VIERNES SANTO.

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Lisandro abre la tijera y la cierra cortando el cabello de Joaquín como si nada

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Lisandro abre la tijera y la cierra cortando el cabello de Joaquín como si nada.
Que fé que me tiene piensa Lisandro dejando las tijeras a un lado mientras prende la máquina de cortar cabello.

-Rezá Malena, rezá- lo molesta Lisandro empezando a pasar la máquina.

-Me metes miedo y me haces odiarte- comenta Correa totalmente inmóvil para que el corte salga bien.

-¿Sección peluquería?- se asoma Cristian saliendo de la pieza de Lautaro con una sonrisa en el rostro.

-Sección voy a matar a Lisandro si no le queda bien- comenta Joaquín y Cristian ríe.

-Tenele fé- es lo último que dice para después irse hasta la cocina.

Lisandro trata de concentrarse en su "trabajo" y sigue pasando la máquina con paciencia.
Después de unos cuantos minutos retocando el gualeyo cree que finalizó.

-Listo, me quedó re lindo- comenta auto-elogiándose y Joaquín rueda los ojos.

Camina hasta el baño y gira la cabeza varias veces para ver el corte desde distintos ángulos. La verdad, para no haber hecho ningún curso, le había quedado muy bien.

-Quedó bien- comenta Joaquín cuando el rubio ingresa en el baño.

-Viste, soy re buen peluquero- comenta y corre a Correa del baño para poder hacer sus necesidades.

La mañana y el mediodía son bastante tranquilos. Desayunan y almuerzan todos juntos, la siesta es donde el caos se desata para Lisandro.
Joaquín se había marchado a su casa para buscar ropa, Lautaro estaba en su turno de trabajo y Silvia había salido con sus amigas como de costumbre, por lo que en la casa solo estaban aquellos dos que cada vez que sus miradas se conectaban sentían tensión.

Romero, aburrido de la soledad de la pieza de su novio, se dirige hasta la habitación de su cuñado. Abre la puerta sin pedir permiso y se encuentra con la escena más dulce que cree haber visto en su vida.
Lisandro cosiendo un vestido de muñeca.

El rubio se ve alarmado cuando la puerta se abre y siente que su rostro calentarse cuando se da cuenta que su cuñado es quien lo encuentra con su hobby oculto.

-Hola..- saluda Romero con una sonrisa en el rostro y cierra la puerta tras él. -No sabía que cosías- comenta.

-Lo tenía guardadito- comenta el rubio dejando la tela a un lado.

-Lo supuse cuando te ví la cara- asiente acercándose hasta él. -No tiene nada de malo igual eh, me parece algo tierno- comenta mirando las diminutas prendas que hay sobre el escritorio.

-¿Sí?- pregunta Lisandro levantándose de la cama.

Era un secreto que ni siquiera Joaquín conocía. Sólo dos personas sabían sobre aquél hobby y una ya no se encontraba en el mundo terrenal; su abuela.
Lo había guardado muchísimo tiempo, más o menos desde los quince.
Todo comenzó una tarde de domingo, mientras todos dormían la siesta Lisandro se acercó hasta el taller de costura que su abuela tenía y se vió fascinado por aquél trabajo.
"¿Me enseñás?" pidió al instante y la mujer, con una sonrisa en el rostro, aceptó.

𝗦𝗘𝗠𝗔𝗡𝗔 𝗦𝗔𝗡𝗧𝗔 𝗬 𝗕𝗘𝗡𝗗𝗜𝗧𝗢 𝗠𝗜 𝗖𝗨𝗡̃𝗔𝗗𝗢;𝗰𝘂𝘁𝗶𝗹𝗶𝗰𝗵𝗮✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora