｡･:*:･ﾟ★ DEAD MAN
❝así que, en otras palabras, ¿soy básicamente una versión mucho más oscura y destructiva de una bruja que arruina la vida?❞
DONDE la vida de adrian martin da un vuelco repentino cuando se ve envuelto en el inusual caos de scott y...
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ADRIAN NO HABÍA PODIDO CONCENTRARSE EN NADA DESDE LO OCURRIDO AYER. Cuanto más pensaba en ello mientras intentaba negarlo, más le parecía posible ser gay. Desde que nunca sintió esos sentimientos hasta que estuvo cerca de Stiles un poco más. De cómo rechazaba todas las ofertas que implicaban salir con chicas.
Su teléfono estaba lleno de mensajes de Stiles diciendo que él y Scott tenían que hacer algo, pero Adrian no contestaba. No podía. No después de todo esto.
Sus puños golpearon las paredes con rabia, rugiendo contra sí mismo con furia ¿Podía haber dejado que esto sucediera? ¿Cómo había podido ponerse así? Primero acosaba a Scott McCall y a Stikes Stilinski y ahora estaba enamorado de uno de ellos. Por primera vez en su vida, Adrian estaba aterrorizado de sí mismo. Todo este tiempo pensando que estaba esperando a que apareciera la chica adecuada era una tontería. En realidad, Adrian siempre había estado esperando que apareciera el tipo adecuado... y tenía miedo de haberlo encontrado.
—Oye, ¿estás listo para...? —Lydia se detuvo, de pie junto al marco de la puerta mientras miraba a su hermano con curiosidad. Su pecho subía y bajaba, una mirada de dolor en sus ojos— ¿Estás bien?
Adrian lamentablemente asintió, su rostro se volvió frío como una piedra mientras sus ojos contaban una historia totalmente diferente. —Sí, estoy bien. —Caminó hasta la silla de su escritorio y recogió su chaqueta con el teléfono metido en el bolsillo. Una vez recogido, pasó junto a Lydia; ni siquiera la miró—. Vamos a esa cita.
Como si esta cita no pudiera empezar peor, Lydia hizo que Adrián la acompañara a casa de Allison para que se arreglaran. El pelirrojo hizo todo lo posible por escabullirse, pero no tenía excusa suficiente y a Lydia no le importaba mayormente.
A Allison no le molestaba en absoluto la compañía de Adrian. De hecho, parecía un poco aliviada por el apoyo moral que les unía. Adrian no la culpaba, tener a Lydia Martin alrededor puede llegar a ser un poco demasiado para aquellos sin años de experiencia.
Adrian se dejó caer en la cama de la alta morena mientras Lydia revisaba todos los trajes posibles, descartándolos a todos.
Una sonrisa cruzó el rostro de Allison cuando se dio la vuelta, mostrando a los hermanos una camiseta marrón de tipo floral. Adrian retuvo sus propios pensamientos pero Lydia nunca se contiene. Especialmente en la moda. —Mmm, —ella tarareó por un momento, como si realmente lo considerara—. Paso.
Allison lo intentó de nuevo, sacando otra camiseta de colores. No fue ninguna sorpresa cuando salió como un pase. Lydia se hartó de sugerir, así que ella misma se dirigió al armario; tomando nota de su ropa.
—A ver. Paso. Paso. —Se detuvo en uno—. Paso de todo.
Lydia negó con la cabeza, dando un paso atrás del armario. —Dios, Allison, el respeto por tu gusto disminuye a cada segundo.
