Capítulo 4

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Winry POV

Iba a suceder hoy.

Ed y yo nos acostaríamos por primera vez y no había podido dejar de darle vueltas al asunto.

Por supuesto que durante esos días había intentado mantenerme lo más serena que posible, aunque debía admitir que cuando Ed se acercaba demasiado, me guiñaba el ojo o terminábamos tocándonos de alguna forma, así fuese solo para tomarnos de las manos, yo me volvía un manojo de nervios.

Me reprendía a mí misma cada vez que esto sucedía ya que esto había sido total y completamente mi idea. Pese a eso, no estaba arrepentida, pero eso no significaba que no pudiera estar nerviosa. Incluso si en los últimos días, a pesar a mi ansiedad, cada vez que podía me acercaba a Ed para robarle un beso demasiado sugerente para el momento o simplemente acariciaba su rodilla debajo de la mesa durante las comidas de forma disimulada.

Me gustaba este juego en donde nos provocábamos de alguna manera porque sabíamos lo que pasaría hoy, sin embargo, aunque me mostrara segura con él, cuando pensaba en el asunto no podía ignorar el nerviosismo y el ligero temor que me causaba cavilar en cómo se podría dar la situación.

Me sonrojé al recordar que le había preguntado descaradamente si pensaba en mi cuando se tocaba ¡y fue aún más descarada su respuesta al contestarme que si lo hacía! Todavía ni siquiera sé cómo tuve el valor de decir esas palabras, pero suponía que la calentura del momento tuvo mucho que ver.

Yo aún no tenía idea siquiera de como comenzarlo o que era exactamente lo que tenía que hacer, aunque sospechaba que debía dejarme llevar por el calor del momento y por nuestros instintos.

Tal y como lo habíamos hecho en mi habitación hace un par de noches.

Me sonrojé al recordar esa noche, y es que, aunque haya sido yo quien comenzara con todo el jugueteo entre ambos y que además también fuese yo quien guiara la situación por un rato, Ed me había dejado completamente impresionada por cómo me quitó el control y prácticamente se ocupó de hacerme sentir de la forma en que lo hizo.

Y qué forma.

En el momento ni siquiera sé cómo fui capaz de decirle que podía quitarme la camiseta, pero estaba tremendamente nerviosa porque pese a que yo lo había visto en ropa interior infinidad de veces, él nunca me había visto en esas condiciones, y mucho menos semi desnuda.

Aunque para ser honesta, mi miedo en realidad no era que me viera totalmente desnuda, sino que se hiciera realidad lo que alguna vez conversé con mi abuela hacía unos años, especialmente había reflexionado en la parte donde ella mencionaba que la primera vez podría dolerme.

No había querido martirizarme por una probabilidad, pero era lo que había escuchado de la boca de la mayoría de las chicas a las que conocía, sin embargo, conocía a Ed y estaba segura de que, si le demostraba que aquello podría dolerme, él quizas reconsideraría la idea y no querría hacerlo.

Yo quería hacer el amor con Ed y quería escalar ese nuevo nivel en nuestra relación, eso era un hecho.

Suspiré pesadamente mientras me miraba al espejo por última vez y acomodaba mi cabello rubio. De alguna forma sentía que la próxima vez que me viera al espejo vería a una persona diferente, lo cual era un poco ridículo considerando que esto no tenía por qué cambiar algo.

Me había asegurado de ponerme un poco de maquillaje, un perfume dulce y un vestido sencillo, así como también ropa interior bonita, aunque sabía que cualquier prenda sobraría en algún punto. Aquella noche en mi habitación agradecí en cierta forma de que no hayamos llegado más allá ya que recordaba haber estado usando ropa interior con dibujos y solo podía imaginar las burlas infinitas que me habría hecho Ed por esto el resto de nuestras vidas.

Crónicas de una primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora