⭑𓂃 𝗢𝟭. ESE DÍA

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CAPÍTULO UNO: ESE DÍA⭑ ๋࣭ La caída de Shiganshina  ๋࣭⭑ ──────♡──────

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CAPÍTULO UNO: ESE DÍA
⭑ ๋࣭ La caída de Shiganshina  ๋࣭⭑
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Distrito de Shiganshina. Año 845.

LOS PRIMEROS RAYOS DE SOL empezaban a alzarse por las murallas, iluminando el Distrito de Shiganshina y colándose poco a poco, por la ventana de la habitación de Asteria Reinhardt. Aquellos destellos de luz, acompañados del suave canto de las madrugadoras aves que volaban de vez en cuando por la ciudad, despertaron a la pequeña niña del profundo sueño en el que estaba. Sus ojos tardaron en acostumbrarse a la luz tan repentina que tocaba directamente su rostro. Odiaba esa parte del día: tener que levantarse sin saber qué hacer, para después volver a repetir lo mismo del día anterior, demasiado monótono. Era consciente de su increíble imaginación e ingenio, pero incluso para alguien como ella, era complicado pensar en actividades e ideas nuevas por hacer todos los días. Pero algo le decía que ese día sería diferente, por algo se había levantado más temprano. Despertarse sin que su madre lo hiciera por ella no era nada habitual, por esa razón ella sentía que algo extraño pasaría.

Bostezó y se estiró para crepitar sus huesos, algo extrañamente satisfactorio para ella. Cuando se aseguró de que estaba lista para abandonar su cama, se dirigió hacia la ventana para ver los últimos segundos del amanecer, o en este caso, sólo los rayos del sol que salían por encima de las murallas. Una de las cosas que más odiaba de vivir en el distrito de Shiganshina, era no poder ver un amanecer como tal. Los amaneceres y atardeceres no se podían apreciar como se debía, la muralla se interponía entre sus ojos y el sol. Algún día, Teri vería un amanecer fuera de las murallas, lo juraba.

──¿Va a haber una catástrofe el día de hoy, o es que estoy imaginando a mi hija despierta a estas horas?

La burlesca voz de Kristin la trajo de vuelta a la realidad. Estaba recargada en el marco de la puerta, con los brazos cruzados y su típica vestimenta (un vestido hecho por ella misma que le llegaba un poco abajo de las rodillas y unas zapatillas cómodas), observándola con aquella sonrisa tan cautivadora que Asteria heredó de ella, solamente que pocas veces Teri sonreía genuinamente.

──Sí, buenos días para ti también, madre ──respondió con un ligero tono de sarcasmo, ambas tenían el mismo tipo de humor. Eran como dos gotas de agua.

──Buenos días, Teri. Ya que estás despierta, ¿por qué no me ayudas con el desayuno?

A regañadientes, Asteria salió de su habitación para dirigirse a la cocina y realizar la primera actividad del día. Al ser una pequeña familia conformada por sólo dos personas, las comidas siempre se preparaban rápidamente. La azabache ayudó a picar los ingredientes necesarios para preparar la sopa que comían, por lo menos, tres veces a la semana. La sopa de vegetales siempre era una buena opción para comer, a las dos les gustaba y era muy sencilla de hacer.

𝐅𝐎𝐑𝐄𝐕𝐄𝐑𝐌𝐎𝐑𝐄 || Armin ArlertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora