26

619 63 29
                                    

El sábado por la mañana, Changbin despertó demasiado temprano como de costumbre, su horario de sueño se había distorsionado de tal manera de que no dormía nunca lo suficiente, y aun así, despertaba antes de cubrir el tiempo que necesitaba para sentirse con energías. Seguramente terminaría afectándole a la larga, pero poco podía hacer si no se sentía en calma.

Lo primero que vio al despertar fue a Christopher todavía durmiendo. Admiró sus facciones totalmente relajadas, quiso incluso tocarlo, pero temía despertarlo; ese era el único momento en el que podía verlo así de tranquilo, y sea como sea, le gustaba disfrutar de ese tiempo con su alfa.

Aprovechando que Christopher aún no despertaba, se acurrucó contra su pecho, permitiéndose llenar sus pulmones del atrayente aroma del alfa, dándole una fuerte sensación de seguridad y calidez que lo hizo sonreír por un breve instante. Su piel se erizo al sentir que Christopher rodeó su cintura de manera inconsciente, atrayéndolo más hacia sí mismo todavía dormido, buscando la compañía de su omega.

Changbin suspiró, cerró los ojos y trató de dormir otra vez porque cuando Christopher despertara, volvería a la misma rutina de siempre.

Un par de horas más tarde, Changbin despertó de nuevo, pero esta vez sin la compañía del alfa. Buscó con la mirada dentro de la habitación y lo encontró afuera, en el balcón. En silencio, se dirigió al baño, enjuagó su rostro para espabilarse totalmente, cepilló sus dientes y salió de ahí. Dudó unos segundos antes de salir al balcón también, sintiendo el aire fresco de la mañana golpear contra su piel; se quedó parado, demasiado indeciso de sus propias acciones, y cuando por fin se había decidido a hablar, Christopher se adelantó, poniéndolo nervioso.

—Pensé que dormirías más.

Changbin suspiró aliviado por el tono de voz tranquilo de su alfa, eso significaba que no estaba de mal humor.

—¿Por qué? Es tarde.

—Estuviste inquieto toda la noche y la madrugada—respondió cortamente sin mirarlo.

El omega se tensó. ¿Christopher se dio cuenta del por qué? Esperaba que no, porque tenía razón, estuvo inquieto levantándose a cada rato, los antojos eran una gran molestia ahora que había empezado a experimentarlos, al igual que los vómitos, y las dos cosas combinadas le parecían terrible, en especial porque no quería ser descubierto.

—Lo siento, no quise molestarte—se disculpó en un susurro, esperando que le preguntara algo más, pero en su lugar, Christopher simplemente asintió.

Changbin mordió su labio inferior con duda, y a pesar de que sentía un poco de temor, se acercó al alfa, abrazándolo desde la espalda con cuidado. Juntó las manos sobre su abdomen y recargó su mejilla en su espalda, rogando que no lo hiciera a un lado. Sintió como el pelinegro se tensó, sin embargo, no se alejó, solo se quedó quieto sin decir nada durante unos minutos.

—Feliz cumpleaños, Chris—dijo en voz baja el omega, sintiendo su propio corazón latir con fuerza a la espera de una respuesta.

Christopher suspiró, sintiéndose cálido por la cercanía de su omega, porque tenerlo cerca siempre lo hacía sentir diferente de alguna manera y su lobo se encontraba tranquilo con las feromonas de Changbin envolviéndolo, manteniéndolo casi bajo control. No podía ni siquiera explicar la manera en la que él y su lobo podían actuar de manera diferente en distintas situaciones, siempre creyó que eran uno solo, pero después de todo lo que ha vivido en esos días, se dio cuenta de que la influencia de su lobo podía manipular su lado humano ante la mínima provocación, volviéndose rencoroso, frío y cruel.

A veces, cuando Changbin no lo veía, sentía que el peso de sus acciones caía con fuerza sobre él, como si lograra recapacitar momentáneamente, llevándolo a un punto en el que no sabía qué hacer con el debate que se formaba en su interior, y cuando creía tenerlo todo controlado, otra vez se llenaba de ira y de malos pensamientos dirigidos hacia el omega.

Meant To Be 𖦹  BinChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora