Preciosa

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Narra Pedri

Abrí los ojos, me costó un poco, ayer después del partido lo celebramos a lo grande, puede que me hubiese pasado de copas.

Me giré, y vi a la chica de mis sueños, dormida a mi lado.

Me quede algunos minutos contemplándola , podría estar así horas, y no me cansaría.

Me moví un poco para salir de la cama.

Ella gruñó.

—Buenos días, Preciosa -digo

—Ahora estoy de todo menos preciosa -dice frotándose los ojos

—No estoy de acuerdo, podría mirarte todo el día -digo y ella sonríe

—No te me pongas romántico tan pronto, anda -dice mientras me revuelve el pelo.

Bajé al salón, donde estaban parte de mis amigos, como no.

Mi hermano había madrugado, y había dejado hecho el desayuno, le dejé un mensaje de agradecimiento y llevé la bandeja a la mesa.

Puse la tele y desayuné mientras contemplaba el panorama de mi salón. Ansu estaba en el suelo, tapado con una manta. Elara estaba echa una bola en una esquina del sofá. Gavi estaba dormido en un colchón, que habría sacado mi hermano, abrazado a una almohada y al lado suyo balde, que estaba casi en el suelo.

Mi atención se paró cuando Noa bajó las escaleras, solo llevaba mi camiseta, pero como le venía grande, parecía que llevase un vestido.

—Canario, ¿Me dejas un chandal? -dice sentándose a mi lado, y dandole un bocado a una galleta.

—¿Por que tendría que dártelo? -digo para picarla

—No querrás que vaya semidesnuda por la calle, digo yo

—En la calle no, pero en mi cama...

Me dio un golpe el el hombro y reí

—Ves a mi armario y pilla lo que quieras

Asintió y se levantó, pero antes de irse, me avisó:

—Anoche no hicimos nada, para que lo sepas

—Con tenerte a mi lado, me vale

—Ay vale, ya ni vacilarte puedo sin que me pongas nerviosa, imbécil -dijo y yo le saque la lengua antes de que ella subiese a ducharse.

Acabé de desayunar y recogí todo, lo lleve a la cocina, y antes de que fuese a despertar a los demás, oí música.

—¡Buenos días! -dijo Noa, había cogido el altavoz que tenía en el baño y puso música a tope, despertando a todos.

—¡Hija de puta! -grita Gavi, molestado por que le había despertado.

—Yo también te quiero -dice ella sacándole la lengua.

Yo la miré y me reí.

Tenía el pelo mojado, había salido de la ducha, y se había puesto mi chándal de nike gris, y le quedaba genial.

Me acerqué a ella por detrás y le olí el pelo.

—Hueles muy bien, y ese chándal te queda genial

—Mérito tuyo, tú colonia huele genial, y sobre el chándal, vete olvidándote de él -dice sonriéndome

—Ni de coña, es de mis favoritos

—Pues tendré que volver a verte para devolvértelo -dice acercándose a mi, dejando un beso en mis labios.

Por mi ventana - Pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora