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Christopher descubrió que durante el celo, Changbin era insaciable.

No habían salido de la habitación desde que el celo del omega inició, a excepción de una vez por la madrugada en la que Christopher tuvo que salir a comprar preservativos a escondidas de Changbin mientras estaba profundamente dormido. La experiencia fue vergonzosa para él, nunca tuvo que ir por preservativos en algún momento de su vida, y a pesar de que la chica al otro lado del mostrador de la farmacia tenía una expresión tranquila en su rostro, Christopher no dejaba de tartamudear mientras preguntaba de cuales eran los adecuados y eficaces.

Al final de todo, la compra fue un éxito, salió de ahí luciendo confiado. Entró al hotel y las miradas volvieron a caer sobre él como cuando se fue. Sus compañeros murmuraban cosas, y era obvio que sabían lo que estaba pasando puesto que el olor de Changbin estaba todavía muy impregnado en él a pesar de que ya había tomado una ducha, pero de igual forma, poco le importaba lo que tuvieran que decir sobre él, ahora era diferente. En ese mismo momento, aprovechó a pasar por la cocina para pedir que a la hora de subir la comida, lo hiciera un omega, no iba a dejar que ninguno de esos alfas se acercaran a su omega a sabiendas de su salvaje y vulgar comportamiento, en especial el de los alfas con los que antes trabajaba, no dudaría en golpearlos para alejarlos. Al principio, se negaron a su petición rotundamente, tenía el presentimiento que sería así por el odio y desprecio que todavía le tenían, pero un chico, omega, que parecía ser nuevo ahí, accedió al pedido de Christopher sin cuestionar.

Después de dejar todo en orden, subió rápidamente de nuevo hacia su habitación, encontrándose con Changbin todavía durmiendo mientras abrazaba una de sus almohadas, a lo mejor creyendo que era él. Suspiró aliviado al no encontrarlo despierto, había sido difícil lograr que se durmiera a pesar de las otras dos rondas de sexo que le exigió en las que trató de no anudar adentro, cosa que molestó muchísimo a Changbin; creyó que con eso estaría cansado, pero no, el omega siguió despierto por mucho más tiempo, llorando, riendo y quejándose de todo.

Según leyó en la caja de pastillas, Changbin debía tomarla dentro de las veinticuatro horas desde que tuvieron sexo para que fuera más efectiva, pero el omega enloqueció con solo mencionarlo, induciéndolo a tener sexo otra vez para distraerlo de esa idea, cosa que funcionó, Christopher parecía no poder controlarlo, sin embargo, estaba decidido a obligarlo nuevamente al despertar, no podía simplemente dejarlo pasar.

Horas más tarde, Changbin despertó demasiado inquieto, hiperactivo y ruidoso. Christopher también despertó ante el ruido del omega, se sentía cansado y con mucho sueño por las horas que no logró dormir, pero Changbin se veía demasiado fresco, como si tuviera toda la energía del mundo.

—Alfa, despierta—tocó su mejilla repetidas veces de manera insistente—Tengo hambre y muchas ganas de sexo, despierta~.

Luego de un suave quejido, Christopher abrió los ojos, encontrándose con el omega desvistiéndose como si nada con una sonrisa traviesa en sus labios.

—Bin, espera—detuvo al omega, viéndolo ladear la cabeza un poco confundido—Debes tomar la pastilla. Sé que no te gusta la idea, pero por algo las traes en tu mochila, ¿no es así?

Changbin frunció el ceño he hizo un puchero, luciendo inconforme.

—¡No voy a tomar eso!—exclamó, quitando sus pantalones de forma brusca—¡Quiero cachorros!

—Los tendremos—Changbin relajó su expresión, prestándole atención—Pero no ahora, los tendremos después, lo prometo—y otra vez, volvió a su expresión molesta.

—Esa idea es estúpida—se cruzó de brazos, negándose—¿No me quieres? ¿Por eso no quieres que tenga cachorros contigo? De seguro tú pusiste esas estúpidas pastillas en mi mochila y dices que fui yo—se cruzó de brazos, indignado.

Meant To Be 𖦹  BinChanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora