Capítulo 8: Carretera

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El camión en el que estábamos era descrito por los generales de FEDRA, y casi toda autoridad de más de 20 años como un vehículo de transporte donde se comerciaba o se llevaba algo.

Podrían ser muebles, cuando alguien se mudaba. O alimentos de una fábrica, o incluso animales.

Lo que los caracterizaba es que solo había dos asientos en la parte delantera.

El piloto y el copiloto.
Y la parte trasera estaba completamente aislada de la parte frontal del vehículo. Puesto que era parecido a una caja metálica.

Nunca había subido a un carro antes. Mucho menos un camión.

Quisiera decir que estaba emocionada. Pero todo lo que había pasado en las últimas 48 horas era  demasiado para mi pobre cuerpo cansado y desangrado por parte de mi mano izquierda.

Tenía suerte de que Tess y Ellie estuvieran en la parte de atrás.  Así no verían el corte y no se preocuparían.

Joel decidió que era mejor colocar a la mujer y a la niña atrás. Debido a sus condiciones especiales.

A pesar que habían pasado las horas y habíamos visto el milagro ante nuestros propios ojos, debíamos ser precavidos.

Para la protección de Ellie, Joel había amarrado a Tess con una soga a los barrotes del interior del camión y le había dado a la niña mi antigua venda que me cubría la herida.

La tela ensangrentada debería servir lo suficiente por si acaso.

De igual forma cada 5 minutos Joel tocaba la parte de atrás del camión esperando unos insultos por parte de la pequeña.

En mi caso, no podía estar más de acuerdo con la protección y prevención. Sin embargo, al quitarme la venda mi herida estaba expuesta y al haber utilizado 2 de estas ya, la primera conmigo y la segunda con el hombro de Tess. Me negaba a utilizar otra.

Debía guardarlas.

Y ahora mi mano se encontraba aún sangrando y el dolor era casi insoportable.

Trate de disimularlo mirando por la ventana, trataba de distraer a mi cerebro mostrándole imágenes que nunca había visto antes.

Paisajes, veredas, acequias, bosques, incluso animales silvestres. Pero no parecía hacer efecto alguno.

El camino hacia la guarida de los amigos de Joel y Tess era largo.

Largo si ibas caminando.

Con nuestro camión y gracias a mi Suzzy, llegaríamos en 4 horas, realizando una parada en una antigua tienda de víveres donde Joel y Tess solían esconder armas.

Una vez en la casa de los señores Bill  y Frank íbamos a hacer la prueba del detector a Tess, e incluso a la misma Ellie otra vez.

Luego lo complicado era explicar la situación a la pareja de residentes del pequeño pueblo que habían creado.

Joel me dijo que Frank era amable, risueño y comprensivo. Y en cuanto a  Bill. Joel indico que era la pareja de Frank. Y también el cerebro y músculo de su pueblo.

Que más que una zona segura, era su hogar.

Hogar en el cual íbamos a irrumpir con dudas, teorías y peligros.

Sabíamos que era más que obvio que el miedo surgiera en nuestros anfitriones.

Un miedo hacia lo desconocido. Un miedo hacia la infección.

Joel indico que es probable que nos pidan pruebas, donde todos sabíamos que las pruebas se basan en mí.

Podríamos utilizar la mordida de Ellie y como se cicatrizó, o de igual forma la mordedura de Tess, que yacía desde hace unas 4 horas sin progresar, ya cicatrizando y sin alelos presentes del hongo

Incompatible - The last of UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora