Taehyung le dio a Jimin la llave que él intentaba alcanzar, tratando de no reírse cuando el principito apenas si levantó la vista de donde su cabeza estaba enterrada en el motor de su nave mientras gruñía su agradecimiento. Taehyung sólo negó con la cabeza. El ver a Jimin así, tan absorto haciendo las reparaciones a su nave, enfocado y determinado, hacía que Taehyung deseara al hombre aún más.
Esta era la primera vez desde que Taehyung había rescatado al pequeño extraterrestre, que Jimin no parecía ser del tipo indefenso como una "damisela en apuros". Viendo la forma en que Jimin mordía su labio inferior mientras arrugaba el entrecejo juntando las cejas por la concentración mientras se estaba de pie en lo alto de la escalera, girando algo en el motor con más fuerza, provocó una oleada de deseo y necesidad que corrió a toda velocidad a través de Taehyung.
Casi gimió en voz alta cuando Jimin se inclinó de nuevo, buscando en el motor, dejando su pequeño, perfecto y tentador trasero inclinado, prácticamente mendigando para que Taehyung subiera por la escalera y lo manoseara un poquito.
Gracias a Dios, Jimin había accedido a ponerse una sudadera antes de venir a trabajar. Si Taehyung hubiera estado mirando el trasero desnudo del hombre... bueno, digamos que la reparación de la nave sería la última cosa en cualquiera de sus mentes.
Si él no lo supiera, podría haber jurado que vio a Jimin asomarse para echarle un vistazo un par de veces mientras estaba enganchado en la parte superior. «Pero eso no puede ser cierto, ¿verdad?» A pesar de la atracción que corría entre ellos, y los abrazos que se habían estado haciendo antes, nada podía salir si ellos dormían juntos. Jimin parecía tan decidido de irse a casa.
Taehyung se negaba a tratar de detenerlo.
«Sin importar lo mucho que deseas...», su mente le susurró a Taehyung y rápidamente le cerró la puerta a ese pensamiento seductor.
No sería capaz de vivir consigo mismo si deliberadamente le saboteaba a Jimin la posibilidad de irse a casa, a su planeta. Su padre probablemente se levantaría de su tumba sólo para zurrar a Taehyung para que se comportara bien. No sólo eso, la expresión de la bonita cara de Jimin cuando hablaba de su mundo natal, era tan triste y anhelante, que hizo que Taehyung tomara la decisión, aun cuando no estaba seguro de si debía o no decirle al pequeño sobre la nave espacial.
Así que sin importar lo mucho que le dolía ver a Jimin trabajando en las reparaciones que eventualmente lo llevarían lejos, Taehyung sabía que había tomado la decisión correcta.
Arrastrando sus ojos lejos de la tentación meneándose delante de él, Taehyung miró el reloj en su muñeca. El metal estaba ligeramente manchado, pero ese reloj había sido de su abuelo y Taehyung no reemplazaría su viejo reloj por nada en el mundo.