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Felix le sonrió a los alfas por última vez cuando tomó asiento en su mesa, viéndolos salir del salón con sonrisas en sus rostros. Se acomodó en su silla, viendo que, a su lado, el asiento seguía vacío; revisó la hora en la pantalla de su celular y frunció el ceño debido a que las clases estaban a punto de empezar. ¿Por qué su nuevo amigo no había llegado?

Al finalizar la clase, Changbin también se acercó al salón con la intención de encontrarlo, pero no sintió su aroma por ningún lado, desconcertándolo un poco por la ausencia, sin embargo, no le daría demasiadas vueltas al asunto porque a lo mejor, solo no pudo llegar.

Y al principio así fue, pudo haberlo pasado por alto el primer día, pero cuando pasaron dos días más sin verlo, supo que algo le había pasado, no podía solo faltar tres días seguidos sin ninguna razón, además de que no respondía sus mensajes, ni siquiera le caían.

—De seguro se fue del país porque no quiere que lo cortejes—se burló Jisung mientras conducía en dirección al hotel, recibiendo un golpe del omega. No sabían en donde vivían, pero tal vez, podrían conseguir algo de información de ahí ya que era su lugar de trabajo.

—¿Que Changbin qué?—preguntó sorprendido desde los asientos traseros Felix quien se había mantenido en silencio hasta ese momento.

El omega rubio pidió ir con ellos cuando Changbin tuvo la idea de ir a buscarlo bajo la excusa de que Christopher era su nuevo amigo y no podía ignorar su ausencia, obligando a Jisung a llevarlo a pesar de las quejas que tuvo al principio, y por eso, se encontraba en el auto escuchando esa peculiar conversación que llamó su atención. ¿Cómo pensaba Changbin siendo un omega, cortejar a un alfa?

Por otro lado, estaba de más decir que Jisung se encontraba demasiado nervioso con la presencia del omega en su auto, nunca creyó que llegara a convivir tanto con él, siempre lo admiró desde lejos y tenerlo tan cerca lo hacía sentir como en un sueño, irreal, así que aprovecharía cada segundo.

—No es nada del otro mundo, ¿está bien?—se cruzó de brazos el pelinegro, viendo a través de la venta que ya estaban por llegar al hotel—Él aceptó el cortejo y eso es suficiente para mí.

Felix asintió dudoso, sintiéndose atraído por esa idea. Durante mucho tiempo, infinidad de alfas buscaban cortejarlo, dándole regalos caros, invitándolo a citas y cumpliendo sus caprichos, eso le gustaba mucho, sin embargo, se le hacía muy difícil imaginar a un omega en esa posición, especialmente porque debido a su naturaleza, no solían ser tan imponentes como para dar el primer paso en algo tan importante como lo era el cortejo. La naturaleza omega se limitaba a aceptar el cortejo de los alfas, y eso causaba que el omega se sintiera feliz, querido e importante, ¿un alfa se sentiría de la misma manera si un omega tomaba las riendas? De seguro no, para los alfas, eso podría ser incluso un insulto para su raza, como si eso los hiciera ser menos.

—Llegamos—avisó el mayor, deteniéndose frente a las puertas del hotel—Adelántense en lo que busco en donde estacionarme.

Ambos omegas asintieron y bajaron del auto, caminaron hacia la entrada y vieron al recepcionista de turno, sonriente y con ojos brillantes cuando los vio entrar.

Genial, un alfa.

—Hola, lindos omegas, ¿desean hacer alguna reservación?

Changbin controló sus ganas de responder ante ese tono coqueto con el que el alfa se refirió a ellos sin ningún tipo de vergüenza.

Felix por otro lado, no tuvo reacción alguna, analizando muy bien al alfa para idear una manera en la que pudiera conseguir la información necesaria utilizando sus encantos.

—Hola—sonrió amable el rubbio—No estamos aquí para una reservación—se recargó sobre el mostrador—Estamos buscando a alguien.

—Claro, dime en qué puedo ayudarte, precioso—le guiñó el ojo, viéndose más interesado—Lo haré con todo gusto.

Meant To Be 𖦹  BinChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora