CAPÍTULO 1: Grimorio de cuatro hojas

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Yoru se despertó como siempre, rodeado de la paja del establo en el que trabajaba, aunque no estaba obligado. Únicamente lo hacía para estar con los caballos. Se encontraban cerca de la mansión Silva, por lo que cada cierto tiempo, Nozel Silva, cabeza de familia de los Silva, se acercaba a los establos a montar a caballo. Alguna vez se había traído consigo a su hermana menor, Noelle Silva, de la edad de Yoru.
Yoru siempre había detestado a la nobleza, pero había escuchado rumores sobre lo buena que había sido en el pasado la difunta Acier Silva con los plebeyos, así que tenía la esperanza de que Noelle fuese igual que ella.

Yoru era un joven de cabello castaño, ojos azules y tez pálida. No sabía si había heredado sus rasgos físicos de su padre o de su madre, era huérfano y había sido dejado en aquel establo en el que trabajaba, donde un hombre llamado Renly, el único trabajador del establo, lo encontró. No había nada de información sobre él, salvo que su nombre era Yoru y que corría peligro ahí de donde venía.

Cuando se levantó, lo primero que hizo fue comprobar el estado de Noche, el potro que había nacido hacía poco en el establo. Su madre había fallecido al parir, por lo que, al igual que él, Noche era huérfano, cosa que hacía que Yoru sintiese más cariño por él del que ya sentía por los animales.

-¿Cómo está el pequeño?-preguntó una voz a su espalda.

Cuando Yoru se giró, vio a Renly, su padre adoptivo. Era un hombre alto y corpulento, de pelo negro y ojos azules. Él era el encargado del establo de Towairaito, la aldea en la que vivían ambos.
Yoru sonrió a su padre y extendió las manos hacia la paja, haciendo que oscuridad surgiese de sus manos y comenzase a agarrar manojos de paja y fuese repartiéndola a los distintos cuartos de los caballos. Esa era su magia, la magia de oscuridad, y, según Renly, él era la segunda persona a la que se veía usar esa magia, siendo la primera Yami Sukehiro, el capitán de la órden de caballería Toro Negro.

Renly, en el pasado, con su magia de plantas, intentó unirse a alguna órden de caballería, pero nunca pudo aprobar el examen, pero tenía la esperanza de que Yoru sí que lo lograse. Tras escuchar las historias que le contaba sobre las órdenes, Yoru decidió desde muy pequeño que iba a convertir en Rey Mago y así luchar por eliminar la discriminación de clases.

-¿Sabes? Como estos caballos son míos, pensé que podrías quedarte a Noche como regalo por recibir tu grimorio.

-¿En serio puedo?

-Claro... La familia Silva solamente los piden prestados porque soy el mejor criador de caballos del Reino del Trébol. Puedes quedarte con cualquiera, pero puedo ver que Noche y tú os lleváis muy bien.

Yoru asintió emocionado y abrazó a Renly con cariño. Le debía todo a ese hombre, absolutamente todo, así que iba a hacer lo imposible para que no le faltase nada una vez superase los exámenes de caballería, si los superaba.


Cada marzo, cuando volaban los dientes de león luciérnaga, los jóvenes del Reino del Trébol que cumplían 15 años se reunían para recibir un grimorio que aumentaba su poder mágico, yendo a una de las distintas Torres de los Grimorios del reino.
La torre más cercana a Towairaito estaba vigilada por un anciano noble Vermillion. Esta consistía en una gigantesca biblioteca circular, repleta de libros de todos los colores, tamaños y grosores.
Se pudo fijar en que Noelle Silva, la menor de los hermanos Silva, estaba en el lugar, completamente en silencio pero mirando con desgana a los demás.
Noelle era una chica de 15 años, con una constitución delgada pero curvilínea. Sus ojos rosados mostraban frialdad y tristeza.
Tenía el cabello plateado, como todos los miembros de su familia, recogido en dos coletas y unos flequillos en la frente.

No muy lejos de ella, una chica algo baja, de cabello anaranjado, largo hasta los hombros, miraba con curiosidad a todos lados. No era difícil de reconocer, ya que no solo su hermano, Kirsch era famoso por ser el vicecapitán de la orden Pavo Real Coral, sino que formaba parte de la familia Vermillion, famosa por ser la familia de Fuegoleon Vermillion, capitán de León Carmesí. Se trataba de Mimosa Vermillion.

Un noble, decidido, comenzó a caminar al frente.

-Hoy seré un mago hecho y derecho-dijo con soberbia, para luego detenerse a mirar a Yoru-¡Qué andrajoso! ¿Qué necesidad hay de darle grimorios a esa gente?

-Lo mismo me pregunto yo de gente como tú-le soltó secamente Yoru.

-¡¿Cómo te atreves a dirigirte a mí en ese tono, asqueroso plebeyo?!

El noble, que a pesar de vestir con ropas más caras que Yoru, no imponía mucho, comenzó a caminar a toda prisa hacia Yoru, que simplemente lo miraba con los brazos cruzados.

-Vienes con muchos aires de superioridad, pero no eres para tanto. Noelle Silva y Mimosa Vermillion son nobles más importantes que tú... Para gente como ellas, por muy noble que seas, eres un plebeyo, así que deja de molestar.

Rojo de la vergüenza, el noble se dispuso a atacarle, cubriendo su puño de fuego, pero Yoru se mantuvo serio, mirando al frente. Noelle y Mimosa, al verlo, quisieron reaccionar, pero del cuerpo de Yoru surgió una legua de oscuridad que agarró el puño del noble, absorbiendo su fuego, y volviéndolo a colocar en su sitio con delicadeza.

-No molestes-dijo mientras la legua de oscuridad volvía a su cuerpo-Hemos venido a por nuestros grimorios.

Hubo un silencio sepulcral, que solo fue roto cuando un anciano apareció en el lugar. Era un hombre alto y delgado, con varios signos del paso de los años, marcados en sus arrugas y en su cabello blanco como la nieve. Al igual que Fuegoleon Vermillion, tenía un rombo rosa en la frente.

-Bienvenidos, receptores-dijo el anciano-A partir de hoy, cada uno emprenderá su propio camino... Que los acompañe la honestidad, la esperanza y el amor. Soy Akaraion Vermillion, el maestro de la Torre de los Grimorios. Esta región generó al Rey Mago, Julius Novachrono, al igual que a dos de los aspirantes a ser el siguiente Rey Mago, Nozel Silva y Fuegoleon Vermillion. Espero ver que uno de vosotros se lo pone difícil... Ahora, sin más preámbulo, les entregaré sus grimorios.

Poco a poco, distintos libros comenzaron a salir de los estantes, brillando en función de la magia que poseían, rojo para el fuego, azul para el agua, marrón para la tierra... La gente se veía animada cuando el grimorio caía en sus manos, unos más y otros menos, ya que había gente a la que les caía en las manos un grimorio muy fino, con pocas hojas, o unos grueso pero muy pequeño.
El noble que había enfrentado previamente a Yoru tenía un grimorio grueso, como cabía esperar de los nobles, con su gran nivel mágico, así que anunció que se iba a presentar al Examen de Caballeros Mágicos, alegando que iba a aprobar, pero nadie le estaba haciendo caso, ya que, donde estaba Yoru, un gran y grueso grimorio, con un intenso brillo negro, estaba aterrizando en sus manos, girando lentamente hasta mostrar a todos que, en la portada, pintado en blanco y brillando con la misma intensidad, se podía ver un trébol de cuatro hojas.

BLACK CLOVER: Mago OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora