El sonido de la puerta que se entreabría y el olor de algo sustancioso hizo que Jimin se despertara de su profundo sueño curativo.
Al abrir los ojos, vio el cielo azul brillando a través de la ventana, y supo entonces que todo no había sido un sueño, sino que realmente se había quedado varado en un planeta desconocido, con un hermoso querrero y su enorme bestia.
«Hablando de...»
―Espero que tengas hambre ―dijo el guerrero cuando entró en la habitación con una bandeja de comida en sus manos. Jimin lo observaba, los movimientos del guerrero eran fluidos y retrataban la aparente fortaleza de sus músculos. Jimin cerró los ojos al recordar esos fuertes brazos alrededor de él mientras el hombre vendaba su costado.
Cuando abrió los ojos de nuevo, Jimin pilló al guerrero mientras recorría con sus ojos su cuerpo casi desnudo.
De repente, el hombre grande pareció darse cuenta de lo que estaba haciendo y apartó la mirada mientras colocaba la bandeja de comida en el aparador. ―Es sólo huevos y tocino, pero pensé que con tus lesiones algo ligero y fácil de digerir sería bueno para tu estómago.
Jimin se incorporó y se apoyó en la cabecera mientras el guerrero acercó un plato de comida, entregándoselo a él. Jimin aceptó el plato caliente con cuidado y gimió ante el olor celestial. «¡La extraña comida huele tan bien!»
Su estómago parecía estar de acuerdo, ya que gruñó fuertemente mientras Jimin se sonrojaba. El guerrero sonrió.
―Híncale el diente ―dijo, provocando que Jimin frunciera el ceño confundido.
«¿Hincar en qué?» Quería preguntar, no sabía por qué el guerrero le haría trabajar por su comida. «¿Tendré que suplicarle primero para poder comer?»
A pesar de que su dispositivo de traducción parecía estar reparado, el dispositivo aún no podía traducir cosas como frases comunes y términos de argot popular. Jimin suspiró. Parecía que ahora, a pesar de que eran capaces de hablar el mismo idioma, todo seguía sonando extraño. Oh, bueno, estaba decidido a salir del paso con la barrera del idioma.
―Gracias ―dijo en voz baja mientras cogía el tenedor y tomó un bocado de la mullida comida amarilla de su plato. Cuando llevó la comida a su boca, Jimin tuvo que luchar contra el impulso de gemir mientras sus ojos se pusieron en blanco de la dicha. ¡La comida extraña sabía muy bien! La comida en este planeta parecía ser muy superior a las raciones en Zinoa. Los bebés nunca pasarían hambre si tenían algo como esto para comer.