Capítulo 1

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...

— Y con esto concluimos las noticias de hoy, día 20 del mes 8 del 2090. Un abrazo virtual y hasta... — la radio se apagó abruptamente, interrumpiendo la despedida del presentador. Unos pasos desenfadados se acercaban a la puerta de metal color negro.

— Código correcto, adelante Luz.

La puerta se abrió lentamente, revelando la silueta de una joven de no más de 21 años. Su expresión serena era casi indescifrable.

— Vaya, vaya, aquí está mi mercenaria favorita... — pronunció el hombre desde su cómodo asiento, con una gran sonrisa en el rostro.

La chica de cabello azul resopló para apartar un mechón de su cara y, visiblemente impaciente, se acercó sin decir palabra.

— Al grano, Beth. ¿Por qué me has llamado tan de repente? — refunfuñó, sentándose hábilmente en el filo de la moderna mesa de roble.

— Es obvio, ¿no? — La sonrisa del hombre de tez oscura permaneció inalterada. — Tienes trabajo.

— ¿Cuánto? — preguntó, mirándolo fijamente.

El hombre dejó escapar un leve suspiro y su expresión cambió ligeramente mientras se acomodaba en su sillón.

— Veinte mil... — dijo con un ápice de duda en su voz.

La chica chasqueó la lengua e hizo una mueca de desagrado antes de levantarse de un salto de la mesa.

— Rosa azul — llamó su atención. — Vale, treinta mil.

Luz giró la cabeza lentamente y lo miró mientras se acercaba de nuevo.

Suspiró. — ¿Qué tengo que hacer? — preguntó, sabiendo que el rápido aumento del precio implicaba algo serio. — Es algo tocho, ¿no? ¿A quién debo matar?

— Digamos que hay una rata y hay que... — Beth chasqueó los dedos un par de veces buscando la palabra correcta. — Exterminarla.

Un breve silencio se instaló en la sala antes de que el hombre lo rompiera nuevamente.

— Exterminarla igual que a los... — levantó la palma de la mano, cediéndole la palabra a Luz.

— ...testigos. — concluyó ella.

Luz se levantó y se despidió con un gesto de la mano, saliendo del lujoso y moderno despacho. Pero antes de que pudiera dar un paso fuera, escuchó el crujido del sillón aterciopelado y la voz grave de Beth llamándola, seguida de unos pasos acercándose.

— Luz, ten mucho cuidado en esta misión. Cualquier cosa, avísame y...

La puerta se cerró de golpe, dejando a Luz con una sensación de frustración. Odiaba cuando Beth se comportaba como un padre sobreprotector. Sacudió la cabeza y trató de enfocarse en la tarea que tenía por delante.

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