-Que lindo- comenta Joaquín limpiando el mostrador con la rejilla húmeda. El mármol se encuentra relativamente sucio.
-¿Qué lindo qué?- pregunta Lisandro pasando los criollitos de la bandeja del horno hasta la bandeja del exhibidor.
-Es mi semana- comenta y Lisandro frunce el ceño.
-¿Tu semana?-
‐Semana santa, bobo, la mayoría de la gente no come carne para estas fechas entonces no jodo en ningún lado con la comida- comenta mirándolo y Lisandro se carcajea.
-¿Por eso es tu semana? Que ridículo, encima de puto; vegetariano- se burla de su amigo y recibe un empujón.
-Callate Lisandro, que vos también sos puto- le enseña su dedo medio caminando hasta una de las mesas que ya está vacía.
Rondan las cuatro de la tarde, entran a trabajar en el mismo turno a la cafetería y panadería que los padres de Correa tienen.
Es un turno corto de apenas cuatro horas, pero para el sueldo que les dan se conforman.
Además de trabajar los fines de semana, atienden algunos días de la misma.-Che- comenta Lisandro mirando al morocho.
‐¿Qué?- pregunta limpiando la pequeña mesa que tiene migas.
-¿Me pasas lo de matemática?- pide Lisandro y Joaquín rueda los ojos.
-Que vago del orto que sos- responde volviendo detrás del mostrador.
-Gracias por pasármelo- sonríe eufóricamente y escucha un Ajá como respuesta.
-Te lo voy a pasar con una condición- comenta mirándolo.
-¿Cuál?- pregunta el rubio.
-Que me dejes pasar el finde largo en tu casa- alza la mirada encontrándose con la mueca de disgusto del gualeyo.
-Vos querés eso para ver a mi hermano- dice arrugando el entrecejo.
-Y sí- comenta alzando los hombros.
Lisandro siente su celular vibrar en su bolsillo y abre el chat que aparece primero en su vista; Flia y Lisandro🫶🏻 rueda los ojos por el nombre que quedó después de que Lautaro armara el grupo y divisa los mensajes.
Lee un par ignorando los chistes nefastos de su abuelo y las setecientas contestaciones de su abuela y madre. Cuando está a punto de salir del chat divisa un nombre que le interesa.-Te tengo malas noticias, corazón- informa Lisandro mirando a su amigo.
-¿Qué pasó?- pregunta frunciendo el entrecejo.
-Viene mi re amor a pasar toda la semana santa con nosotros- le asegura.
Hace tiempo perdió la culpa que solía sentir al llamar así a su cuñado.
-Prefiero ver a tu hermano con el novio a no verlo directamente- admite y Lisandro revolea los ojos.
-Entonces te voy a tener que soportar- comenta chasqueando la lengua.