Cáp.1 : Rosas (Parte 2)

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Los recuerdos, como luces, cruzaban mi cabeza mezclándose con el presente injusto.

Seguía preguntándome, porque?

Era como un juego de mesa, como un Cluedo, y yo iba mirando a cada persona, en sus sillas de madera pintadas de delicada pintura negra, y decoraciones con perlas blancas y brillantinas.

La sala funeraria era impresionante. Recuerdo que al entrar, me recibió un aire frío y solemne, que me hizo sentir respeto y tristeza al mismo tiempo. El ambiente estaba iluminado por una luz tenue, que creaba sombras en los rincones y añadía solemnidad al lugar.

La gente me miraba entrar y probablemente preguntándose como podía ser tan delgada.

Pero en vez de eso, una mujer alta y robusta con el cabello negro y un vestido, era elegante y sobrio, perfecto para la ocasión. Era de un color negro profundo, con un corte clásico que realzaba su figura. El escote en forma de V era discreto pero lo suficientemente profundo como para ser elegante. Las mangas eran largas y ceñidas, acentuando sus brazos bien definidos.

Al fondo, se encontraba el ataúd, cubierto de flores blancas y rodeado de velas encendidas que iluminaban el rostro del difunto. La habitación estaba decorada con muebles antiguos y tapizados en terciopelo negro, que hacían resaltar la elegancia y solemnidad del lugar.

Las paredes estaban cubiertas con paneles de madera tallada, y en el techo, una hermosa araña de cristal colgaba, reflejando la luz de las velas y creando un efecto de brillo en la sala.

En el aire se respiraba un aroma suave y dulce, que provenía de las flores que rodeaban al ataúd. La sensación de tristeza y nostalgia me envolvía. Me gire como si fuera un intento de evitar el simple hecho de la muerte.

La muerte es un hecho, y todos lo odiamos. Incluso cuando mentimos, diciendo que es natural, que nos pasa a todos. 

No, la muerte es un hecho, pero no solo un hecho. 

Un hecho horrible.

Habían transcurrido varias horas desde que Jack finalizó su discurso. Yo lo había estado escuchando como si fuera un sordo silbido, ajena a sus palabras y sumida en mis pensamientos. Fue solo cuando los aplausos irrumpieron en el ambiente que volví a la realidad y me di cuenta de que el discurso había terminado.

Me quede mirando mis manos

Permanecí así, sin saber muy bien qué hacer con ellas. Como si fueran ajenas a mí, como si pertenecieran a alguien más. Las observé detenidamente, notando cada arruga, cada línea, cada imperfección. Mis dedos se movían nerviosos, buscando algo en lo que ocuparse, y entonces empecé a temblar.

Ahora me encontraba sentada en una silla, y parecía que mis lágrimas eran un río que no podía detener. Seguramente la gente a mi alrededor ya me había visto llorar antes, pero después de todo, era un funeral, así que supongo que era lo normal. 

No sabía qué esperar de mí misma en ese momento. Estaba llena de lágrimas que caían sin cesar sobre el plástico que me sostenía, sin importar lo mucho que intentaba contenerlas. Sentía que mi corazón estaba destrozado en mil pedazos y que nunca podría volver a sentirme completa de nuevo.

No era la única llorando, me acuerdo vagamente de cuando todos llegamos a la sala funeraria.

"Autumn" 

"¿Eh?" Ya se me paró el corazón solo por oírlo.

"Ella... Lo siento..." El propio médico temblaba.

"¡¿Qué ha pasado?! ¿Está bien?" Grité yo Me dolía la garganta, grité con todas mis fuerzas. No pude aguantarme.

"Ella falleció debido a una falla cardíaca aguda causada por una enfermedad coronaria avanzada. A pesar de nuestros esfuerzos por estabilizar su estado y aplicar medidas de reanimación, lamentablemente no pudimos salvar su vida."

~•As we all become~•.          (En pausa)Where stories live. Discover now