ahora que resurge de las cenizas quiera verla - el castaño sonríe ante esas palabras, contrario a él la mujer los fulmina con la mirada. - ¿Soy una grata sorpresa? Si. Ya que es inevitable su presencia, entre.

La mujer abre en su totalidad la puerta, en cuanto entran la cierra, todo en silencio y respeto.

Aaron entra de forma despreocupada.

Arthit mantiene la mirada en la mujer mayor junto a la chimenea, vestido gris con finos encajes, un collar de oro con una gema violeta, labios rosas, uñas esmaltadas, cabello teñido de chocolate con un peinado trenzado, acomoda sus lentes para observarlos mejor, colocando a su lado un libre y un sobre.

En la mesa central hay una tetera, dos tazas de porcelana y bocadillos ligeros.

Madre - se inclina a saludar - esperaba un abrazo. - en lugar de eso se sienta y comienza a servir. Yo esperaba que al menos uno de ustedes fingiera felicidad de verme. ¡Ah! es que creo que se te olvidó que volviste a tu nieto un humano poco expresivo, bueno para los negocios, pero un tanto insensible, debes estar muy orgullosa de ti misma, por otro lado, hace mucho deje ser uno manipulable. Pero si estamos felices de verte. lo sabrías si nos dejaras abrazarte, pero te niegas a sentir la magia de unos acogedores brazos de dos personas que te aman a pesar de todo. Yo también estoy feliz de verlos, Sabes que no te sientas tan orgullosa, no lograste al 100% tu objetivo con mi sobrino... por fortuna. Antes de beber té y ponernos al día de nuestras vidas, quiero hablar a solas con mi nieto. Auch!! - toca su pecho - es por eso que no mande pedir otra taza, de hecho, creo que compartir un té aromático con Zijie me sabrá mejor, solo vine para recordarte sobrino que, - voltea verlo - ya no eres un niño, no le debes nada a mi madre, y no está solo, hace unos años fui muy cobarde pero esta vez estoy totalmente de tu lado, no eres un instrumento para hacer más poderosa a nuestra familia. Deja de decir tonterías, no soy un monstruo que les haría daño. - Aaron se acerca lo suficiente para susurrar en su oídoPor favor aún estás a tiempo de disfrutar a tu familia. - se levanta y toma una galleta - te veo en un momento - palmea el hombro del castaño y le sonríe.

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