Parte 1: El Dia

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Nico:

Despierto por la luz que se filtra a través de mi ventana, no la cerré muy bien anoche.

-Ahhh.-Grito al despertar, el dolor es muy fuerte.-Mama!.-Grito desde mi cama.

Escucho sus pasos, viene corriendo.

-¿Qué paso hijo?.-Dice ella muy asustada.-¿Estás bien hijo?.

Intento calmarla con una sonrisa o por lo menos un gesto que diga "No es tan grave" pero me resulta imposible, últimamente ha sido así.

-Me duele.-Le suelto.- haya abajo, ya sabes porque.-Digo con algo de dolor en mi rostro.

Lo sé ya que la pena se transmite a su rostro.

-Dame un momento traigo algo, vale?.-Dice ella parándose de la cama rápidamente.

Me parte el alma que ella me vea así, últimamente se me hace extraño si quiera verla sonreír.

-Gracias Ma, ah y por cierto, te amo.-Le digo por fin logrando embozar una sonrisa.

Ella me la devuelve y sale casi que corriendo.

El dolor de anoche es porque el maldito de mi padrastro me prostituye con hombres desde hace cinco años, ahora tengo quince, desde entonces se cree mi dueño, nunca nos da dinero a mi madre o a mi lo cual me molesta demasiado, recuerdo que cuanto cumplí doce años me vendió a cinco hombres, fue horrible, desde ese día mis ganas de vivir se fueron y jamás regresaron.

Mi madre después de un rato me suministra unos medicamentos que ella me compro hurtando el dinero que mi padre gana conmigo.

El efecto cada vez pasa un poco mas lento, pero siempre pasa.

Cuando gano fuerzas me levanto de mi cama, busco algo de comer pero mi madre me mira de nuevo con una cara larga, una delgada y delicada silueta se asoma detrás de ella. Jeremy, mi hermano menor, desde que mi padre murió, bueno no murió... fue asesinado hace un par de años, mi madre no le gusta hablar de eso.

-Iré a conseguir algo, no tardo.-Les digo.-Cuida de Jeremy.

-Vale, eso hare.-Dice ella.

Mi madre se retira a la cocina, me acerco a Jeremy.

-Hey, enano, cuida a mama, no hagas travesuras.-Le digo alborotándole un poco el cabello.

-Vale hermanito!.-Exclama con una amplia sonrisa en su rostro.

Me rompe el corazón dejarlos solos con ese tipo que está casado con mi mama, no quiero que mi hermano sufra lo mismo que yo estoy sufriendo, quiero alejarlo de este mundo de perdición, por fortuna, aunque es a la vez una desgracia, cuando me acuesto con esos hombres asquerosos me dan un poco de dinero, con lo cual pago el colegio de mi hermano que es privado mientras asisto a uno público, el es el futuro de la familia.

Camino por las frías calles de mi pueblo, anoche llovió, tal vez por eso dormí un poco, tengo mucha hambre, por mi desgracia no doy con trabajo así que me siento en las afueras de una cafetería.

Al parecer un hombre discute con un chico, este chico al parecer quiere otro trabajo o algo así.

El finalmente arroja su uniforme al suelo, de ahí el hombre que parece el dueño del establecimiento se tapa la cara con las manos.

Me acerco a el.

-¿Se encuentra bien usted?.-Le digo poniéndole una mano en el hombro.

-A menos que puedas trabajar medio tiempo de camarero no creo que lo este.-Dice el al parecer estaba llorando.

-Si, si puedo.-Digo.

El hombre levanta la mirada y me observa.

-¿Seguro?.-Dice el.

-Claro, enserio necesito el trabajo, soy el sustento de mi familia.

El hombre tras hacerme unas cuantas de preguntas me entrega un delantal, una camisa y una gorra con el estampado del establecimiento, mañana empiezo.

Según el acuerdo, trabajare medio tiempo y los fines de semana hasta la noche.

Le pedí un adelanto al hombre, al parecer me vi obligado a decirle que yo mantenía a mi madre y hermano y que mi padre nos abandono.

No me gusta dar lastima, pero hoy me sirvió de algo.

El hombre me facilito un poco de dinero, con lo cual compre algo de comida para mi familia.

Llego a casa con unos cuantos víveres y algo de pollo.

-Ma, traje algo, mañana empiezo a trabajar.-Le digo tras bajar las bolsas en el suelo.

-Gracias hijo, no sabes lo que significa esto para nosotros.

Jeremy sale corriendo a abrazarme.

-Hay que ser fuertes y cuidar de mama.-Le digo.

Almorzamos satisfactoriamente, hace mucho no lo hacíamos.

Las horas pasan de este aburrido y duro domingo, mi padrastro llegara ebrio en la noche.

Voy a mi cama, tomo mi celular que encontré en el metro e intento colocar algo para calmarme.

-Idiota!.-Grita mi padre al entrar en mi habitación.-Te conseguí trabajo para hoy, estas siendo muy solicitado, los hombres dicen que te estás poniendo más guapo, eso quiere decir más dinero.

-Me está doliendo mucho, me sangra no haces nada para eso.

-¿Y?.-Dice el.-A mi no me interesa, o trabajas o trabajas, pedazo de mierda.

Solo me digno a bajar mi cara, una lágrima corre por mi mejilla.

El Amor Rompe BarrerasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora