El Tritón

Capítulo 12 Jingyu y el embajador

La conversación con el Dr. Marstand no fue tan onerosa como Zhan temía. De hecho, llegó a gustarle el genial profesor. A veces, cuando miraba a esos astutos ojos azules, sentía que este hombre era mucho más de lo que parecía en la superficie, pero lo que había no era malo ni era necesariamente peligroso para los Tritones. De hecho, el Dr. Marstand podría ser todo lo contrario. Ofreció una lista de personas que Miskatonic sospechaba que podían tener sangre de Tritón sin pedir nada a cambio, ni siquiera la paz y la amistad que quería. Fue un regalo.

¿Nos dará esto?, preguntó Yibo. Sus manos temblaron un poco.

Aunque Zhan no fuera capaz de sentir la increíble alegría mezclada con conmoción en el príncipe Tritón a través de su vínculo, habría sabido que estaba allí sólo por ver la mirada en los ojos de Yibo. Alisó una mano arriba y abajo de la espalda desnuda de Yibo. Podía sentir al príncipe Tritón temblando de entusiasmo.

— ¿Realmente no quieres nada a cambio de esta lista de niños Tritones? — Zhan confirmó.

El Dr. Marstand agitó la cabeza y luego, con una sonrisa de pesar, añadió: - Creo que ya le debemos bastante por haber detenido a Johnson. Era miembro de nuestra facultad. Éramos responsables de él aunque no supiéramos cuáles eran sus verdaderos planes.

— Creo que dar los nombres y las ubicaciones de los niños potencialmente Tritón ayudará mucho a arreglar cualquier problema con los Tritones, — dijo Zhan, también eran los sentimientos de Yibo sobre el asunto.

Yibo no podía esperar para decirles a sus padres que había más niños por ahí que podrían ser capaces de unirse a ellos en Emralis.

E incluso los que no tienen la capacidad, son nuestra familia tanto como los que viven en el mar. Deben conocer su herencia completa y entender que no están solos, dijo Yibo.

Estoy de acuerdo.

Zhan sabía muy bien lo solos que se sentían aquellos con sangre de Tritón incluso rodeados de gente que los amaba. Zhan cubrió una de las manos de Yibo con la suya antes de mirar a su abuela. Inmediatamente miró hacia atrás, consciente de su mirada tanto al ver su movimiento como al sentirlo en su mente. Sabía que su don había aumentado exponencialmente desde que tocó su mente con Cthulhu, pero sabía que parte de la razón por la que ella podía oírle tan fácilmente era la sangre de Tritón en ella. Ella le sonrió cariñosamente. Ahora ninguno de ellos estaría nunca solo.

— Hay algo más que creo que aprobará, — dijo el Dr. Marstand, sacando a Zhan de sus pensamientos.

— ¿Qué? — Preguntó Zhan, su curiosidad aumentó.

El Dr. Marstand miró a Jingyu. El pelirrojo se enderezó. Una de sus manos se congeló en el aire, a punto de meter un nacho en su boca.

— Uhm, sí, ¿Qué? — Preguntó Jingyu.

El Dr. Marstand señaló el queso derretido que colgaba precariamente del chip. — Come eso, querido muchacho, antes de que manche esa camisa gloriosa.

Zhan había traído una de las camisas de manga larga naranja, rosa y amarilla de Jingyu para reemplazar el conjunto negro y animarlo. Jingyu se había desnudado sin demora e inmediatamente suspiró aliviado, como si algo menos que el neón lo hubiera oprimido de alguna manera terrible.

Jingyu hizo lo que el Dr. Marstand recomendó y se tragó el nacho. Cuando terminó de masticarlo, el profesor dijo: - Creo que por los informes que he tenido de ti y mi limitada exposición a ti, te iría bien en Miskatonic, Jingyu.

Jingyu parpadeó. Zhan parpadeó. Ashia y Xu se animaron como perros de la pradera sacando la cabeza de sus madrigueras para ver qué pasaba.

— ¿En serio? — Preguntó Jingyu.