CAPÍTULO 9

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-Narra Lucía-
Hoy ya estamos en Galicia. Mañana empieza la gira con el primer concierto, estoy bastante emocionada, porque este año los conciertos son en zonas y lugares más grandes y conocidos, lo que significa que estoy creciendo como cantante y eso me encanta.
Mis padres no me dijeron nada el otro día; así que me levanté, busqué mis cosas y me fui. No me han llamado ni nada. En fin, yo no puede hacer más de lo que hice. Entiendo que estén chapados a la antigua, que mi orientación sexual les descoloque, pero... es mi vida.

-Prueba de sonido-
An-Lucía, ¿está todo en orden?
L-Sí. Estoy probando sonido, y de momento bien todo, ajustando un poquito los agudos y la reverb, pero nada importante.
A-Mi amor, yo luego quiero probar la batería; cuando terminéis, que no quiero molestar.
L-Claro. Seguro que a Noa, la batería, no le importará que pruebes un poco.
An-Aida, vete a las gradas o más detrás que tenemos que seguir con la prueba.
A-Ay, perdona. Pensé que estaba descansando.
L-Así es. No entiendo porqué tienes tanta prisa con que termine ya la prueba, Andrés.
An-Mejor terminar pronto para que vayas a descansar y todos los músicos
L-Está bien; no quiero que discutamos.
X-Lucía, ¿lista para probar la próxima?
L-Sí. Vamos.
A-Voy ahí atrás (me da un pico y se va)

Horas después...
An-Lucía, ¿no crees que deberías llamar a tus padres?
L-No.
An-Yo creo que sería lo mejor.
L-¿Lo mejor para qué? Andrés, por favor. Una cosa es lo profesional, y otra mi vida personal y familiar. No te metas en esto.
An-Vale, vale. Otra cosa: me han llamado para que hagas una entrevista pasado mañana. Me han pedido que hables de Aida.
L-No voy a hablar de ella, ya lo sabes.
A-Lucía tiene razón; que luego publican cosas que ni siquiera ella dice. Se inventan la entrevista entera y meten mucha mierda.
An-Pero es que eso nos interesa.
L-Te interesará a ti, que es diferente. Entiendo que te tengas que ocupar de mi vida profesional, pero esto es mi vida personal, como ya te he dicho antes. Lo hemos hablado miles de veces; deja de insistir.
An-¿Y si haces un vídeo para instagram presentando a Aida como tu novia?
A-¿Qué?
L-Déjalo ya, Andrés. Deja de decir estupideces. No pienso hacer un vídeo presentándola. Pero además: ya saben todos que es mi novia, así que es totalmente ridículo e innecesario.
An-No te entiendo.
L-Yo tampoco a ti, así que mejor lo dejamos aquí.

Al día siguiente...
-NARRA Aida-
El concierto de Lucía de ayer estuvo increíble: más de 1.000 personas asistieron. Ella estaba acostumbrada a unos 300 espectadores, no más. Lo hizo súper bien, cantó precioso, incluso bailó. Brilló arriba del escenario. Luego se emocionó; me hizo llorar a mí también.
¡Ah! Ayer, finalmente, cuando terminaron la prueba de sonido me dejaron probar la batería, y Noa me intentó enseñar un poco. Debo decir que es muy complicado llevar el ritmo de las canciones: hay que coordinar los brazos y las piernas... Me parece algo imposible.
Me lo estoy pasando mazo bien con ella; viéndola disfrutar haciendo lo que más ama. Estoy incluso aprendiendo mucho de ella y de este "mundillo". Me gusta interesarme por las cosas que le gustan a mi novia. Que, por cierto, pronto cumpliremos nuestro primer mes juntas. Lucía todas las mañanas me dice los días que faltan. Es tan mona... Estoy muy emocionada por eso, la verdad. Aún estoy algo indecisa con el regalo que le quiero comprar. Ella me ha dicho que mi regalo ya lo tiene.
Ahora, como ya he dicho, estamos de camino al próximo destino que es Ourense. Lucía y yo hemos decidido alquilar un coche para ir solas; lo preferimos así. Conduzco yo. La furgoneta con Andrés y los músicos van por delante, debe haber salido como media hora antes que nosotras. Ahora ya vamos en carretera. Estamos comentando Lu y yo que hay un coche negro que parece que nos sigue desde que hemos salido. Hace cosas raras: acelera, luego va más lento, se pone a nuestro lado, luego vuelve atrás... siempre siguiéndonos. Todos los desvíos que hemos cogido, el coche negro también, ahí detrás de nosotras. Nos estamos asustando un poco. Queremos intentar restarle importancia, y llegar los más pronto posible a Ourense. De pronto, el coche negro acelera, de forma brusca y de imprevisto, se nos cruza por delante y frena, impidiéndonos el paso. Yo freno bruscamente para no estamparnos contra él. Estamos muy asustadas. Dos tíos se bajan del coche, uno con un bate de béisbol y el otro con una pistola. Llevan pasamontañas los dos. Vienen hacia nosotras. Nos cogemos fuerte de la mano. ¡Dios!

No fue casualidad sino destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora