Capítulo 6

493 35 22
                                    

Winry POV

Decir que me sentía avergonzada era minimizar mis emociones, pero tampoco existía otra palabra que definiera mi situación justo ahora.

No había sido capaz de mirar a Ed a la cara desde esa mañana y me había asegurado de atestarme de trabajo durante todo el día solo para no cruzármelo ni siquiera en las comidas. Por suerte, había logrado mantenerme en el taller ayudando a mi abuela buena parte del día, por lo que fue la excusa perfecta para que ella no me hiciera preguntas, más que para asegurarse de que le haya hecho el mantenimiento al automail de Ed.

Alphonse había llegado a tiempo para mantener al mismo Ed ocupado con su investigación y hasta me percaté que entrenaron un rato, por lo que yo guardaba la esperanza de que esto haya acaparado toda su atención, al punto que apenas y recordara la penosa situación que vivimos esa mañana.

Pero ¿a quién quería engañar? Esto iba a ser imposible de olvidar.

Limpié unas solitarias lágrimas de frustración que se me escaparon por milésima vez en ese día al mismo tiempo que sentía como mi vientre dolía, haciéndome remover entre mis sabanas en busca de una posición más cómoda, pero desgraciadamente en esos días los cólicos siempre me atacaban y era difícil que encontrara una posición que me dejara conforme.

Detestaba ser mujer en estos días, y por todo lo que había sucedido hoy, solo deseaba que la tierra me tragara.

Me removí un par de veces más, pero fallando en el intento de aliviar el dolor, por lo que solo trataría de no pensar en ello mientras que la abuela terminaba de prepararme uno de sus milagrosos tés, que siempre me hacían sentirme mejor cuando sentía dolor.

Estaba enojada, avergonzada y triste. Esto era una pésima combinación de emociones y todo era por las malditas hormonas.

Desde mi primer período los síntomas no habían cambiado demasiado ni se salían de lo estándar. No podía evitar ponerme emocional y tener estos dolores, sin embargo, Ed y Alphonse se fueron de casa para el tiempo en que yo lidiaba con toda esa etapa, por lo que no tuvimos situaciones vergonzosas entre nosotros y estaba casi segura de que ni siquiera se percataban de mis cambios emocionales o que me hinchaba un poco esos días.

Sencillamente, eran hombres.

Suspiré pesadamente mientras abrazaba una almohada contra mi vientre tratando de buscar un alivio y cerrando los ojos, aunque dudaba que pudiera dormirme hasta que se me pasara o hasta que los sucesos de ese día dejaran de repetirse en mi cabeza una y otra vez.

Y claramente, la segunda opción estaba lejos de acontecer.

No podía creer aún que me haya sucedido aquello justo en ese momento con Ed, ya que estaba más que lista para darle una segunda oportunidad a todo el tema del sexo. Además, para mí no pasaron desapercibidas las intenciones de Ed por hacer más cosas antes de llegar a la parte del sexo como tal, y recuerdo haberme sentido completamente emocionada y excitada por lo que estaba haciéndome sentir, apenas y podía creer que él tuviera cero experiencias en esto.

Aguarda un momento ¿cómo sabía Ed qué hacer con una chica en ese momento si yo era la primera con la que lo hacía?

No es que me quejara ya que estaba descubriendo con él sensaciones que ni siquiera sabía que existían, pero ¿cómo él podría saber dónde y cómo tocarme para que esto sucediera? No quería pensar que tuviese experiencia que lo respaldara.

Solo imaginar esa posibilidad hacía que mi pecho se contrajera mucho.

No era completamente imposible, considerando todos los aos que estuvo viajando de un lugar a otro, primero con la promesa de recuperar el cuerpo de Alphonse y el suyo, y luego con la intención de detener a padre y los homúnculos. Pudimos vernos en varias ocasiones cuando me visitaban en Rush Valley o yo lo hacía yendo directamente a Central, sin embargo, luego de separarnos en Briggs hubo un salto temporal importante entre ambos.

Crónicas de una primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora