El sonido de la alarma me hizo poner una mueca de dolor y taparme los oídos con la almohada. Odiaba el despertar temprano, las mañanas y todo lo que no implicara dormir. Desde que mi cuerpo se debilitaba cada día más, lo único en lo que pensaba era en dormir todo el día.
Me levanté rápidamente de la cama, a pesar de saber que no debería asistir a clases debido a mi estado de salud. Pero me había prometido a mí misma seguir con mi vida lo más normal posible, porque era una vida que tenía que disfrutar.
Al llegar al baño, lo primero que vi fue mi reflejo en el espejo: mi piel se notaba más pálida de lo normal, mis labios habían perdido su color rojizo y mis ojos estaban adornados con unas ojeras horribles.
Ignoré todo eso. No creía que fuera el momento preciso para deprimirme. Hice mis necesidades lo más rápido posible y bajé las escaleras a toda prisa para encontrar a mamá en la cocina preparando el desayuno.
–Buenos días, mamá– le dije dándole un beso y un abrazo.
Me miró de pies a cabeza, inspeccionando que todo en mí pareciera estar bien, pero en sus ojos pude ver una chispa de preocupación.
–¿Te sientes bien? ¿Estás segura de que no quieres faltar a clases?– preguntó.
–Sí, mamá, me siento bien y no quiero faltar a clases. Quedamos en que seguiría con mi vida lo más normal posible– le dije mirándola directo a los ojos.
–Lo sé, mi amor, pero solo quiero que me entiendas. No quiero que colapses en clases. Solo estoy preocupada– dijo abrazándome fuerte como si en cualquier momento fuera a desaparecer. Bueno, tal vez sí, pero esperaba que no.
–Mamá, soy fuerte, créeme. Esta enfermedad no va a poder conmigo. Además, papá me está cuidando. Créeme cuando te digo que es la estrella más hermosa del cielo– dije sonriendo, pero noté cómo sus ojos se cristalizaban. Antes de que empezara a llorar de nuevo, la abracé de nuevo.–Te amo, mami. Me tengo que ir. Nos vemos en la tarde– dije saliendo corriendo hasta la entrada.
–Te amo mucho más. No te olvides de que tengo que pasar por ti para ir a la quimioterapia– gritó desde la cocina.
Apuré el paso, ya que el instituto no estaba muy lejos de ahí, solo a unas 4 cuadras. En el camino, miré a mi alrededor, buscando algo que ni yo misma sabía qué era, solo algo que llamara mi atención. Y efectivamente, algo me llamó: una moto negra que pasó volando a mi lado, levantando las hojas que caían de los árboles. Y lo primero que se me vino a la mente fue el chico del lago, Daemon.
Mis recuerdos volvieron al lago donde conocí a aquel chico. Aun tenía sus ojos grabados en mi mente y su voz hacía eco en mi habitación cuando estaba sola. Ya habían pasado dos semanas desde que lo vi, pero algo en mi decía que en algún momento me lo volvería a encontrar, y esperaba que fuera pronto.
Y así, sumida en mis pensamientos sobre Daemon, llegué a la entrada del instituto, fingiendo que mi vida seguía siendo la misma de antes. Pero en mi interior, sabía que nada volvería a ser igual.
✨✨✨
El timbre sonó y era el momento de salir del salón, algo que me parecía horrible, ya que a esta hora del día era cuando los pasillos del instituto se llenaban y pasar se convertía en un total martirio.
Gracias a todos los dioses, pude esquivar al batallón de estudiantes y llegar a la cafetería sin ningún rasguño. Al alzar la vista en busca de Patme, mi mejor amiga, la vi en las mesas del fondo con Erick y Alexandro. Me dirigí a paso lento hacia ellos, ya que no tenía prisa, ya que mi próxima clase era en una hora.
Al llegar, los saludé a todos como era de costumbre, con un gran abrazo y un beso en la mejilla.
–¿Cómo has estado, belleza?– preguntó Alexandro, observándome con su intensa mirada verdosa.
–Pues bien, ¿y ustedes?– dije intentando sonar normal, aunque mi corazón latía con fuerza en mi pecho, ya q ellos aún no sabían lo de mi enfermedad.
Después de unos minutos de charla, Alexandro sugirió que fuéramos al parque después de las clases.
–¿Qué te parece si vamos al parque? El clima está agradable y podríamos pasar un buen rato–, dijo Alexandro.
A pesar de que me encantaba la idea de pasar tiempo con mis amigos, no estaba segura de poder soportar la fatiga que me causaba la enfermedad.
–No sé, chicos. No me siento muy bien hoy– dije tratando de sonar convincente.
–Pero, por favor, ven con nosotros. Te prometemos que te divertirás– dijo Patme con una sonrisa en su rostro.
Después de pensarlo un poco más, decidí que tal vez era lo que necesitaba. Además, si algo malo pasaba, mis amigos estarían ahí para ayudarme.
–Está bien, iré con ustedes. Pero les advierto que no podré hacer mucho–dije con una sonrisa débil.
–¡Genial! Nos vemos después de la última clase. ¿De acuerdo?– dijo Erick, entusiasmado.
Asentí con la cabeza y me fui a mi última clase del día. Después de la clase, me dirigí a casa para avisarle a mi mamá que estaría en el parque con mis amigos. Después de convencerla de que todo estaría bien, tomé un poco de energía extra y me dirigí al parque.
Cuando llegué, mis amigos ya estaban ahí. Me uní a ellos y empezamos a caminar por el parque. A pesar de mi cansancio, me sentía feliz de estar con ellos.
De repente, vi a alguien que se acercaba. Era él, Daemon, el chico de ojos azules que había conocido en el lago hace unas semanas. No podía creerlo. Mi corazón latía con fuerza, solo con el simple hecho de saber que se encontraba en el mismo lugar que yo. Estaba nerviosa, y empecé a sudar frío.
–¿Te encuentras bien?– preguntó Erick, notando mi nerviosismo. Pero en ese momento, sentí un mareo intenso que me hizo tambalear.
–Creo que sí– dije con dificultad, tratando de aparentar que todo estaba bien.
–Pero estás pálida, Ransel. No creo que lo estés– dijo Patme, notando mi debilidad.
De repente, vi manchas negras en todas partes y sentí como mi mundo se venía abajo. Intenté mantenerme en pie, pero todo se volvió borroso y confuso. Lo último que recuerdo es ver a Daemon correr hacia mí, con una expresión de preocupación en su rostro.
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Hola constelaciones hermosas, aquí de nuevo, espero que se encuentren bien, ¿Les gusta como va avanzando la trama?, Se que al principio es un poco lenta, pero ahora es que viene lo emocionante. Solo espero su apoyo al mil.Los amooo ✨🦋
Abjunto un vídeo de una canción que me recordó bastante a la historia.
Byee 🦋✨🦋
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The lake embroidered by star.
Random¿Qué se puede hacer cuando los cristales de aquella estrella que tanto cuidabas ya no encajan en ningún sitio? Dos jóvenes unidos por la luz de una estrella, ven cómo su deseo se escapa de sus manos en una vida efímera. Pero su amor es más fuerte qu...