02

127 17 1
                                    

—¡Vamos Ran! ¿Es en serio? 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Vamos Ran! ¿Es en serio? 

—Cálmate Rin, apenas son las 6, aún es temprano —era Ran, quien apenas se estaba levantando.

—Son las 10, imbécil —contradije mientras acomodaba mis lentes.

Ran soltó un suspiro para luego verme—puedes ir solo por hoy, honestamente no tengo muchas ganas de asistir hoy, además es el primer día, quizás mañana. 

—Si no vas tampoco lo haré yo, no quiero tener que encargarme de todo yo solo, es más divertido cuando estamos los dos.

—Está bien pequeño Rin, ahora, si no te importa, seguiré durmiendo —gruñí por su apodo.

—Tsk, está bien, solo recuerda despertar antes de las ocho, tenemos que encargarnos de unas pandillas que creen tener el control en Roppongi.

Recibí un murmuro como respuesta de su parte, me acosté en el sillón y así poder concentrarme en mis pensamientos, pues, sabía que Ran probablemente despertaría dentro de unas largas horas, además el nuevo año escolar. 

Luego de la última salida con los chicos el tiempo había pasado dando inicio a las clases de un nuevo año escolar, pero las cosas harán, ahora eran diferentes, ya me había mudado a Roppongi

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Luego de la última salida con los chicos el tiempo había pasado dando inicio a las clases de un nuevo año escolar, pero las cosas harán, ahora eran diferentes, ya me había mudado a Roppongi. Me sentía algo nerviosa, sin embargo, me había estado preparando mentalmente para comenzar una nueva vida en un lugar diferente, el día comenzó de una manera bastante tranquila, haciendo para mí suficiente, pues ya había comenzado el día con el pie derecho, al ser el primer día una gran parte del salón se presentó incluyéndome las horas habían cesado de manera rápida y el receso había llegado.

No era una persona muy sociable Pero había cruzado un par de palabras con mi respectiva compañera de sitio no tenía mucha hambre lo que era algo infancia que mi amor cambia drásticamente al tener hambre me convertí en Keisuke al recordarlo solté una pequeña risa de mis labios hasta que los murmullos de los demás alumnos se hicieron presentes, ¿Mi risa había sido tan fuerte?, levantando mi mirada hacia los demás, notando que los murmullos no era por mí, se trataba de un chico al cual estaban intentando tranquilizar con algunas frases que entre todas ellas algunas llamaron mi atención, una de ellas era "Tranquilo, ellos no asistieron hoy, pero tienes suerte, chico", ¿ellos? No sabía a quiénes se referían, pero tampoco quería saberlo, además el problema parecía causado hace un tiempo, supuse que del año pasado, era la alumna nueva así que tampoco no me correspondía involucrarme en los asuntos de los demás, pero una parte de mí quería saber lo que sucedía, pero había visto esto en muchas películas de terror y siempre la persona que decidía saber más sobre algo era la más afectada, esa definitivamente no iba a ser yo, que se le joda la vida a otro idiota, esta vez no investigaría, le había prometido a Mamá y a Kei que no me metería en problemas y en serio planeaba cumplir mi palabra.

Algunos chicos murmuraban "Hermanos Haitani" mientras iban avanzando su paso, tranquila y lentamente me dirigí a mi salón a pesar de que sintiera algo de curiosidad, pero sabía que si eran tan problemáticos como decían la demás era mejor no acercarme. Había llegado a mi respectivo asiento, no paso mucho para qué comenzará la nueva clase.

—¿Kumiko, verdad? —preguntó.

—Sí, es correcto, perdona, pero, ¿ocurrió algo? —pregunté, no era buena socializando y el hecho que la rubia que se sentaba a mi lado comenzará a entablar una conversación, me resultaba extraño.

—No, descuida, soy Akemi Hashimura, lamento haberte molestado, solo supuse que seríamos compañeras de sitio, por lo que supuse que sería bueno si nos comenzábamos a llevar bien, ya sabes, ser amigas, c-claro, solo si quieres, no te sientas obligada o algo similar a eso.

—No tienes de que preocuparte, tienes razón, mucho gusto Akemi — sonreí en agradecimiento, había logrado tener una amiga o quizás una compañera amable.

Incluso en mi escuela anterior solía tener problemas al socializar, pues ser la hermana mayor del capitán de la primera división de la Tokyo Manji no significaba algo muy agradable para los demás, y Keisuke junto con los demás solían buscarme a la salida junto a sus motocicletas solo para presumir que tenían una pandilla, me causaba risa, pero a los demás no les agradaba mucho por ello, pero ahora era diferente, estaba en Roppongi, Baji y los demás habían sido advertidos por mí así que podía estar tranquila. El día había sido bueno y aún lo seguía haciendo, pero estar lejos de casa hizo que Keisuke no saliera de mi mente, me preguntaba cómo estaban él y Chifuyu, luego de que él y nuestros amigos en nuestra última salida me hayan secuestrado, había comenzado a aceptar la idea de que su hermana mayor estaba dejando el nido, y aunque a mí también me dolía alejarme de él y nuestra madre sabía que estando en esta escuela podía mejorar nuestro futuro, crearía contactos y luego continuaría con mis estudios universitarios O esos eran los planes que tenía y esperaba cumplir pronto mientras que, por otro lado, el departamento en el que vivía era muy acogedor y tenía vecinas agradables sobre todo una señora ya algo mayor que se dedicaba a cuidar animales en especial gatos, eso me trajo recuerdos del pasado cuando la conocí, pues solía salir con Kei y Chifuyu a ayudar animales en peligro, sobre todo a los felinos.

Yo, Kumiko Baji, me encargaría de que esa señora se mereciera el cielo, sin darme cuenta una sonrisa se había plasmado en mi rostro hasta que el sonido de la campana hizo que regresará mi realidad, los demás ya estaban comenzando a salir del salón mientras que Akemi-chan aún me seguía esperando, no quise hacerla esperar mucho por lo que rápidamente tomé mis cosas y caminé a su par.

—Lamento la demora, Akemi-chan —hablé avergonzada.

—Oh, está bien, tranquila, te veías feliz, así que no quise molestarte, pero vamos, es hora de irnos. 

Asentí y ambas salimos juntas de la escuela; sin embargo, los gritos de las chicas comenzaban a hacer algo irritantes, llamando mi atención, haciendo que me quedará observando la cantidad de personas que estaba reunida.

—Se trata de los Hermanos Haitani —dijo Akemi mirándome.

—¿Acaso son famosos o algo? Si es así, quiero un autógrafo, no siempre te encuentras com gente famosa —hablé con algo de vacilez en mi voz, no los conocía, pero sonaban como personas interesantes.

—¿En serio no sabes quiénes son? —habló incrédula.

—¿Saber qué?

Justo en ese momento fue donde el sonido de algunas motocicletas se hizo más fuerte, haciendo que gire mi cuerpo para poder ver lo que sucedía.

Al posar mi mirada en el objeto que causaba el ruido, mi mirada se topó con los ojos violetas curiosos de un chico rubio con algunas mechas de color celeste en el cabello, quien se mantenía con una expresión seria, pero aun así no desviaba la mirada, al subir un poco más mi mirada, otros ojos violetas y una sonrisa arrogante ya estaban posados sobre los míos haciendo que frunza el ceño.

—¿Kumiko-chan? —la voz de Akemi fue la que pudo cortar la pelea de miradas entre los famosos hermanos y yo, girando nuevamente mi cuerpo hacia donde ella estaba, pero aun así sentía unas miradas clavadas sobre mi figura.

—Estoy bien, pero ya es hora de despedirnos, nos vemos mañana Akemi, fue un gusto haber hablado contigo —No esperé una respuesta de mi contraria, mis piernas se movieron solas llevándome hacia un lugar más alejado hasta que recibí la llamada de Keisuke.

Sin embargo, Akemi se había dado cuenta de algo que ella no, pudo notar un leve brillo en la mirada de la pelinegra al ver a los hermanos, a pesar de que esta llevara el ceño fruncido y no los conociera, su mirada había conectado con la de ellos, como si solo hubieran estado esperando el momento indicado para conocerse. 

About Us || Hermanos Haitani [TRILOGÍA #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora