Cap.2 : Trenzas

2 0 0
                                    

Permítanme desplegar ante ustedes mi visión, en una narración tan breve como la fugaz rapidez de una cometa. Mi encuentro con Autumn fue una experiencia de celeridad y formalidad, envuelta en un aire de elegancia que aún me acompaña.

La partida de Autumn... 

De ese tema tocaremos más adelante. 

Ella y yo, a pesar de tener ciertas similitudes, manteníamos una cierta distancia que únicamente podía ser superada por la amistad que compartíamos con María. No obstante, entre nosotras surgieron divergencias que no podemos pasar por alto.

Si bien Autumn y yo éramos más conocidas que amigas, ella ya contaba con la compañía de María para ese propósito

 En realidad, sería mejor empezar desde el principio 

¿no te parece? Permíteme informarte que mi experiencia con la partida de Autumn fue sumamente desafortunada.

No soy una cretina, oye, para nada. Yo también lo pasé muy mal con la partida de Autumn. Yo...

En efecto... Deja que te relate mi experiencia junto a ella.

Comencemos por los fundamentos. Soy conocida como Jasmine Donnelly, cuento con una edad de dieciocho años y, además, ostento el parentesco de prima en relación a Autumn.

El nombre con el que se me conoce, Jasmine, mas no fue de mi elección. Fue el honor de Thomas, mi hermano, quien tuvo la gentileza de concedérmelo. ¿Es de mi agrado? No sería propio declararlo en voz alta, pues se trata de una cuestión de tal claridad que no merece ser mencionada.

Autumn fue traida a el mundo el 12 de diciembre del 1987, yo, nací el 25 de abril del 1985,  tenemos una corta diferencia de edad de dos años.

Cuando Autumn nació, fue como el nacimiento de jesús, nacio en medio de un establo, por ese momento estabamos todos observando si el bebe sobreviviria, pues no tenia mucha esperanza de vida en ese ambiente, hacia un frio estremecedor y los animales rodeaban a mi tia Lirien que, en silencio, esperaba a que el infante llorara, para así ver si tenía algun ratro de vida.

Entonces lloró. Y todos aplaudimos entre lagrimas, bueno, yo no, yo tenñia dos años y tenía bastante miedo, no tenía ni la mas remota idea de que pasaba, y me aguantaba a los pantalones beige de mi padre, mientras me chupaba el dedo.

Cuando Autumn ya había alcanzado la fluidez en su habla, yo contaba con seis años de edad. La recuerdo corriendo por el inmenso patio de su hogar, mientras yo la observaba dedicada a mis estudios. Su alegría era contagiosa y me hacía feliz a mí también. 

SLos progenitores de Autumn y los míos no mantenían una buena relación, y parece que este distanciamiento se acentuó cuando mi yaya falleció.

A pesar de todo, Autumn se mudó a nuestra casa y sus padres la siguieron. Después del difícil momento de su nacimiento, se dieron cuenta de que la granja no era adecuada para ellos, y no regresaron hasta que Autumn cumplió dieciséis años y personalmente lo solicitó.

En aquel entonces, Autumn entró por la enorme puerta de madera que fácilmente medía diez metros de altura. Aunque ya caminaba, apenas tenía unos pocos meses de edad y todavía tenía un moco en la nariz.


En ese instante, mantenía mis manos sostenidas, mostrándolas como señal de respeto. Mi padre, observándome con una sonrisa, me brindó un ligero golpe en la espalda.

- Dos besos, Jasmine. Dos besos - pronunció él con delicadeza.

Mis pequeños pies se aproximaron presurosos a mi tía, dando pasitos cortos y rápidos. Con dulzura, me alzó entre sus brazos y susurró en mi oído que no era neccesario, mientras mi padre parecía contrariado.

~•As we all become~•.          (En pausa)Where stories live. Discover now