Volveré, te lo prometo

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Narra Pedri

Me desperté con una morena con el pelo despeinado, pegada a mi.

No me moví ni un músculo.

Me podía quedar toda la vida así.

El móvil de Noa sonó, haciendo que ella se despertase.

—Mis padres -dice ella rodando los ojos

—¿No lo vas a coger? -sonrio

—Me van a preguntar dónde estoy, ¿Le digo que me he tirado a mi novio?

Mi novio.

Esas dos palabras me hicieron sentir muy bien.

Y muy cachondo, para que mentir.

Me levanté y bajé al salón a desayunar, me sorprendí a ver a mi hermano en este.

—¿Que haces aquí? -pregunto

—Me he pillado el día libre, pero no me ha servido nada porque no he pegado ojo en toda la noche. Haced menos ruido, porfavor -dice y yo estallo en una carcajada.

Me siento a su lado y comienzo a comer, mientras vemos la tele.

Mi atención se desvía a Noa, la cual baja por las escaleras y se sienta a nuestro lado.

—Bueno ya que estamos, Noa este es Fer, mi hermano -digo señalándolo y abrazándolo.

—Encantada -dice ella sonriendo

—A mi no me hace falta que me la presentes, que estoy ya harto de que me hables de ella. Que si Noa esto, que si Noa la otro -dijo.

Me sonrojé mucho.

—¿Ah si? -dice ella levantando ambas cejas y yo niego con cabeza avergonzado y ella deja un pequeño beso en mis labios.

—Aquí no porfavor, hay gente que quiere comer -dice fer, y Noa le saca la lengua.

—Bueno, yo me voy ya, que mis padres me matan, adiós guapos -dice levantándose para vestirse y irse.

Me levanté y esperé en la puerta principal para despedirme de ella.

Cuando llegó a la puerta, le di un beso en la frente y ella sonrió.

—¿Está tarde te apetece salir con los del equipo a dar una vuelta?

—Claro, nos vemos esta tarde, canario -dice apretando mis mofletes.

La seguí con la vista hasta que no la pudiese ver mas.

Si que estoy pillado, joder.

Narra Noa

Me prepare alguna excusa buena para mis padres, si les decía la verdad, no creo que se lo tomaran muy bien, no había avisado de que me iba dormir a casa de pedri, en verdad, tampoco sabía que lo iba a hacer.

Así que pensé que decir que había dormido en casa de Ela sería la mejor opción.

Me aclaré la voz antes de girar la llave y entré.

Me asusté al ver a mi madre correr hacia mí, y mi padre con lágrimas en los ojos.

—¿Porque no has respondido a las llamadas? -dice mi madre, con la voz rota, pero con un tono enfadado.

—Lo tenia en silencio. ¿Que ha pasado mama? -digo preocupada.

—Tu hermano ha desaparecido.

El corazón se me paró.

—¡¿Que?! -digo alterada

—Estábamos en la plaza, había ido con sus amigos, pero cuando volvieron, el ya no estaba -dice mi padre

Por mi ventana - Pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora