CAPÍTULO 2: Exámenes de caballeros

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La experiencia de volar hasta la capital montado en Noche fue increíble, sobre todo al ver lo feliz que estaba el pegaso de oscuridad cuando aterrizó y comenzó a recibir mucha atención.
Aún así, Yoru abrió el grimorio y regresó a Noche al interior. Estaba en la capital del Reino del Trébol, listo para pasar el examen de caballeros y convertirse en miembro de una Orden de Caballería.
Aún no sabía a cual, pero por suerte, solo podías aspirar a aquellas que levantasen la mano cuando terminases el examen, así que solamente elegías entre las órdenes que te quisieran.

Yoru se acercó al estadio que se encontraba en el centro de Kikka, la ciudad del castillo. Ese era el lugar en el que iba a tener lugar el examen.
El lugar estaba repleto de aspirantes al examen y, como cabía esperar, la gran mayoría eran nobles, de bajo nivel. Si eran un noble importante, o incluso miembro de la realeza, eras directamente asignado a una orden, por lo que no participaban en los exámenes.
Había plebeyos, aunque fuesen pocos, pero a Yoru quien más le llamó la atención fue uno muy bajo y musculoso, con el cabello rubio ceniza. Gritaba emocionado pero Yoru se sorprendió al no detectar nada de maná en él. No es que tuviese poco, es que no tenía nada.

Yoru se colocó en la cola de las inscripciones y esperó a su turno.

-Yoru, de la aldea Towairaito-dijo cuando llegó su turno.

-Yoru de Towairaito-dijo el encargado de las inscripciones-Muéstrame tu grimorio.

Yoru asintió, abrió su portagrimorio y se lo tendió. Al verlo, el encargado lo miró sorprendido.

-¿Otro trébol de cuatro hojas?-dijo-Ya era sorprendente ver uno... pero otro... Eres el número 170.

Yoru se sorprendió al escuchar que había otro aspirante con un grimorio de cuatro hojas, pero le quitó importancia y entró al estadio, donde se vio rodeado de varias personas, todos ellos emocionados por estar listos para realizar el examen.
Entonces, varios pájaros comenzaron a llegar volando al lugar, posándose poco a poco en los distintos participantes.

-¿Y estos pájaros?-preguntó un chico.

-Son los famosos antipájaros del recinto del examen-respondió su amigo-Cuanto menos poder mágico tienes, más se acercan a tí.

-¡Eh!-exclamó uno-Mirad a esos dos tipos.

Todos miraron hacia donde señalaba. Había dos personas a las que no se les había acercado un solo antipájaro. Uno era Yoru, pero el otro era un chico joven de estatura media con complexión delgada, ojos color ámbar y cabello negro desordenado. Vestía una camisa negra con cuello alto y manga larga. Las mangas tenían cuero marrón que cubría las muñecas y la parte superior de los brazos. Llevaba pantalones marrones claros que se cortaban debajo de las rodillas y, alrededor de su cintura, un par de cinturones marrones que se cruzaban. Además, usaba un par de calcetines de color oscuro y un par de botas. Llevaba su grimorio en una bolsa atada a la derecha de su cintura.

-Son los dos plebeyos con un grimorio de cuatro hojas-dijo uno-A pesar de ser de aldeas remotas...

Entonces apareció el chico gritón, completamente rodeado de antipájaros, gritando que iba a convertirse en Rey Mago. Eso despertó las risas de todos los presentes, salvo el otro chico y Yoru. El gritón, intentando zafarse de los pájaros, comenzó a correr como loco, hasta que chocó con una mole de músculos.

-Vaya... por fin se alejaron... Lamento haber chocado contigo-se disculpó.

El hombre contra el que había chocado lo fulminó con la mirada, cubriéndose todo su cuerpo de un aura oscura que hizo que Yoru, que estaba algo alejado de la situación, sintiera escalofríos por todo su cuerpo.

-Te mataré, mocoso-lo agarró de la cabeza y comenzó a apretar con fuerza. Parecía que lo iba a matar.

Entonces aparecieron dos personas más. Una tenía el cabello semilargo y de color castaño claro, ojos rojos y dos pendientes, mientras que el otro tenía la piel muy pálida y el pelo corto y negro, peinado hacia atrás. Fue entonces cuando Yoru se fijo en que tanto ellos dos como el hombre terrorífico tenían un manto negro con un toro negro dibujado como símbolo.
No había duda, eran miembros del Escuadrón Toro Negro, una de las órdenes de caballería del Reino del Trébol.
Eso quería decir que el hombre era Yami Sukehiro, el capitán de la orden, y usuario de magia de oscuridad. Yoru se lo quedó mirando fijamente. Él y ese hombre eran los únicos usuarios conocidos de magia de oscuridad... En verdad imponía mucho.

Entonces, comenzaron a estallar fuegos artificiales en el cielo, indicando el inicio del examen, así que los Toros Negros se marcharon.
En el palco que había sobre ellos, comenzaron a pasar los distintos capitanes de las órdenes de caballería, siendo estos Nozel Silva, Yami Sukehiro, Charlotte Roselei, Jack the Ripper, Dorothy Unsworth, Rill Boismortier, Fuegoleon Vermillion, Gueldre Poizot y William Vengeance, siendo los capitanes, respectivamente, de Águila Plateada, Toro Negro, Rosa Azul, Mantis Verde, Pavo Real Coral, Ciervo Aguamarino, León Carmesí, Orca Púrpura y Amanecer Dorado.
Todos iban con, mínimo, un hombre de su órden con ellos, pudiendo reconocer Yoru a Leopold, ubicado detrás de Fuegoleon.

Entonces, William Vengeance se alzó y se dirigió a ellos,

-Aspirantes... disculpen la espera. Yo estoy a cargo del examen este año-anunció, mientras sacaba su grimorio-Descenso del Árbol Mágico.

El grimorio se iluminó y del cielo comenzaron a surgir distintas raíces, las cuales comenzaron a formar escobas que se fueron dirigiendo a cada uno de los aspirantes.
Vengeance cerró su grimorio y esbozó una sonrisa.

-¡Qué dé inicio el examen de caballería!-anunció solemnemente-A partir de este instante, se someterán a distintas pruebas. Los nueve capitanes los evaluaremos y, finalmente, elegiremos a aquellos que queramos en nuestras órdenes. Si son elegidos, se unirán a una. En caso de ser elegidos por varias, ustedes escogerán la que prefieran. Si al contrario, nadie los elige, en que consideramos que no están capacitados para unirse. La primera prueba consiste en volar con esas escobas-hizo una pausa al escuchar a varios alegando que nunca lo habían hecho, entre ellos Yoru-Un mago capaz de controlar su poder puede lograrlo por instinto-el hombre que vino con Vengeance hizo una demostración-Es el método de transporte básico de los magos. Si no saben volar en escoba, no podrán hacer nada. ¡Empiecen!

Yoru se encogió de hombros. Esa era la primera prueba, así que, si quería hacerlo todo bien, tenía que comenzar brillando desde el primer momento. Se sentó en la escoba y, lentamente, esta comenzó a levitar, cada vez más alto. Poco a poco, se fue armando de valor y se vio capaz de ponerse de pie y dirigir la escoba a voluntad. Era más fácil que montar en Noche. La escoba cumplía sus comandas y no era necesario adiestrarla. En seguida se topó con el otro chico con el grimorio de cuatro hojas. Él también se había puesto de pié en la escoba y miraba con aire de superioridad a los que volaban más abajo, incluido a su hermano, que no era capaz de hacer volar a su escoba.
Ese chico, Yuno había creído oír que se llamaba, era aún peor que los nobles. En la opinión de Yoru, era un vendido. Sí, era un plebeyo, pero por el simple hecho de tener grandes cantidades de maná y ser mejor capaz de controlarlo que el resto no le daban permiso a comportarse como si fuese un noble.

La siguiente prueba consistió en mostrar tu poder mágico, en la que mostraban su poder destruyendo muros de ladrillo. La siguiente fue de control de dicho poder mágico, en el que volaban por el cielo distintos papeles con dianas dibujadas en las que los aspirantes tenían que acertar usando su poder.
Llegó el turno de la magia de creación. En este caso, Yoru creó un cuervo de oscuridad, que comenzó a volar a su alrededor. La siguiente prueba consistía en, habiendo recibido una semilla, debían concederle poder mágico para hacerla brotar. Vengeance les avisó que era muy difícil siquiera lograrlo, así que grande fue la sorpresa de Yoru cuando tuvo que dejar la semilla en el suelo al comenzar a crecer un árbol de madera negra. La sorpresa fue muy grande, pero le gustó tanto el resultado a Yoru que, usando el hechizo Dimensión Negra: Mundo de Yoru, guardó el árbol en la dimensión de bolsillo que era capaz de crear y manipular con ayuda de su grimorio.

Finalmente, llegó la prueba final.

-La siguiente prueba es la última-anunció Vengeance-Será una serie de combates.

Fuegoleon se levantó de golpe, alzando el puño.

-¡A batallar!-gritó motivado-¡Formen parejas y enfréntense! Pueden atacar con sus grimorios.

Todos tiraron por la vía fácil, acercarse a Asta, el chico gritón sin poder mágico. En cambio, Yoru sabía que, si quería llamar la atención de las órdenes, iba a tener que enfrentarse a alguien fuerte. Los nobles ya tenían fichado a Asta, de modo que solo le quedaba una opción.

-Yuno... ¿luchamos?-preguntó Yoru con una falsa sonrisa. Ese chico no le caía nada bien.

-Vale-dijo con desdén.

Iba a derrotarlo, lo tenía claro. Alguien tan prepotente como ese chico merecía ser humillado.

El primer combate que tuvo lugar fue entre Asta y Sekke, un aspirante que se había mantenido cerca de él en todo momento, lo más seguro que para destacar y que le mirasen más a él.
Se trataba de un chico delgado, con el cabello rubio oscuro, peinado hacia atrás y manteniéndose unido con una banda para el pelo de color negra. Su atuendo consistía en una camisa de color claro, con un chaleco de color oscuro con un amplio cuello en forma de V en la parte superior. También usaba pantalones de color claro y un par de botas altas de color oscuro que tenían un par de cinturones en cada uno de ellos.

El combate comenzó y Sekke demostró lo que ya se había sospechado Yoru, que solamente se había juntado a Asta para destacar ante los capitanes. Cuando el juez del combate dio la señal de inicio, Sekke abrió su grimorio.

-Magia de Creación de Bronce: Bala de Cañón de Sekke Magna.

Asta, en cambio, no se iba a rendir sólo porque su magia fuese tan impresionante visualmente. Sacó su grimorio, que comenzó a cubrirse de una extraña y tenebrosa magia, para sacar una aún más extraña y tenebrosa espada con la que se lanzó sobre la bala de cañón con la que se había cubierto Sekke. Con suma facilidad, como si en vez de bronce fuese mantequilla, cortó la magia e hirió a Sekke duramente.

-Yo no entraré en una orden para esforzarme lo mínimo y vivir bien-dijo Asta, alzando su espada y apoyándola en su hombro-¡Me esforzaré a muerte para llegar a ser el Rey Mago!

Yoru sonrió sorprendido. Se imaginaba que Asta era un tipo increíble, pero esa declaración de intenciones... realmente quería conocer a ese tipo.

El resto de combates se desarrollaron sin problemas, con una serie de victorias y derrotas que fueron llamando la atención de los distintos capitanes de orden. Finalmente, llegó el último combate, que iba a enfrentar a Yuno y Yoru. Todos estaban expectantes y emocionados ante la idea de presenciar el combate entre los dos aspirantes con grimorio de cuatro hojas. Habían demostrado en las anteriores pruebas que tenían un gran control mágico pero... ¿Quién vencería en un combate?

Yoru fue el primero en atacar.

-Manto Oscuro: Cinco Puños de Noche.

El grimorio se iluminó y un manto de oscuridad comenzó a formarse a los pies de Yoru, del que surgieron cinco puños de oscuridad que salieron despedidos hacia Yuno, pero él supo defenderse con el hechizo Magia de Viento: Tornado Torreón, que generó un poderoso tornado de viento que frenó los puños, pero para cuando desapareció el tornado, Yoru ya no estaba a la vista.

-Mira arriba, chico bonito-dijo la voz de Yoru.

Yuno miró hacia arriba. Yoru había usado el hechizo Manto Oscuro: Alas del Caído, que le había concedido unas alas de oscuridad que le permitían volar.

-Manto Oscuro: Cinco Puños de Noche.

Volvió a lanzar los cinco puños de oscuridad, solo que esta vez si que hubo algunos que acertaron en Yuno, tirándolo al suelo. Este se levantó rápidamente y abrió el grimorio.

-Luna Creciente Kamaitachi.

Formó una hoja delgada de forma de media luna y la mandó hacia Yoru. Sin usar el grimorio, Yoru creó una barrera de oscuridad, pero recibió una leve herida en el rostro. Había que admitir que su magia del viento era muy poderosa y sabía usarla con gran habilidad, pero no se iba a rendir.

-Magia de Creación: Espada de Noche...-leyó mientras que una espada de oscuridad comenzaba a formarse en su mano, pasando a endurecerse como si fuese de puro metal negro como la noche-... Manto Oscuro: Corte de Avidya-al decir ese hechizo, Yami se levantó de golpe-Yuno, ve con todo.

Yuno esbozó una media sonrisa y abrió de nuevo el grimorio.

-Magia de Creación de Viento: Lluvia de Cuchillas de Viento.

El hechizo de Yoru canalizó más oscuridad en torno a su espada, para luego liberarla como una cuchilla directa hacia Yuno. Este, en cambio, manifestó docenas de hojas, compuestas únicamente de viento sólido comprimido. Estás fueron dirigidas por Yuno para enfrentar al hechizo de oscuridad de Yoru.
Ambos hechizos chocaron entre ellos, haciendo temblar el estadio entero, abriéndose grietas en todos lados, mostrando el increíble poder que tenían ambos aspirantes.

-¡El combate termina en empate!-anunció Fuegoleon, al ver que la estructura corría peligro.

Los dos anularon sus hechizos. Cuando Yoru se fue a acercar a darle la mano deportivamente, Yuno simplemente le pasó de largo, no sin antes pararse a su lado.

-Serás fuerte, pero nunca podrás superarme.

Y se alejó.

Con los combates terminados, Vengeance anunció que era el momento de que las órdenes escogiesen a que aspirantes querían en sus filas y Yoru comenzó a sentir como todos los nervios que había estado inhibiendo durante el examen estaban comenzando a aflorar.

-Avancen al frente cuando digamos su número-indicó Vengeance.

-La orden que desee contar con dicho aspirante, levantará la mano-explicó Charlotte Roselei-Sois libres de uniros a dicha orden o, en caso de ser seleccionados por varias, elegir cuál preferís. Para eso tienen total libertad.

-No obstante-puntualizó Fuegoleon-si nadie levanta la mano, no podrán ser caballeros mágicos.

Uno a uno fueron pasando los aspirantes, pero nadie se levantaba, y así siguió hasta el número 71, quien solo logró que Gueldre Poizot levantara la mano.
Más y más avanzaban, algunos siendo escogidos, otros no. Entonces, llegó el aspirante número 164, Yuno. Cuando se adelantó, para sorpresa de los aspirantes, todos los capitanes levantaron las manos, incluido Vengeance, que solo solía levantar la mano para nobleza o realeza. Yuno no dudó y escogió Amanecer Dorado. Fue a lo fácil, a llevar el camino cómodo para convertirse en Rey Mago.

-Aspirante número 165.

Ese era Asta, el chico sin magia.
Nadie levantó la mano por él, dejándole completamente devastado.

-Número 165... no hay manos levantadas.

Pero Yami Sukehiro se puso en pie, mirando serio a Asta.

-Es normal-le soltó-Aunque seas hábil en combate, nadie quiere un poder que no se sabe de dónde procede. Al fin y al cabo, lo que se busca en un caballero mágico... es poder mágico...-se calló cuando escuchó que alguien hablaba por encima-¿Quién ha hablado?-una mano se levantó-El aspirante 170... habla más alto.

-Creo que se equivoca-dijo Yoru, acercándose junto a Asta-Lo que se busca en un caballero mágico es que use sus habilidades para proteger el reino y a su gente... Asta ha demostrado que él tiene más deseo de hacer eso que otros aspirantes-retrocedió unos pasos-Lamento la interrupción.

Yoru se arrepintió al segundo de haber hablado. Pero Yami, en lugar de enfadarse, rompió a reír a carcajadas, para luego cubrirse su cuerpo de poder, haciendo temblar el lugar, para luego saltar al campo y mirar a Asta a los ojos, que lo miraba sin miedo, más bien con admiración.

-Nadie quiere a alguien sin poder mágico. Esa es la realidad... Antes dijiste que querías llegar a ser Rey Mago, ¿no?-dijo serio-Eso significa que tendrás que superar a los nueve capitanes. Tú, que no tienes poder mágico, ¿sigues diciendo lo mismo ahora que me tienes delante?

-Aunque no entre en ninguna orden hoy, por mucho que tropiece, sin importar lo que digan los demás... ¡me convertiré en Rey Mago algún día!

Y Yami disolvió su poder mágico, para romper a reír.

-Eres muy divertido. Únete a nuestra órden-Asta se quedó paralizado al escuchar esas palabras-Digo que te acepto en los Toros Negros-luego pasó a mirarle tenebrosamente-y no tienes derecho a negarte........ En los Toros Negros experimentarás todo tipo de penurias. Prepárate.

Tras acabar el espectáculo que había causado Yami, regresó a su puesto y continuaron con los aspirantes 166, 167, 168, 169 hasta que tocó el turno de Yoru, el aspirante 170.

-Aspirante número 170.

Yoru avanzó lentamente, con miedo por que los capitanes se hubiesen visto ofendidos por su anterior intervención, pero respiró hondo y esperó al desenlace.

-Capitanes... podéis levantar la mano.

Para sorpresa de Yoru, todos los capitanes levantaron la mano. Entonces, las palabras de su padre llegaron a su mente, escuchándolas como si estuviese a su lado en ese mismo momento.

-No siempre el camino fácil es el camino correcto.

-Escojo a Toro Negro.

Hubo un silencio que duró varios segundos.

-Vaaaaaya-protestó Yami-Nos han robado a un buen mago.

-Yami san...-dijo uno de sus compañeros-Nos ha escogido a nosotros.

-¡¿Cómo?!-exclamó sorprendido, para luego dirigirse directamente a Yoru-¿Tú eres tonto? ¿Te escoge Amanecer Dorado y nos escoges a nosotros?

-Mi padre me dijo que "No siempre el camino fácil es el camino correcto"... Ir a Amanecer Dorado sería el camino cómodo para convertirme en Rey Mago y no es lo que yo busco... Además, Toro Negro trata a todos por igual, sin importar que sean nobles y plebeyos... Por último, quiero aprender del único otro usuario de Magia de Oscuridad, usted, capitán Yami.

Lentamente, Yami se giró hacia los demás capitanes con una sonrisa macabra.

-Os... he... robado... un... gran... caballero... mágico.

Los que miraron peor a Yami fueron Vengeance y Nozel. Nozel se imaginaba que tendría ventaja por ser la aldea de Yoru parte del territorio, pero no había sido así. A pesar de ello, Fuegoleon rompió la tensión riendo a carcajadas.

Los aspirantes siguieron avanzando poco a poco y finalmente, el último aspirante acabó en León Carmesí. Los rechazados se fueron marchando y, poco a poco, los nuevos reclutas se agruparon a la espera de ser llevados por sus capitanes a las respectivas sedes de las órdenes.
Yoru se acercó a Asta, el otro único recluta de los toros negros y le tendió la mano.

-Sabía desde el minuto uno que tú y yo seríamos buenos amigos.

-¡Ha sido sorprendente como has luchado contra Yuno!-gritó Asta-Y gracias por salir en mi defensa... No era necesario.

-Al final lo has conseguido por tus propios medio-dijo encogiéndose de hombros Yoru-Lo mires como lo mires, ha sido sorprendente que te hayas mantenido impasible ante la presencia del capitán Yami.

-Quiero ser el Rey Mago-dijo Asta con naturalidad-Es mi ambición... No podía dejar que desapareciera tan fácilmente.

-Los dos tenemos la misma ambición... Somos rivales entonces.

Asta le ofreció el puño sonriendo y Yoru lo chocó, firmando los dos una rivalidad que esperaban que los llevase a ambos a superar sus límites una y otra vez.

Juntos se dirigieron a dónde los estaba esperando Yami, que los estaba mirando muy serio.

-Lo tenéis muy bien puestos para hacerme esperar-dijo serio, sin quitarle la vista de encima a Asta-¿Cuánto tiempo te has tirado cagando, imbécil?

-¡Es que ha sido uno de los gordos, capitán! ¡Era megagrande, gigantesco!

Yami extendió su brazo y le agarró la cabeza a Asta.

-Gordo es el guantazo que te vas a llevar-Yoru reía entre dientes al ver la interacción entre Yami y Asta-¿Acaso te he pedido que me des detalles de tu zurullo, atontado!... Nos vamos, Finral-dijo serio. Yoru, que pensaba que se había librado, comenzó a caminar sonriendo hacia sus nuevos compañeros de orden, pero Yami también le cogió de la cabeza-Tú también has llegado tarde, mocoso.

-Vaya... y yo que pensaba que me había librado.

Finral abrió su grimorio y se generó lo que Yoru supuso que era un portal, de color plateado.

-¡Mola!-exclamó Yoru.

-Venga...-exclamó Yami lanzando a Asta al portal-primero uno...-lanzó a Yoru por el portal-y ahora otro.

Yoru salió disparado, atravesando el portal. Por lo visto, el capitán Yami usó el doble de fuerza para lanzar a Yoru, ya que superó con diferencia el punto de aterrizaje de Asta, estrellándose contra la puerta de un enorme edificio, justo en el instante en que esta estallaba en una enorme explosión de fuego.

BLACK CLOVER: Mago OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora