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—Un gran peligro se acerca, si...

Esto fué lo último que dijo el sabio.

—Entonces... ¿Sabrias decirnos que peligro es? —Pregunté esperanzada.

El sabio observó más la caja...

—No, lo único que os puedo decir es que se acerca rápido —Dijo el gran sabio.

—¿Y que podríamos hacer para pararlo? —Preguntó Tir.

—No se la manera, se debe utilizar una magia muy poderosa... —Dijo el anciano señor.

—¿Y al menos habría una manera de relantizarlo? Me refiero hasta que sepamos que hacer para acabar con él, que nos de más tiempo —Dijo Ainhara.

—Podríais ir a ver a mi gran amigo, es más sabio que yo incluso, a lo mejor os da respuestas —Dijo el sabio.

—¿Donde podemos encontrarlo? —Preguntó Gema.

—Más al norte, muy al norte, en lo alto de las montañas Tierra —Dijo.

—¿Él nos dará respuestas? —Pregunté interesada.

—No lo sé con seguridad, pero seguramente os puede dar respuestas sobre cómo relantizar al enemigo, lo que no tengo tan seguro es que os pueda decir cómo pararlo —Dijo el gran sabio pensativo.

Miramos a través de la gran ventana que da al exterior, estaba anocheciendo, y nuestra pequeña posada se encontraba en la otra punta del poblado.

El sabio, al ver que mirábamos al exterior entendió lo que pensábamos.

—Debéis iros, está haciéndose tarde... —Dijo el sabio tranquilo—. Espero que tengáis suerte con vuestro camino...

—Muchas gracias, por todo —Dijo Tir colocándose las gafas.

Salimos de la casa, no con las respuestas que esperábamos, pero con respuestas. Debíamos ir al norte para encontrar al sabio amigo de este gran hombre. Ojalá le encontraramos.

Trás recorrer todo el camino hasta la posada, ya se veía en el cielo la luna llena y todas las estrellas. Teníamos mucha suerte de vivir en el bosque Hawo, al final es nuestro hogar, y no lo abandonaremos. Al llegar nos recibieron Pom pom y Midawal, a los que anteriormente habíamos dejado allí, descansando.

Saludamos a Igur y entramos en el cuarto, era muy acogedor. Ya era pasada la medianoche, y decidimos acostarnos, no sin antes comer unas galletitas que habían en una mesa. Cogí una y ví que tenía escrito algo con glaseado.

Algunas ponían:

_Para comer

_Para transformarse

_Para espantar

_Para...

En esa última no ponía nada, había varias de cada una, por lo que nos comimos unas de las que ponían "para comer". Estaban deliciosas, contando que desde hacía días no habíamos comido nada. Terminamos de comernoslas y nos metimos en la cama.

Pasó un rato, y Gema, Tir y Ainhara ya estaban dormidos, en cambio, yo solo escuchaba un ruido. Un ruido que me atormentaba. Miré a todos lados, a mi izquierda estaban Gema y Ainhara junto al cuenco de galletas... A la derecha estaba Tir cerca de la lámpara y frente a mi, estaban los animalitos sobre una almohada durmiendo profundamente.

El extraño ruido debía de venir de alguna otra parte de la posada. Normalmente hubiera esperado a que parase o me hubiese tapado los oídos, pero esta vez, sentía que debía de saber que era ese ruido.

Los Guardianes Del Bosque: El misterio del bosque [√]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora