A continuación presentaré una pequeña historia que, más que nada, ha sido un desarrollo que he tenido como persona a lo largo de los últimos años... Intentando analizar lo que en inglés se llega a conocer como "innerchild, innerteen y higherself".
"Entender qué es lo que te ha hecho tú el día de hoy, te ayudará a ser un mejor 'yo' el día de mañana" -Z
El mundo exterior, desde que lo conocemos, ha sido un mundo peligroso y lleno de oportunidades que muy pocos logran aprovechar en sus relativamente cortas vidas. Gente problemática, estudios, trabajo, presión, ansiedad, trastornos mentales... Todo ha significado una amenaza en menor o mayor medida para cada uno de nosotros, algunos quizás ni siquiera piensen que sean problemas reales y solamente sea una excusa para quejarse o evitar responsabilidades que la propia sociedad nos ha inculcado desde que somos pequeños.
Hoy, todo eso está empezando a arder poco a poco, y parece ser que podría ser el fin de una era como la que conocemos, repleta de diversidad en todos los sentidos de la palabra, el fin de un mundo que formamos poco a poco desde las sombras que el sol y la luna nos permiten tener. Nuestra mente ha plagado este mundo de novedades, de inventos y criaturas tan sorprendentes que dejarían loco a cualquiera que intentara entenderlas en lo más mínimo... Ya que nosotros tampoco las entendemos en lo absoluto.
Y aquí nos encontramos, adentro de la pequeña choza que construimos nosotros cuatro para sentir que estábamos seguros en un mundo tan hostil, planeando cual será nuestro siguiente movimiento.
–Ha llegado el momento, chicos –Anuncié con cierta preocupación– tenemos que empezar a movernos, ¿están listos?
–Realmente, muy listos no creo que estemos, es complicado siquiera empezar un nuevo viaje cuando pensábamos que todo estaba empezando a acomodarse finalmente –Respondió aquel muchacho que se encontraba en plena adolescencia, confundido y sin saber qué será de el para esta vida.
–Lo sé, nunca ha sido fácil tener que cambiarnos de lugar, pero a veces es mejor volver a construir los cimientos en un lugar más estable que quedarnos en un sitio donde el terreno está empezando a romperse bajo nuestros pies.
–¡Eso es cierto! –Un pequeño grito de entusiasmo surgió de un niño que disfrutaba de una barra de chocolate– "El" siempre nos dijo que siguiéramos nuestro camino hasta encontrar un lugar mejor.
–No esperaba que significara que dejáramos todo lo que terminamos construyendo a lo largo de muchos años, con la gente que tanto queríamos que se quedaran en nuestra vida...
–Ninguno de nosotros lo esperábamos, pero ¡oye!, hemos mejorado mucho, ¿verdad?
–En eso tiene mucha razón, hemos llegado bastante más lejos de lo que esperábamos que termináramos llegando para estos momentos. –Una joven un poco más grande que yo respondió mientras asomaba la mitad de su cuerpo por una de las ventanas que daban a la arboleda que rodeaba más de cerca nuestro pequeño hogar.
El tiempo transcurrió en silencio, pero la tensión en el ambiente crecía cada vez más. Aquella mesa acomodada en el centro, rodeada por cuatro simples sillas de madera, era todo lo que nos mantenía conectados con esta realidad, ya que esa mesa había sido lo primero que habíamos hecho una vez teníamos un techo, un sentimiento de paz nos llenaba cada vez que nos sentábamos a comer, o a discutir que es lo que haríamos día con día.
–Bueno chicos... Ha sido un placer pasar el tiempo con ustedes.
–¿Te vas a adelantar? –Le pregunté a aquella joven que desprendía confianza.
–Tarde o temprano me alcanzarán –Respondió mientras esbozaba una sonrisa de oreja a oreja– Siempre lo hacen.
Aquella persona solamente se acercó a la puerta de madera que nos encerraba del exterior, abriéndola lentamente, observando con atención al horizonte teñido de un hermoso color rosado anaranjado.
–En ese caso, ¿estás listo pequeño? –Tendí mi mano sobre el hombro del niño que me acompañaba.
–Jum, no estoy seguro –Por un momento se quedó cabizbajo observando al suelo.
–Oye, mírame –Dije con un tono suave e inmediatamente levantó su mirada con dudas y cierto miedo al qué vendrá– no te preocupes, todo estará bien, como siempre lo ha estado, ¿de acuerdo?
–Vale, vale –Una sonrisa diminuta se dibujó en su rostro mientras retomaba su barra de chocolate y se levantaba de la silla en la que estaba sentado.
Inmediatamente en cuanto se levantó de la silla, ese niño agarró uno de los palos que se encontraban cercanos a la ventana donde estaba el otro sujeto, y mientras mordía el chocolate empuñaba el palo como si se tratase de una espada medieval.
–Eh, tu estás listo, ¿adolescente? –Una notable cara de tristeza invadía el rostro de ese muchacho mientras volteaba a verme.
–No quiero alejarme de todo lo que construimos aquí, ya no quiero alejarme más de lo que hemos hecho por tantos años, esforzándonos en que sea lo mejor que hayamos hecho jamás...
–No siempre depende de nosotros, y a pesar de que hemos dado nuestro mejor esfuerzo, también hemos cometido errores que nos fuerzan a tomar esta decisión ahora.
–Lo se... Pero es difícil hacerlo de todas formas.
–No te preocupes, encontraremos la forma en que salga todo bien y no perdamos todo lo que hicimos, ¿vale?
–Vale...
–Encárgate de cuidarlo bien en nuestro viaje –le dije mientras señalaba al niño que ahora se encontraba jugando con el palo.
–¿Seremos los malos?
–Dependerá de quien nos vea, pero de momento, sin bien, ni mal, solo encárgate de eso, ¿de acuerdo?
–Si... Si, puedo hacerlo –un pequeño rayo de esperanza emanaba de su rostro que poco a poco sonreía.
Pensar que hemos pasado por tanto, hecho tanto y a la vez tan poco, y finalmente entender que no siempre las cosas que hacemos están bien, aunque lo hagamos con la mejor de las intenciones o porque simplemente nos equivocamos en nuestras decisiones, es algo tan extraño que parece incluso irreal pasar por esto.
–Y tu...
–Sabes que siempre estoy lista
–Algún día te alcanzaré
–Me encantaría verlo... te estaré esperando con ansias hermana –Finalmente la muchacha que esperaba en la puerta salió, se dio la vuelta hacia nosotros y empezó a echar una carrera hacia lo que deparaba el futuro– ¡Los veré del otro lado!
–Te veré del otro lado...
Me quedé observando cómo se alejaba a la distancia, justo en dirección a donde se veía que todo empezaba a arder, sin miedo a lo que le pudiera deparar en su camino. Al poco tiempo los otros dos chicos se unieron a mi lado, viendo como apenas quedaba una mancha en el horizonte de aquella chica tan valiente que seguía su camino y corazón sin importar la adversidad.
–¡POR LUCATIEL!
–¡POR REDWALL!
Sin dudarlo dos veces, ambos, completamente entusiasmados empezaron a correr en una dirección ligeramente distinta a donde aquella chica había salido corriendo, sus sueños y esperanzas podían sentirse como si se tratara de una dulce brisa que envuelve tu cuerpo delicadamente. Viendo para donde iban, salía de aquel pequeño hogar en el que solíamos vivir, resguardándonos de la adversidad, donde podíamos mantener la tranquilidad que el exterior nos quitaba de vez en cuando, finalmente me di la vuelta y cerré la puerta y coloqué un pesado candado para proteger todo lo que habíamos atesorado durante tantos años... Después de detenerme un momento a observar aquél lugar, del que seguramente solo guardaría sus recuerdos en mi memoria, me di la vuelta y empecé a caminar con calma hacia donde iban los otros 2.
–Por nosotros... Por ustedes...
–¡Corre Vi, que va a anochecer pronto!
Una sonrisa salió de mi rostro mientras avanzaba, y una lágrima acompañaba la tristeza de haber dejado tanto atrás.
–Por mí.
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Les Histoires De Vicenza
De TodoFinales alternos, historias base que puedo ir modificando, "tarjetas" de personajes, etc. Encontrarás cosas que se me vengan a la mente. ALMOST ALL RIGHTS RESERVED: @zViolettaLM