Emma :

¿Qué es lo que escondes?- PARTE 2-

Logan:

         Una vez que pude hallar un espacio donde dejar mi auto, me baje corriendo para poder llegar nuevamente al parque, debido a que tuve que estacionar a cinco cuadras de esté.

         Cuando iba acercándome a la esquina donde acordamos, ella estaba allí , ese cabello castaño claro sujeto en una enorme cola de caballo dejando ver su hermoso rostro y esos ojos azules que me hacían estremecerme por dentro con solo mirarlos, era tan perfecta, hasta su estatura lo era.

          ¡Qué hermosa es! - dije internamente al verla   

         De repente comencé a sentir una extraña sensación en mi estómago, no sabía si era porque no desayune a la mañana o porque ella me hacía sentirme raro bajo su presencia, toda ella me embobaba y me hacía actuar como un idiota.

         Al estar junto a ella la observe fijamente a sus ojos los cuales poseían un brillo excepcional, me hacía sentirme completo.

- ¿A dónde vamos? - pregunto con una voz tímida.

- Sígueme - La tome del hombro enfilando hacia la calle de enfrente.

         Mientras caminábamos hacia la cafetería ella miraba al suelo y sus hermosísimos pómulos tomaron un rosa fuerte.

         Se ve tan linda cuando se pone así - Pensé mientras la miraba por el rabillo del ojo

         No podía evitar pensar que si su hermano nos viera yo estaría en graves problemas, pero no me afectaba porque a su lado me sentía fuerte.

-¿Dónde hay una cafetería por aquí? - trato de iniciar la conversación.

- Solo faltan unas dos o tres cuadras- Respondí con una sonrisa en mi rostro.

Ella se veía inquieta y preocupada- Oye lindura te vez tensa ¿Qué es lo que te preocupa?

- Nada, es solo que espero que David no se entere que estamos juntos.- dijo mientras miraba al suelo soltando un suspiro.

-Que tu hermano no te atemorice linda, tu eres libre de salir con quien quieras- Respondí mirando hacia el frente.

- Si, lo sé pero no quiero que te haga daño.- Giro su rostro hacia mí.

- No te preocupes por mí se cuidarme- respondí frió - ya me acostumbre a recibir palizas.

         Al culminar esa oración nos encontrábamos en la puerta de una cafetería llamada "La Tacita de Te"; ella se detuvo y miro el dibujo de la vitrina, en ésta había una enorme taza de té con humo saliendo dentro de ésta.

-¡Qué linda cafetería!- dijo con una enorme sonrisa en su rostro.